Les llamaban “Los Minions” por su parecido a los personajes de dibujos animados de la película “Mi Villano favorito”, una especie de robots de color amarillo que obedecían ciegamente a un hombre calvo llamado Gru.
Eran los integrantes de la fracción parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática (PRD), a quien su dirigente (Rodrigo Gayosso) mandó uniformar con unos chalecos color amarillo y aprobaban al unísono las reformas legales que les indicaba el jefe del Poder Ejecutivo, Graco Ramírez.
Ayer en un programa de radio por internet, el ex perredista José Montes soltó una noticia que ya nos esperábamos pero que no había forma de comprobar todavía: que Rodrigo Gayosso se registró como candidato a diputado plurinominal por el partido que llevó a la gubernatura al esposo de su mamá.
Aunque no es 100 por ciento seguro pues antes tiene que obtener el tres por ciento de la votación total y luego esperar a que el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) dictamine cómo va a operar la paridad de género, el hecho es que “el príncipe Rodrigo” tiene toda la intención de regresar a la vida política de Morelos.
Y los que también están “que se les cuecen las habas” por volver, son los diputados de la Quincuagésima Tercera Legislatura que conformó el grupo de “los minions”. Las únicas que no regresarían son las ex diputadas (ironías de la vida), que están bajo proceso penal acusadas de malversar fondos públicos.
Los ex diputados Enrique Laffite Bretón, Edwin Brito, Silvia Irra, Anacleto Pedraza, Julio Espín Navarrete, José Manuel Tablas y Carlos Alaniz, fundaron el partido “Morelos Progresa” y bajo esas siglas intentarán ser nuevamente legisladores, o como en el caso del último, que ya se registró como precandidato a la presidencia municipal de Cuernavaca.
Todos ellos tienen una característica: son nuevos ricos. Si bien es cierto que los emolumentos que legalmente devengan los legisladores son altos, su nueva forma de vida “no cuadra” por más que les haya ido bien en los negocios que emprendieron durante y al terminar la legislatura. Es lo que el SAT denomina “discrepancia financiera”.
Recordemos que la pasada legislatura fue corresponsable del endeudamiento que provocó a Morelos el gobierno del perredista Graco Ramírez Garrido Abreu por el orden de los seis mil 592 millones de pesos por casi 20 años. La antepasada, donde estaban Lucía Meza Guzmán, Arturo Flores Solorio, Raúl Tadeo Nava, Teresa Domínguez y Juan Manuel Agüero Tovar, (varios de los cuales ya andan en precampaña para cargos de elección popular) también tuvo parte de esa responsabilidad.
Sin el menor empacho, los antes mencionados andan promocionándose como candidatos a cargos de elección popular como si su paso por la Cámara de Diputados hubiera sido gloriosa, cuando fue todo lo contrario.
Ejemplos: José Manuel Tablas, que después de ser presidente municipal de Ayala por el Partido Acción Nacional se pasó al del Sol Azteca y antes de terminar el trienio impulso la pensión jubilatoria de su joven esposa.
Enrique Lafitte Bretón, que de administrador de un balneario hoy es potentado con propiedades en varios estados, y que fue “el autor” de aquella reforma legal que le concedió a los magistrados del Tribunal Superior de Justicia hasta 20 años de permanencia en el cargo, misma que fue “hecha trizas” por la Suprema Corte de Justicia de la Nación por absurda y ventajosa. ¿Y todavía lo van a premiar con otros tres años de diputado?
Pero el caso que se lleva el título de “la estafa maestra versión Morelos” es el de Julio Espín Navarrete, porque además está colmado de cinismo y desfachatez.
Le explico:
Hace algunas semanas nos llamó la atención una publicación en Facebook que decía “En el marco de la precampaña por la presidencia municipal de Puente de Ixtla, mi respaldo y confianza es para Josué Espíndola”. Firma Dulce Medina Quintanilla.
Es un chiste que se cuenta solo, y si no le entienden les amplío la información: Julio Espín Navarrete fue presidente municipal de Puente de Ixtla en dos ocasiones; luego intentó que quien lo sucediera en el cargo fuera su secretario y socio Josué Espíndola, pero como tenía que ser mujer entonces pusieron a la esposa de éste, o sea Dulce Medina.
Julio Espín mientras tanto fue electo diputado local y se llevó como secretario a Josué. Crearon un fideicomiso de apoyo a municipios y ¿A qué Ayuntamiento cree usted que canalizaron todo ese dinero? Pues a Puente de Ixtla, pero dichos recursos nunca llegaron al grado de que hoy no tienen ni para pagar sueldos. El Congreso local expidió decenas de pensiones jubilatorias (entre ellas la del propio Josué), ¿y quién cree que firmó las constancias para acreditar que cumplían con los años de servicio? Pues el Ayuntamiento de Puente de Ixtla. Ahora Julio Espín creó su propio partido, ¿y quién cree que va a ser su candidato? Pues Josué Espíndola.
Y todavía con la mayor candidez la señora le manifiesta su apoyo en redes sociales como si fuera la presidenta de su Club de Fans.
Todos ellos están confiados en que la gente olvida lo que leyó en los periódicos (en este caso en las páginas de internet) sobre las raterías de los políticos, y que a cambio de una despensa o un apoyo económico les van a otorgar nuevamente su voto.
Ojalá no sea así, pero en caso de que lleguen, ya sea a través del sufragio directo o gracias a la designación plurinominal, será interesante ver qué hacen ahora sin las ínfulas de poder que mantuvieron durante tres años que los hacía creerse intocables.
Y en el caso de Rodrigo Gayosso (o su esposa si es que el Impepac los obliga a designar una mujer), será muy duro recibir en cada discurso en tribuna el reproche de los demás partidos políticos por las condiciones lamentables en que Graco Ramírez y en general el PRD dejaron al estado de Morelos.
HASTA MAÑANA.