22 Nov, 2024

El “factor covid” en el proceso electoral

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El pasado martes nos referimos en este mismo espacio a la problemática que enfrentarán los diferentes partidos políticos al momento de pedir el voto con miras a resultar favorecidos en los comicios del seis de junio próximo; sin embargo, hoy podemos ya ponerle nombres y apellidos a los aspirantes que se han visto perjudicados de una u otra manera por la pandemia del SARS Cov 2.

Ayer trascendió el fallecimiento de Jorge Martínez Urioso, quien ya había sido presidente municipal de Tlaquiltenango hace tres años y tenía prácticamente asegurada la candidatura para buscar ese mismo cargo pero ahora por el Partido del Trabajo (PT). La familia lo niega, pero el ex alcalde presentó todos los síntomas típicos del covid 19.

No es el único aspirante a un cargo de elección popular que fallece en esas circunstancias dentro de la emergencia sanitaria provocada por este virus. Usuarios de Facebook me refieren que hace un mes murió en circunstancias similares Marco Cuadros, precandidato a presidente municipal de Puente de Ixtla por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) al igual que otra persona en Atlatlahucan de un partido de reciente creación.

En la columna del martes ya teníamos la información pero no lo publicamos porque no estaba confirmado que el aspirante a candidato independiente a la alcaldía de Cuernavaca, Edgar Vargas Santiago, no logró recabar las casi 10 mil firmas que el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac) exige para darle el aval que le permitiera participar en las votaciones de junio próximo.

El miércoles, el propio Vargas Santiago (autor del slogan #PonteVargas) dio a conocer en sus muros de Facebook un comunicado confirmando lo anterior.

“Si bien nos faltaron firmas para alcanzar la meta establecida por la ley vigente, seguiremos luchando, ahora en los tribunales exigiendo equidad para los independientes en tiempos de foco rojo por pandemia de COVID”, escribió en un comunicado en el que firma también Sara Olivia Parra, quien lo acompañaba en la fórmula.

Explica que durante este proceso de recolección de firmas, vivieron dos circunstancias muy particulares: por un lado el sentimiento de hartazgo ciudadano por la falta de resultados en el gobierno, por la creación de tantos partidos políticos con los mismos actores de siempre y, por otro lado el miedo al contagio de covid.

Refiere que su primera meta se logró, y esa fue que ningún miembro de su equipo se contagiara del virus. Eso no ocurrió con nuestro amigo Alejandro López Arce, “Perutzi”, quien desafortunadamente sí sufrió las inclemencias de la enfermedad en su equipo de trabajo y tampoco logró el número de firmas requeridas. Fue un buen intento y seguramente lo intentará en otro momento, ya sin pandemia.

La muerte de Jorge Martínez Urioso (aunque oficialmente no está considerada como covid) es quizás la más conocida porque si algo tenía este ex alcalde es que era muy polémico. Genio y figura hasta la sepultura, dice el dicho y aquí aplica perfectamente.

Pero otras personas relacionadas con la cuestión electoral aunque menos conocidas, también han sido víctimas mortales de la pandemia.

En lo particular sentimos mucho la partida de Juan Manuel Ibarra, un apasionado de la actividad electoral con quien estuvimos conversando en la oficina de un servidor apenas el 29 de diciembre pasado, sin saber que a los pocos días sería hospitalizado por covid y no saldría con vida. Después de trabajar muchos años con el Partido Acción Nacional, ahora asesoraba al Partido Renovación Política Morelense en la búsqueda de prospectos.

Me refieren de otro personaje, originario del poblado de Tejalpa y miembro de Morena, de los que se dedican a promover el voto, que falleció recientemente por la misma enfermedad, pero no tenemos el nombre.

La pregunta que todos nos hacemos es ¿cuántos muertos más habrá de aquí al seis de junio? Ahorita ya vimos las afectaciones con los aspirantes a candidatos independientes en su proceso de recaudación de firmas y en la etapa de pre-campañas al interior de los partidos políticos, pero no debemos descartar que puede seguir ocurriendo durante el periodo formal de las campañas, es decir, del 19 de abril al dos de junio, y que alguna de las víctimas puede ser un candidato.

Y la otra gran duda que todos tenemos tiene relación con la realización de los comicios como tal, que estará a cargo del Instituto Nacional Electoral. Si de por sí es difícil que la gente quiera participar como funcionario de casilla aun prometiéndole un pago y la alimentación de ese día, quién va a querer arriesgarse a ser contagiado durante la jornada electoral programada para el domingo seis de junio.

Seamos realistas: en cuatro meses no se va a acabar la pandemia (ayer se reportaron 20 fallecimientos) y tampoco estaremos todos vacunados.

En este espacio hemos planteado varias veces la posibilidad de que las elecciones sean pospuestas hasta que estemos en semáforo verde. ¿Qué señal más clara quieren que el lamentable fallecimiento de la presidenta del Impepac?

Sin embargo, así como se ven las cosas, se está viendo que los políticos están dispuestos a jugarse la vida y la de sus colaboradores antes que aceptar la cancelación de las votaciones. En el Impepac prefieren tener funcionarios suplentes que entren a relevar a los que vayan falleciendo, que pensar en la posibilidad de posponer la jornada comicial.

Por otro lado, vemos que la pandemia le está quedando “como anillo al dedo” a algunos institutos políticos y sus candidatos que ya tienen bien “aceitada” su estructura para que ese domingo puedan comprar los votos y llevarse el triunfo con la participación de los pocos ciudadanos que acepten salir de sus casas para ir a emitir su sufragio.

HASTA EL LUNES.