Fernando Aguilar Palma y Juan Carlos Valencia Vargas no son parientes ni compañeros de partido, tampoco tienen relación alguna entre ellos, pero comparten dos características: ambos se han enriquecido “autocontratándose” obras en las instituciones donde han laborado (Ayuntamiento de Zapata y Ceagua, respectivamente) mediante prestanombres. Y ambos aspiran a un cargo de elección popular en las próximas votaciones de junio del presente año.
Los que conocen de años a Fernando Aguilar Palma lo recuerdan viviendo en la casa de su mamá, con tres máquinas retroexcavadoras que exhibía afuera de su vivienda en la colonia Pro-hogar con el letrero de “se rentan”.
Hoy es dueño de una lujosa residencia en la exclusiva colonia 14 de febrero que se ubica hasta el fondo del boulevard Bugambilias, pavimentado en su totalidad durante su gestión como presidente municipal de Emiliano Zapata. Y tiene más de 100 vehículos de maquinaria pesada.
“El Pachuco”, como es conocido en su municipio, también tiene una casa en San Antonio, Texas, a donde va con frecuencia.
¿Cómo es que su nivel de vida ha cambiado tan radicalmente en los últimos años? La respuesta es simple: autocontratándose todas las obras que se han hecho en Emiliano Zapata durante las dos administraciones en que ha presidido el Cabildo, ya sea por asignación directa, invitación a tres proveedores o licitación “amañada”.
Su otra “mina de oro” es la dirección de impuesto predial y catastro del municipio, donde puso a Juan Pablo Vidal Celis pero quien se encarga de cobrar “los moches” es su sobrino Joaquín Palma.
El hoy nuevo rico dejó el cargo de presidente municipal desde el pasado martes para estar en condiciones de “escuchar ofertas” de los partidos políticos que se interesen en sus servicios, y dedicarse, ahora sí, a administrar su constructora.
¿En qué se parece el ex alcalde de Emiliano Zapata al ex titular de la Comisión Estatal del Agua durante el sexenio de Graco Ramírez? En que Juan Carlos Valencia Vargas también tiene la dualidad servidor público-empresario y que también le ha ido muy bien.
Juan Carlos Valencia Vargas hoy se ostenta públicamente como director general de la empresa Aquator.
De acuerdo al Registro Público de la Propiedad y el Comercio, la empresa “Consultoría y Desarrollo de Infraestructura Aquator S.A. de C.V.” se constituyó el 10 de agosto del 2010 por Héctor Javier Ibarrola Reyes y Maricruz Botello Amaro, quedando el primero como administrador único. Además se otorgaron nombramientos a Sandra Janete Delgado Valverde como gerente general de la sociedad y Marcos Hernández Rivera, como comisario.
En mayo de 2014 renuncia Ibarrola Reyes a la administración única y se designa en su lugar a José Ventura Lima Montaño, quien a su vez renuncia en mayo de 2017 y en su lugar queda Moisés Oswaldo Domínguez Álvarez. En esa misma asamblea, la señora Maricruz Botello Amaro manifiesta su deseo de vender sus acciones de la empresa y se las compra Héctor Javier Ibarrola Reyes.
Finalmente, el 18 de septiembre del 2018 deja la administración Domínguez Álvarez y queda en su lugar Gilberto Guatzozon Absalón (quien a su vez tiene otra empresa denominada Comercializadora Intermerc S.A. de C.V.). Suponemos —porque la pandemia nos impide checar el registro público de la propiedad—que ahora quien aparece como administrador único es Juan Carlos Valencia Vargas, quien se ostenta públicamente como director de dicha empresa.
El domicilio fiscal se ubica en la calle Portugal de Las Brisas, municipio de Temixco. Coincidentemente esa dirección también aparece como sede de otra empresa: “Gerencia y Administración de Proyectos S.A. de C.V.”.
Durante la administración de Graco Ramírez la empresa antes mencionada recibió pagos por 262 mil 585 pesos (sólo recibió contratos durante 2014), en tanto que Aquator facturó siete millones 936 mil 674 entre 2017 y 2018. Esa fue la información que proporcionó la Secretaría de Hacienda del actual gobierno en respuesta a una solicitud de información que fue contestada de inmediato.
Donde no contestaron de inmediato fue en la Comisión Estatal del Agua. Ahí la Unidad de Transparencia se negó a contestar hasta que el Instituto Morelense de Información Pública y Estadística (IMIPE) los obligó a entregar una relación de los pagos a las empresas antes mencionadas del 2013 al 2018.
Los datos son los siguientes:
A Gerencia y Administración de Proyectos le pagaron siete contratos que sumados dan la cantidad de catorce millones 194 mil 971 pesos.
A Aquator le otorgaron (no aclara si mediante licitación o por adjudicación directa, a pesar de que la solicitud lo mencionaba) un total de 28 contratos que sumados dan la cantidad de noventa millones de pesos.
El hecho de que durante el tiempo que Valencia Vargas se desempeñó como titular de la Ceagua, la empresa Aquator haya estado a nombre de su compadre Héctor Javier Ibarrola Reyes fue mera coincidencia, como también que una de las accionistas haya sido su estilista Maricruz Botello Amaro, y que el esposo de ella, Heriberto de Jesús Juárez Rodríguez, sea empleado de Conagua.
Según sabemos, Juan Carlos Valencia Vargas será el candidato a presidente municipal de Cuautla, su ciudad natal, por el Partido de Trabajo (PT), por lo que muy seguramente en algunos meses tendrá que devolverle la empresa a su compadre o buscar otro prestanombre.
Y lo que son las coincidencias: todo parece indicar que uno de sus contrincantes en la elección para la alcaldía de Cuautla será nada menos que Moisés Agosto, quien lo sucedió en el cargo de secretario ejecutivo de la Comisión Estatal del Agua, y que ahora buscará ser presidente municipal bajo las siglas del Partido Encuentro Social (PES).
HASTA EL LUNES.