Jesús Castillo
Ayer, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resolvió cancelar la candidatura de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero por no haber presentado a tiempo el informe sobre los gastos de precampaña como establece la ley. Salgado Macedonio es guerrerense, y el magistrado ponente en este asunto, Indalfer Infante González, también.
Conocimos al hoy magistrado Infante González a finales de los noventas, cuando por un par de años ocupó la titularidad del Juzgado Segundo de Distrito, cuando éste se ubicaba en el edificio de la esquina de Salazar y Leyva.
En 1998 quien esto escribe cubría la fuente judicial para La Unión de Morelos (tras una efímera incursión en la administración pública como jefe de prensa de la Procuraduría de Justicia), y aunque la mayor parte de la información la recababa en los juzgados del fuero común, de vez en cuando acudía a los tribunales federales y me anunciaba con todos los jueces de distrito pidiéndoles una entrevista.
Fieles a su costumbre de creerse semi-dioses, los jueces federales me mandaron al carajo. Con excepción de dos que sí aceptaron recibirme para ver qué quería. Primero fue un juez federal que venía de San Luis Potosí y que decidió quedarse a vivir en Morelos, donde hoy ya es magistrado federal y se llama Luis Vega Ramírez.
El segundo que me abrió las puertas de su oficina fue precisamente el juez segundo de Distrito, Indalfer Infante González, quien no tenía ni 35 años de edad. Primero con mucha desconfianza (“tenemos prohibido dar entrevistas”, me decían) pero ya después con franca familiaridad, los jueces federales me dieron no solamente información jurídica, sino también de ellos como personas de carne y hueso.
Así fue como supe que Indalfer Infante nació en uno de los municipios más afectados por el narcotráfico, Petatlán, en la costa grande de Guerrero, en 1964. Su familia emigró a Chilpancingo y así él pudo estudiar la educación básica hasta llegar a la Universidad Autónoma de Guerrero, donde se tituló con mención honorífica.
Inmediatamente después de terminar la carrera de Derecho fue contratado como actuario federal en un Juzgado de Distrito de Chilpancingo y así fue ascendiendo hasta llegar a secretario de estudio y cuenta de un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Ganó su lugar como juez de Distrito en un concurso de oposición en 1996 y en el 2000 se convirtió en magistrado de un Tribunal Colegiado en la ciudad de México, por lo que se fue de Morelos. A propuesta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en 2016 el Senado de la República lo eligió Magistrado Electoral de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por un periodo de siete años.
Suponemos que fue una casualidad que el asunto del “toro sin cerca” cayera en la ponencia de Indalfer, pues de otra manera se estaría haciendo realidad aquel dicho popular que dice: “pa los toros del Jaral, los caballos de allá mesmo”.
El hecho es que el magistrado electoral que propuso confirmar la decisión del Instituto Nacional Electoral (INE) de negarle la candidatura a la gubernatura de Guerrero, conoce perfectamente al protagonista.
Cuando Indalfer hacía sus pininos como funcionario del Poder Judicial Federal, Salgado Macedonio ya era famoso por sus arengas al frente de la Corriente Democrática del PRI, PARM, PSD y PMS que se transformaría en el Frente Democrático Nacional que lo postuló a diputado federal por el II Distrito Electoral Federal de Guerrero en la LIV Legislatura del Congreso de la Unión.
Recordemos que Félix Salgado Macedonio lleva 30 años queriendo ser gobernador de Guerrero. En 1992 es postulado por el Partido de la Revolución Democrática donde pierde la elección de 1993 ante al candidato del PRI, Rubén Figueroa Alcocer. Un año después, es electo senador por Guerrero en la LVI Legislatura hasta 1997.
En 1998, nuevamente es postulado como candidato a la gubernatura de Guerrero para la elección de 1999, y otra vez pierde la elección ante el candidato del PRI, René Juárez Cisneros. Posterior a la elección, Salgado Macedonio mantuvo protestas aludiendo un fraude electoral en los comicios realizando marchas y plantones en distintos puntos del estado.
Fue presidente municipal de Acapulco de 2005 a 2008, en un periodo en el que el Cártel de Sinaloa estaba unificado, teniendo como jefe de plaza a Edgar Valdés Villarreal, La Barbie (quien también era jefe de la plaza de Morelos). Es considerado el periodo del inicio del declive de seguridad más marcado en el puerto. La presencia del crimen organizado en Acapulco quedó en evidencia en enero de 2006, cuando policías preventivos se enfrentaron con un grupo de sicarios en el punto conocido como La Garita, en la que murieron dos elementos de seguridad pública y cuatro pistoleros, que portaban credenciales de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI).
Y seguramente el magistrado Infante González ya conoce la fama de “borracho, mujeriego y jugador” que el propio Félix acepta como si fueran cualidades, y la posición de éste con respecto a las mujeres, a las que considera como objetos que sólo sirven para los quehaceres domésticos y para satisfacer sus necesidades sexuales.
Obviamente que en su análisis jurídico del recurso que le tocó resolver a Indalfer no aparece nada de lo anterior, ni tampoco las denuncias por violación y acoso sexual en su contra que no han fructificado por tecnicismos legales o por miedo de las víctimas, pero la consecuencia es la misma: Salgado Macedonio no puede ser candidato a gobernador y su resolución es irrevocable.
Una vez más se quedará con las ganas de ser titular del Poder Ejecutivo del sufrido estado de Guerrero. Veremos cuál es el “Plan B” del presidente López Obrador, quien es capaz de nombrar a otro candidato y obligarlo a jurar que renunciará a la gubernatura en cuanto la ley lo permita para dejarle el lugar a Salgado Macedonio, como lo hizo hace 12 años con aquel personaje apodado “Juanito” en Iztapalapa.
HASTA MAÑANA.