Los «operadores electorales» de Jorge Argüelles

Jesús Castillo

Ya en una columna anterior hablamos de este tipo de personajes que se autodenominan “operadores electorales” y que se ofrecen al mejor postor para la compra de votos, pero hoy tenemos un ejemplo real de cómo operan y la forma como se quedan con el dinero de los candidatos y también de las personas de escasos recursos que por necesidad trabajan con ellos.

Tenemos en nuestro poder una denuncia con sello de recibido de la Fiscalía General de Justicia y con número de carpeta de investigación SC01/4564/2021, en el que una persona discapacitada denuncia a uno de estos “líderes” por haberse quedado con su dinero, y que al reclamarle le ordenó a una de sus mujeres golpeadoras que la lesionara.

Se trata de Wilfrido Cerón Reynoso y Esbeidy Elizabeth Pena Sámano, y la víctima es Rosario Judith Ortíz García, madre soltera que presenta una discapacidad congénita en una de sus extremidades.

En su denuncia, Rosario narra que el 27 de enero del 2021, recibió una llamada de Wilfrido Cerón, a quien todos conocen como “El Willy” y que se dedica a juntar gente para los candidatos de cualquier partido político. Él le dijo que si juntaba 20 personas con credencial de elector podía ser “jefa de zona” y que le pagaría dos mil pesos a la quincena, pero era necesario acudir a una junta en un domicilio que le señalaría posteriormente.

“La reunión se llevó a cabo el día lunes primero de febrero del año en curso en las instalaciones propiedad de un partido político en Cuernavaca, a la cual asistí gustosa, acompañada de mis coordinadoras y coordinadores, impulsada por mi necesidad de trabajar para poder lograr un ingreso económico regular por estar desempleada debido a la pandemia”, dice la denuncia.

Agrega que a partir de ese momento le fue instalada una aplicación en su teléfono celular para llevar un control en su desempeño que era buscar gente con credencial de elector que se comprometiera a darle su voto al candidato que había contratado a Wilfrido, quien a su vez tenía (o tiene) un equipo conformado por Esbeidy Elizabeth Pena Sámano, Giovana Valeria Padilla Arias, María Fernanda García Olivares, Montserrat Peña Juárez, Melissa N y Rebeca Rodríguez López.

Pero ¿qué cree? el mentado Willy le quitó a cada integrante de su equipo 800 pesos de su primer pago, diciéndoles que era una especie de comisión por haberles conseguido ese trabajo con el que ganarían cuatro mil pesos mensuales por los siguientes cinco meses, así que todos aceptaron dar ese “moche”.

La gente siguió trabajando en el reclutamiento de más gente que quisiera vender su voto el seis de junio próximo, capturando todos los datos en la aplicación del teléfono celular, pero el dinero no llegaba y Wilfrido sólo les daba largas diciéndoles que el partido no había pagado.

“Hartos de tantas negativas y pretextos el día viernes 23 de abril nos dirigimos a la casa de campaña del candidato en donde fuimos informados directamente por el área contable que las dos quincenas anteriores ya habían sido pagadas y entregadas en tiempo y forma personalmente al C. Wilfrido Cerón Reynoso, detonando la sorpresa en el personal de esta área y el enojo e impotencia en mí y mis compañeros”, agrega la denunciante.

Ese mismo día recibió la llamada de Wilfrido, quien le dijo que se veían en la casa que el partido le renta como centro de operaciones en el centro de la ciudad “para que aclaremos las cosas”, a lo que la hoy víctima accedió y llegó a ese lugar alrededor de las 18 horas acompañada de algunos de sus coordinadores y llevando a su menor hija.

Luego de intercambiar reclamos, Wilfrido le dijo a su ayudante Esbeidy que elaborara un recibo por mil 200 pesos que es lo que se le adeudaba a la señora Rosario, pero ella se negó a firmarlo diciéndole que si no le daba pena lucrar con la necesidad de las mujeres, ancianos y personas discapacitadas, “a lo que contestó que yo era una muerta de hambre que abusaba de la confianza que me habían dado”.

Ante las advertencias de que lo acusaría con el candidato, “Wilfrido se burlaba y reía diciéndome que nadie me creería, que el candidato y el partido político lo respaldaban, que le hiciera como quisiera, que me largara”.

Agrega que se levantó disponiéndose a abandonar el lugar pero al empezar las escaleras “la C. Esbeidy Elizabeth Peña Sámano me tomó del cabello gritándome que era una pobre discapacitada muerta de hambre, me propinó varios golpes al azotarme contra la pared, piso y barandal”, todo ello frente a su hija de tres años.

Refiere que cuando ya se retiraba Wilfrido la alcanzó en la puerta y trató de abofetearla pero ella le quitó los lentes por lo que sólo le dio un aventón y ya no pudo pegarle porque intervinieron sus acompañantes, por lo que sólo la amenazó diciéndole que se iba a arrepentir. Se retiraron de esa oficina ubicada en la calle Cuauhtemotzin número 51 interior seis, y ya en su casa se dio cuenta que en la trifulca se le había roto su prótesis.

“En virtud de lo expuesto y ante el temor de mi integridad, de la de mi menor hija y las personas que están a mi alrededor, es que solicito se me otorgue protección y/o resguardo y en caso de que algo me llegar a ocurrir señalo como responsables a Wilfrido Cerón y a Esbeidy Elizabeth Peña Sámano”, termina diciendo la denuncia cuya copia obra en poder de este columnista.

Obviamente la Fiscalía General de Justicia ni le otorgó protección, ni mandó citar a las personas aquí mencionadas y mucho menos remitió la denuncia a la Fiscalía de Delitos Electorales, a pesar de que de la narrativa se desprende que en Cuauhtémotzin número 51 interior seis opera un “centro de mapachería” que tiene como finalidad la cooptación de electores.

Esto es sólo una muestra de cómo están operando los partidos políticos que buscan ganar las elecciones del próximo seis de junio. Ahora ya se modernizaron y hasta ocupan aplicaciones cibernéticas para saber en tiempo real cuánta gente tienen “comprada”.

Sin embargo, ya pasó en dos ocasiones, una en las votaciones para presidente municipal, y otra en las elecciones para gobernador: la gente recibió el dinero y votó por aquel candidato que les parecía mejor, y no por el partido que los estuvo financiando desde meses antes.

Bien decía un politólogo que durante años los partidos políticos se aprovecharon de la gente, y hoy la gente se aprovecha de los partidos políticos.

HASTA MAÑANA.