Jesús Castillo
Vientos de cambio se advierten en el Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Poder Judicial del Estado de Morelos en el que Leticia Castro Balcazar, ostentándose indebidamente como secretaria general del mismo, está convocando a una asamblea extraordinaria para mañana sábado, donde intentará convencer a sus agremiados de que la ratifiquen en el cargo que viene ocupando desde 2012.
Según una nota publicada en La Unión de Morelos el pasado 29 de abril, el Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje (TECA) declaró improcedente la reelección del Comité Ejecutivo del SUTSPJEM.
Habiendo tomado el control del organismo sindical en agosto del 2012, en 2016 se reeligió por otros cuatro años y, en 2020, con el voto sólo de los delegados -ya que Morelos se encontraba en semáforo naranja- se reeligió para un tercer cuatrienio, para concluir su representación hasta 2024 y convertirse en la dirigente sindical del Poder Judicial con más años en el cargo.
Sin embargo, al resolver el recurso promovido por Leticia Castro ante el TECA para que se le reconociera su tercer periodo, el tribunal laboral declaró improcedente la continuación del comité directivo y sus comisiones permanentes.
Obviamente que esa determinación es recurrible y puede tardar años en que sea resuelta definitivamente, pero lo importante es saber si Castro Balcazar tiene el apoyo de la mayoría de sus agremiados.
La historia nos ha demostrado que no es sana la permanencia de un mismo grupo en la dirigencia de un sindicato, ya que se cae en excesos, como ha incurrido en el SNTE o en Pemex, donde sus líderes sindicales se enriquecen y se eternizan en el puesto.
En el caso de la señora Castro Balcazar no es la excepción. A cambio de “mantener la estabilidad laboral”, las últimas presidentas del Tribunal Superior de Justicia favorecieron a la lideresa con lo que pidiera, tanto en cuestiones financieras como en plazas para sus familiares.
Según la información pública de oficio que puede consultarse en la página del TSJ, su salario es de siete mil 157 pesos mensuales como “capturista”, pero en los hechos sus ingresos son muy superiores, lo que se refleja en su cambio de status de unos años para acá, que incluye una alberca en su casa y coches nuevos.
Dentro del tribunal todo se sabe, y son sus propios compañeros quienes se encargan de divulgar cuestiones como los beneficios que ha obtenido para su familia: el ascenso para su hija Leticia Castro González, a quien también integró a su comité sindical; una plaza de auxiliar de analista para su hijo Lorenzo González Castro; otra para la pareja de éste, Hortensia Valladares Arciniega, y hasta su ex marido de nombre Lorenzo también resultó beneficiado.
Alejandro Figueroa, un periodista de la vieja guardia que conoce el TSJ al derecho y al revés, escribió que “la ex líder sindical le daba dinero a su ex marido para comprar bebidas embriagantes a los operado(res)s simpatizantes de ella a efecto de que cualquier bronca que surgiera ellos salieran en su defensa, a lo que el famoso Lencho decía que su ex le daba hasta cinco mil pesos para una briaga sin contar que el señor así como lo ven es prestamista de dinero cobrando un interés del diez por ciento ¿y de donde sacaba el dinero? él mismo decía que Leticia tenía una caja chica para ella de 200 mil pesos y este tipo se encargaba de prestarlo cobrando un diez por ciento de interés a los compañeros; entonces la exlíder de donde sacaba ese dinero, se sabe que lo saco de la prestación que otorga el Instituto de Crédito pero que a nosotros nunca nos reportó”, según le dijeron al polémico reportero.
Y enseguida vienen los datos duros:
Cada año la parte patronal le otorgaba la cantidad de 15 mil pesos por concepto de recreación para los trabajadores sindicalizados, pero los únicos que se recreaban eran los miembros del comité y sus familias en las mejores playas del país.
Asimismo, la administración del TSJ le entregaba la cantidad de sesenta mil pesos cada año “para el mantenimiento y sostenimiento de la sede sindical”, del que los trabajadores no saben en qué se utilizó pues es del dominio público que de eso se encargan los empleados del tribunal.
Otro rubro es el de “actividades de asistencia social”, a razón de 40 mil pesos anuales, que según sus mismos compañeros, “fue a parar a la alberca que construyó en su casa, la que se jacta diciendo que tiene un mosaico veneciano muy hermoso con figura de delfín”.
También reclaman cuentas de los 200 mil pesos por concepto de festejo del Aniversario del Sindicato. Lo que dicen los agremiados es que por la pandemia no se han hecho fiestas, y que cuando se hacían, doña Lety “peinaba” a los proveedores diciéndoles que era para el festejo de los trabajadores.
Hay otra partida que se llama “gastos a las gestiones sindicales”, que sumando los ocho años que lleva en el cargo, la actual lideresa habría recibido 400 mil pesos que no se saben dónde quedaron.
Pero lo que más le reclaman es un supuesto pago de un millón de pesos que le hizo la administración de Carmen Cuevas, que según les dijo Castro Balcazar se ocupó en la compra de una copiadora de 600 mil pesos para el servicio de copias que tiene concesionado el sindicato, pero según los quejosos, nunca transparentó el uso de ese recurso ni tampoco el negocio de las copiadoras.
Total que Alex Figueroa le publicó a Lety Castro Balcazar la lista de todos los familiares que ella ha metido a trabajar, pero también los que han entrado por recomendación de sus incondicionales del Comité para mantenerlos contentos.
El peculiar estilo de escribir de este veterano reportero empírico provocó que la lideresa sindical lo acusara de misógino y de violencia de género. Por eso es que en este espacio reprodujimos los mismos datos que Alejandro Figueroa, pero sin apodos ni albures. Y es que últimamente cuando ha habido mujeres que son señaladas por actos de corrupción, inmediatamente recurren a la tan llevada y traída “violencia de género”, en lugar de aclarar las irregularidades que les están imputando.
El miércoles a través de su página de Face el sindicato convocó a una “asamblea general extraordinaria” para mañana sábado a las 10 en el Club de Leones, “tomando en consideración todos los actos tendientes a obstruir nuestras atribuciones sindicales, ha llegado el momento de tomar medidas drásticas para hacer valer nuestros derechos y no permitir tanto abuso, maltrato y discriminación en nuestra contra”, dice el documento.
En estricto derecho, Leticia Castro Balcazar no debería firmar ya esa convocatoria en virtud de que la autoridad la ha desconocido como máxima representante del sindicato, pero seguramente este sábado adoptará la posición de víctima y gritará a los cuatro vientos que quieren apoderarse del organismo sindical, por lo que llamará a “cerrar filas”.
Así actúan las personas cuando están cegadas por el poder y buscan eternizarse en el cargo en el que han encontrado un modo de vida bastante cómodo. Los trabajadores del Poder Judicial tienen la decisión en sus manos y nadie se debe meter en sus cuestiones internas, pero lo cierto es que en todo órgano debe haber una saludable oxigenación de vez en cuando y este sindicato ya lo está pidiendo a gritos.
HASTA EL LUNES.