Jesús Castillo
El estado de Morelos tradicionalmente ha sido de izquierda, pero sobre todo es AMLOísta, es decir, que creen en la política que está aplicando el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, lo que ocasionó que el pasado domingo 6 de junio, se haya dado una nueva “ola morena” con algunas excepciones.
La ESTRATEGIA diseñada por el gobierno federal de tratar de convencer al electorado de que había que votar en cascada por todos los candidatos de Morena para completar el proyecto de la cuarta transformación, le funcionó casi a la perfección.
Fue esa campaña orquestada desde el centro del país, lo que hizo que las dos diputadas y los dos diputados federales de ese partido pudieran reelegirse prácticamente sin hacer campaña. ¿O usted vio alguna promoción del candidato José Guadalupe Ambrocio Gachuz? Pues el señor obtuvo 53 mil 643 votos. Su más cercano perseguidor, el panista Jorge Sedano, reunió poco más de 20 mil.
El caso del cuarto distrito electoral con cabecera en Jojutla es digno de análisis. Ahí compitió por la Coalición Morena-Verde-PT Brenda Espinoza López, y nadie le daba esperanzas por dos circunstancias, la primera es que ella no es de Jojutla, sino de Cuautla, y que llevaba como competidores a dos “monstruos” de las campañas electorales: Amado Orihuela Trejo y Enrique Alonso Plascencia.
El primero ya fue candidato a la gubernatura por el PRI, luego se registró como precandidato por Morena y “al cuarto para las doce” fue inscrito como candidato a diputada federal por el partido “satélite” de Morena, denominado Fuerza por México. Machista y atrabancado como es, Amado tuvo que aguantar las burlas de sus amigos por traer un chaleco color rosa.
No hizo campaña tampoco, al considerar que con toda la trayectoria que tiene y la estructura que ha ido conformando le sería suficiente para lograr la ansiada diputación federal (por segunda vez). El ganadero y productor de caña obtuvo 25 mil 559 votos el pasado domingo, los cuales son muchos, pero no suficientes para ganar.
De hecho, ocupó el tercer lugar, pues el ex presidente de Tlaquiltenango, el polémico Enrique Alonso, quien también cambió de partido a última hora (del PRD se cambió a Redes Sociales Progresistas) acumuló 32 mil 197 votos.
Aquí vale la pena mencionar que ambos candidatos han sido señalados de tener nexos con la delincuencia organizada.
Pues con todo eso, la ganadora fue la jovencita Brenda Espinoza, cuyo único mérito es ser activista de AMLO. Ella, con una discreta campaña, logró la friolera de 61 mil 868, de los cuales 46 mil 716 fueron para Morena y el resto para los dos partidos que se coaligaron.
En Cuautla, con todo y lo que se habla de ella, la señora Juanita Guerra Mena obtuvo 54 mil 723 votos, contra 16 mil 909 de la candidata del PAN, Nancy Echeverría Guerrero y 16 mil 759 de José Luis Galindo Cortéz, del Partido Encuentro Solidario. Por cierto que Hugo Erick Flores debe estar agradecidísimo con Pepe Galindo, pues esos 16 mil votos son oxígeno puro para el naciente partido nacional que anda “arañando” el tres por ciento requerido para conservar el registro.
En Jiutepec doña Alejandra Pani Barragán sólo salió algunas veces a recorrer las calles, se tomó fotos comprando helados y raspados con los comerciantes callejeros, no invirtió gran cosa en publicidad y así le cayeron como por obra del cielo 59 mil 469 votos a su favor.
En tanto que sus contrincantes, recorrieron todo el distrito, regalaron utilitarios, contrataron publicidad, y sólo obtuvieron las siguientes cifras: Ricardo Dorantes Sanmartín, del PAN, 18 mil 887 votos; Martha Paola Sánchez Orozco, PRI, 13 mil 696; Sergio Arturo Beltrán Toto, RSP, 11 mil 081; Arnulfo Montes Cuen, PRD, 10 mil 082 votos.
Por cierto que Montes Cuen debe entender que lo suyo no es la política. Ya intentó por todos los partidos ser diputado local o federal, y nunca lo ha logrado. Consideramos que su error esta en considerar que con dinero se puede lograr todo y que a la gente no le importa el partido, así que el sonorense avecindado en Jiutepec no ha tenido empacho en cambiarse de camiseta cuantas veces ha sido necesario, y cada tres años compra una candidatura diferente.
Dejamos para el final de este análisis el caso del primer distrito con cabecera en Cuernavaca. Aquí, como ya sabemos, el ganador fue Jorge Alberto Barrera Toledo, de Morena, con 46 mil 819 votos, que representa el 30.30% de la votación total.
Su más cercano perseguidor fue el panista Oscar Daniel Martínez Terrazas, con 43 mil 158 votos. Luego sigue Nadia Luz María Lara Chávez, del partido Fuerza por México que logró 15 mil 745 sufragios, convirtiéndose así en una verdadera promesa de la política para subsecuentes procesos electorales. El priísta Gabriel Haddad Giorgi obtuvo 15 mil 358.
Aquí la gran perdedora fue Vianey Nájera Vázquez, quien ofreció al Partido Encuentro Solidario miles de votos por tener el control de muchos sindicatos, y al final sólo les pudo aportar 4 mil 156 sufragios. Por candidatos como ella es que el PES está sufriendo para mantener el registro.
Hay un detalle que queda para el análisis posterior. En los municipios que son cabeceras distritales ganó tanto el candidato a presidente municipal como el candidato a diputado federal. En Jojutla Juan Ángel Flores, en Cuautla Rodrigo Arredondo, en Jiutepec Rafa Reyes, pero mientras que en Cuernavaca ganó Jorge Toledo, el ganador de la contienda a nivel municipal fue el candidato del PAN, José Luis Urióstegui.
¿Cómo explicar este fenómeno? Para el analista político Eolo Pacheco, “Urióstegui no es ningún fenómeno electoral, está lejos de ello, pero se volvió la esperanza de muchas personas que se cansaron de lo mismo, que buscaron darle un viraje político a la capital y encontraron en su persona el camino para hacerlo. El triunfo del candidato derivó de muchas circunstancias que estuvieron más allá de su equipo, fueron el resultado del trabajo de muchísimos ciudadanos que hicieron campaña por él desde fuera, que llamaron al voto sin conocerlo, por la única razón de que no querían que ganara otro”.
Es evidente que en Cuernavaca el voto fue diferenciado. Votaron por Jorge Toledo para que fuera diputado federal, pero no por el candidato de la Coalición Morena-PES-PNA a la presidencia municipal de Cuernavaca. Y al parecer, tampoco por sus candidatos a las dos diputaciones locales.
Haya sido como haya sido, los candidatos de Morena ya tienen su curul apartada, con la única condición de aprobar cuanta reforma mande el mesías de Palacio Nacional. A ver a dónde nos lleva esta aventura.
HASTA MAÑANA.