Jesús Castillo
“Soy un hombre de logros que ha venido desde abajo, orgulloso hijo de un conserje, egresado de la gloriosa Universidad de mi estado donde trabajé, estudié y hoy imparto clases. Y tengo la convicción de que puedo servir más a la sociedad desde un cargo de elección popular”, se definía a sí mismo Francisco Sotelo Gil en noviembre del año pasado.
“Paco Sotelo” —como lo conocen sus amigos—, nos recibió en su taller donde hace libros, revistas y todo tipo de impresiones. Ahí, sobre una máquina rotativa nos platica cómo incursionó en las artes gráficas hasta convertirse en el presidente de la Cámara de ese sector, y en un importante empresario del ramo.
“Fui conserje varios años en la Universidad del estado, comencé barriendo pero en cuanto pude me pasé a la imprenta que tenía la máxima casa de estudios y ahí aprendí el oficio de impresor. A la par estudiaba la preparatoria y al terminarla me inscribí para hacer el examen de admisión a la Facultad de Contaduría y Administración, el cual afortunadamente aprobé por mis propios méritos, es decir, no hice uso del ‘pase directo‘ al que tenía derecho por ser hijo de sindicalizado, así me gradué como licenciado en administración y posteriormente puse mi propia empresa: Impresiones Huella”.
—Entonces tu primer trabajo fue como conserje? —le preguntamos—.
—Formalmente sí, pero debo decir que antes de eso trabajé de bolero. A la fecha conservo como recuerdo el cajón de madera que utilizaba para lustrar zapatos de oficina en oficina -contesta orgulloso-. Cargaba canastas en el Mercado Adolfo López Mateos, vendía revistas en los camiones de la flecha roja… era un niño inquieto pues.
Francisco nos habla también de su padre, quien se jubiló como conserje de la UAEM; de sus hermanos –todos menores que él- y de sus cuatro hijos, uno de los cuales siguió sus pasos tanto en la carrera de administración como en los negocios.
“Me siento satisfecho con lo que he realizado desde el ámbito familiar”, afirmaba.
—Qué le recomendarías a los empresarios, sobre todo a los jóvenes que van comenzando con sus proyectos, ¿cuál es la fórmula del éxito?
—La fórmula es no tenerle miedo a los riesgos. En mi caso, ante la falta de recursos económicos tuve que recurrir a los “trueques”; es decir, adquirí un terreno como trabajador de la UAEM y lo cambié por una máquina. Luego compré un departamento con un crédito de Infonavit y a los cuatro años lo vendí para equipar mi imprenta. Y sólo de esa forma –arriesgando mi patrimonio- he logrado consolidar mi empresa.
Lo que no se imaginaba Paco es que el creador lo llamaría a cuentas antes de lograr su sueño de ser legislador. El virus del Covid 19 lo llevó a hospitalizarse y falleció el pasado 12 de abril.
A iniciativa del comunicador Arturo Aguirre, se organizó un desayuno-homenaje en el restaurante “El Faisán”, donde Paco Sotelo acostumbraba ir con frecuencia, ayer miércoles por la mañana. Ahí, fuimos llegando uno a uno los que convivimos por una u otra circunstancia con Francisco Sotelo Gil, al que algunos apodaban “El Gallo”.
Los primeros en llegar fueron sus hijos, Josué y Juan Carlos, así como el organizador Arturo Aguirre. Luego arribó el maestro Uriel Carmona Sánchez, director de la escuela Vasconcelos donde Paco trabajó como intendente; el abogado Raúl Vergara Mireles y su hija Gloria; el director de la Facultad de Contaduría, Administración e Informática de la UAEM, Felipe de Jesús Bonilla Sánchez; el representante del Sindicato de Trabajadores Académicos de la máxima casa de estudios, Enrique Pérez Salazar y el litigante Cipriano Sotelo Salgado.
Luego se incorporaron los contadores Alfredo Salgado Salgado y Federico Lagunas Aranda, y al final llegaron el ingeniero Gerardo Silva y el también contador Rodrigo Rojas.
Y en uno de los extremos de la mesa, la fotografía del homenajeado y el cajón de bolero que tanto presumía cada vez que hablaba de sus orígenes.
Cada uno de los presentes contó alguna anécdota o aspecto que los identificara con Sotelo Gil. Arturo Aguirre recordó que lo conoció en 1976 en la Preparatoria número uno, cuando Paco barría los patios y que alguna vez ambos demostraron sus habilidades como lustradores de calzado y presumieron sus respectivos cajones de madera que les permitió ganar sus primeras monedas.
Post Mortem, el catedrático de la UAEM recibió sendos reconocimientos de la Facultad de Contaduría que entregó su director Felipe de Jesús Bonilla, de la Facultad de Derecho que envió Eduardo Oliva y del Sindicato que encabeza Mario Cortés.
Cipriano Sotelo recordó que conoció a Paco hace muchos años y le llamó la atención que se llamaba igual que su padre, Francisco Sotelo Zuloaga, además de que ambas familias provenían del vecino estado de Guerrero. En los últimos años, la imprenta de Sotelo Gil se había convertido en la maquiladora de los libros del rector de la Universidad de Ciencias Jurídicas.
El contador público Alfredo Salgado habló de su amistad con el homenajeado, de aquel viaje inolvidable a Acapetlahuaya, pueblo natal de Paco, muy cerca de Teloloapan de donde proviene Alfredo, para disfrutar de la comida típica de la ranchería y reavivar sus orígenes guerrerenses y de la cultura del esfuerzo.
También el contador Federico Lagunas rememoró la vez que lo conoció siendo estudiante de Contaduría, cuando necesitaba hacer una tarea sobre la organización de una empresa y Paco Sotelo lo atendió siendo propietario de Impresos Júpiter, una pequeña imprenta ubicada en la avenida Universidad y lo atendió con mucha paciencia, sin saber que años más tarde serían entrañables amigos.
El maestro Uriel Carmona dijo que Francisco Sotelo Gil es un ejemplo de superación y perseverancia tanto en la academia como en el ámbito empresarial cuyo recuerdo perdurará entre sus familiares y amigos que disfrutamos de sus ocurrencias y su bondad.
Bien dice Alberto Cortéz que cuando un amigo se va deja un espacio vacío que nada lo puede llenar. En nuestro caso, nos hace falta Paco Sotelo para esas charlas interminables sobre política, economía, y hasta cuestiones personales.
Como no lo vimos partir, sentimos que en cualquier momento va a sonar el teléfono y escucháremos su singular voz para decirnos (al igual que ayer nos reiteró su hijo): “¿Qué pasó Gallo?¿Cuándo empezamos a hacer el próximo número de tu revista?”.
Desde este espacio un abrazo fraterno para la familia de Francisco Sotelo Gil, quien ya descansa en paz.
HASTA MAÑANA.