Jesús Castillo
Bajo el argumento de que no había condiciones sanitarias para convocar a elecciones generales, la lideresa del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Poder Judicial (SUTSPJ), Leticia Castro Balcazar, pretendió eternizarse en el cargo hasta que las bases la obligaron a dimitir y mañana sábado los sindicalizados habrán de elegir a su nuevo dirigente para los próximos cuatro años.
Habiendo tomado el control del organismo sindical en agosto del 2012, en 2016 obtuvo los sufragios suficientes para mantenerse por otros cuatro años y, en 2020, con el voto sólo de los delegados -ya que Morelos se encontraba en semáforo naranja- se reeligió para un tercer cuatrienio, para concluir su representación hasta 2024 y convertirse en la dirigente sindical del Poder Judicial con más años en el cargo.
Sin embargo, el Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje le negó la llamada “toma de nota”, ante lo cual Leticia Castro promovió un juicio de amparo que perdió en su primera instancia, pero intento sostenerse en la Secretaría General alegando que no era una resolución definitiva.
En una asamblea realizada el 12 de junio en el Club de Leones la lideresa no consiguió el apoyo de la mayoría de sus compañeros para mantenerse en el puesto por lo que tuvo que convocar a elecciones, no sin antes mandar golpear a uno de los que más se opusieron a su permanencia.
En la columna del 11 de junio del presente año, expusimos que a cambio de “mantener la estabilidad laboral”, las últimas presidentas del Tribunal Superior de Justicia favorecieron a la lideresa con lo que pidiera, tanto en cuestiones financieras como en plazas para sus familiares.
Según la información pública de oficio que puede consultarse en la página del TSJ, su salario es de 7 mil 157 pesos mensuales como “capturista”, pero en los hechos sus ingresos muy superiores, lo que se refleja en su cambio de status de unos años para acá, que incluye una alberca en su casa y coches nuevos.
Dentro del tribunal todo se sabe, y son sus propios compañeros quienes se encargaron de divulgar cuestiones como los beneficios que ha obtenido para su familia: el ascenso para su hija Leticia Castro González a quien también integró a su comité sindical; una plaza de auxiliar de analista para su hijo Lorenzo González Castro; otra para la pareja de éste, Hortensia Valladares Arciniega, y hasta su ex marido de nombre Lorenzo también resultó beneficiado.
Asimismo, la administración del TSJ le entregaba la cantidad de sesenta mil pesos cada año “para el mantenimiento y sostenimiento de la sede sindical”, del que los trabajadores no saben en qué se utilizó pues es del dominio público que de eso se encargan los empleados del tribunal.
Otro rubro es el de “actividades de asistencia social”, a razón de 40 mil pesos anuales, que según sus mismos compañeros, “fue a parar a la alberca que construyó en su casa, la que se jacta diciendo que tiene un mosaico veneciano muy hermoso con figura de delfín”.
También reclaman cuentas de los 200 mil pesos por concepto de festejo del Aniversario del Sindicato. Lo que dicen los agremiados es que por la pandemia no se han hecho fiestas, y que cuando se hacían, doña Lety “peinaba” a los proveedores diciéndoles que era para el festejo de los trabajadores.
Hay otra partida que se llama “gastos a las gestiones sindicales”, que sumando los ocho años que lleva en el cargo, la actual lideresa habría recibido 400 mil pesos que no se saben dónde quedaron.
Pero lo que más le reclaman es un supuesto pago de un millón de pesos que le hizo la administración de Carmen Cuevas, que según les dijo Castro Balcazar se ocupó en la compra de una copiadora de 600 mil pesos para el servicio de copias que tiene concesionado el sindicato, pero según los quejosos, nunca transparentó el uso de ese recurso ni tampoco el negocio de las copiadoras.
Con esos antecedentes se realizarán elecciones mañana sábado en el estacionamiento del Palacio de Justicia, en las que cuatro planillas buscan la dirigencia sindical.
A continuación damos los nombres de quienes están en cada planilla.
La Planilla Blanca está encabezada por José Luis Paez Padilla como candidato a secretario general y le acompañan Tomás Jaimes Díaz; Samuel Díaz López, Mario Trujillo Delgado, José Juan Estrada Ríos, María Elena Rendón Amaro, María Elena Salazar González, Araceli Vázquez Morales, José Luis Hernández Figueroa, Miguel Delgadillo Rojas, Neily Nájera Mojica y Alba Nidia López Cardoso.
La Planilla Azul está proponiendo a Carmen Román Guzmán Rangel como dirigente y en los demás cargos a Eder Adán Mendoza Ochoa, Elixer Ruiz Juárez, Juan José Castrejón Sánchez, María del Carmen Romero Jaurez, Azucena Cruz Cuevas, Alma Delia Díaz Olazcoaga, Irene Rodríguez López, Claudia Maricela Gutiérrez Cuellar, Guillermina Rodríguez Mendoza, Alicia Bustamante Ramírez y Ericka Aquino Villagómez.
La Planilla Roja lleva como secretario general a Roberto Vargas Sánchez acompañado por Eyair Jonathan Mancio Honorato, Maribel Flores Duarte, Pablo Vázquez Morales, Fernanda Fernández Degante, Manuel Damián Juárez, Elizabeth Bernal González, Araceli Vidal Uribe y Bryan Ariel González Villegas.
La Planilla Verde está integrada por Jossimar Gastón Adrián Pita Ríos como secretario general, Nancy Pérez Vázquez, Alejandro Ronzón Moreno, Orfelín Tapia Ortiz, Dulce Marjorie Estephanie Morales González, Cecilia Mota Sánchez, Nora Trejo Barrera, Maribel Mazón Hernández, Alma Castañeda González, Luis Fernando Maldonado Campos, Juana Villa Vergara y Violeta Araceli Orozco Morales.
Hasta donde sabemos la fase de proselitismo ha transcurrido sin incidentes ni “dados cargados”, así que se supone que todas las planillas tienen la misma oportunidad de triunfo. Sólo nos queda hacer votos porque las elecciones de mañana también se desarrollen en total calma y con respeto entre los protagonistas. Que gane el mejor.
Y ojalá que el nuevo dirigente (como habrán visto, no hay ninguna candidata mujer a la secretaría general) termine con esa pésima tradición de enriquecerse en cuatro años a costa de las cuotas de los trabajadores y dádivas de la parte patronal.
También, que entienda que para nada es saludable mantenerse en el cargo por más tiempo del que establecen sus estatutos, porque la historia siempre es la misma, sólo cambia el nombre del protagonista.
HASTA EL LUNES.