El costo de la pobreza

Jesús Castillo

Otra vez Mónica Romero. La misma que en 2016 se apostó en el templete atrás del orador oficial en la reunión nacional de alcaldes con una cartulina en todo lo alto con la leyenda “Fuera Graco”; en esta ocasión prácticamente metió su cabeza en la ventanilla de la Suburban presidencial, lo que fue captado por la lente del fotógrafo Tony Rivera.

La activista defensora del medio ambiente le expuso al presidente Andrés Manuel López Obrador la tragedia que viven unas 50 familias del cerro de Vista Hermosa, municipio de Jiutepec, ya que tendrán que abandonar sus hogares por el desgajamiento del cerro como consecuencia de la explotación del material pétreo.

“No vamos a dar más concesiones para la explotación de minas en el país”, le dijo López Obrador a Mónica, quien para ese momento ya había metido su brazo derecho al vehículo y estaba prácticamente cara a cara con el mandatario.

“No señor presidente, ésta es otra mina y no es de minerales sino de piedra, está en Jiutepec y son alrededor de 50 familias las que están siendo desalojadas y no tienen a dónde ir”, le aclaró la activista al tiempo de darle un folder con todos los antecedentes.

-Le voy a pedir a la secretaria de medio ambiente que haga una revisión de esta mina y veremos que se les apoye a las familias desplazadas- dijo el presidente de la República antes de alejarse en su vehículo seguido del convoy de seguridad.

El problema es el mismo que en muchos lugares de este país: la miseria en que viven infinidad de familias las orilla a adquirir predios en las zonas geográficas más inhóspitas, ya sea a la orilla de las barrancas o, como en este caso, en lo más alto de un cerro, porque es lo único que pueden pagar.

Así sucedió con los habitantes del cerro “Piedras Preciosas”, municipio de Jiutepec, que se asentaron ahí hace más de 40 años y comenzaron a construir sus viviendas como pudieron, primero con madera y láminas, posteriormente con blocks de cemento. Ellos sabían que esas tierras eran comunales, pero como los comuneros nunca les dijeron nada, ya las consideran parte de su patrimonio aunque no tengan escrituras.

Sin embargo, el pasado 28 de septiembre hubo un desgajamiento de rocas que afortunadamente no cayeron en ninguna vivienda. El presidente municipal Rafael Reyes Reyes se trasladó hasta el lugar y convenció a las familias de evacuar la colonia Vista Hermosa para no poner en riesgo sus vidas.  Desde el 14 de septiembre se habían registrado los primeros agrietamientos en el suelo, por lo que el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), realizó una visita técnica y entregó un dictamen con fecha 21 de ese mismo mes.

En dicho documento (cuya copia tenemos en nuestras manos), se pone como antecedente que ya en 2011 se efectuó una visita a este sitio debido a un deslizamiento de suelos y rocas contiguo al banco de materiales que se localiza en la parte baja de esta colonia. “En dicha visita, se identificaron grietas concéntricas al escarpe principal de falla, que se extendían ladera arriba, por lo que eran indicativas de un fenómeno de inestabilidad retrógrado, determinando que la falla pudo estar asociada a actividades humanas, debidas a la extracción de materiales”.

Desde aquella ocasión se recomendó desocupar las viviendas y estabilizar el terreno mediante bermas y terrazas, y en esta ocasión, los expertos fueron claros en que “el proceso de falla documentado en 2011 se ha extendido hacia la parte alta de la ladera, afectando a un mayor número de viviendas. Este proceso se ha visto favorecido por la infiltración de agua de lluvia, sismicidad, fugas de agua y las vibraciones producidas por las detonaciones para la extracción de materiales”.

Aún más, se menciona que por las dimensiones de la masa fallada, se estima que, técnica y económicamente, no es posible implementar medidas de mitigación para estabilizar la ladera, por lo que esta zona deberá considerarse como de alto riesgo. “Por lo anterior, se recomienda reubicar a los habitantes de las 20 viviendas dentro del área de afectación, considerando que este número podría aumentar si el deslizamiento sigue propagándose ladera arriba”.

Más claro ni el agua. Afortunadamente en este caso no se han tenido pérdidas humanas qué lamentar, como sí ocurrió en el Cerro del Chiquihuite, pero es un llamado muy a tiempo.

Por otro lado, el documento de CENAPRED advierte también que “de continuar los trabajos de extracción de materiales se corre el riesgo de que la zona de inestabilidad se extienda hacia la zona más densamente poblada, “por lo tanto, se recomienda tomar medidas definitivas en cuanto a la operación de éste, ya que, con base en los antecedentes observados, el área de extracción se ha incrementado y profundizado de 2011 a la fecha”.

Recordemos que el propietario de esta empresa, Francisco Javier Barbará Salazar (presidente de Canacintra hace varios años) mantiene un litigio de años contra los comuneros de Jiutepec, y seguramente no se quedará con los brazos cruzados si llegaran a clausurarle su mina.

Habrá quien diga que los culpables son los propios afectados por haber comprado terrenos en una zona que a todas luces se advierte que es peligrosa, sin embargo, quienes provenimos de la cultura del esfuerzo sabemos lo difícil que es conseguir un pedazo de tierra donde llevar a la familia para ya no pagar renta.

Aquí lo que se requiere es que se reúnan los tres niveles de gobierno a buscarle una solución al problema, pero también que los afectados sean conscientes de que no pueden reclamar algo del que siempre se les dijo que era riesgoso.

Aquí lo más viable es una indemnización, o bien, una reubicación a algún predio previamente expropiado para dejar libre ese cerro que tarde o temprano terminará por desgajarse. Comuneros y empresario también deberían de buscar una solución a ese añejo conflicto legal en el que ambas partes salieran ganando, pero eso ya es mucho pedir.

El presidente de la República ya marcó la pauta a seguir; el gobernador llegó al cargo a través de una coalición de partidos que encabezó López Obrador y el actual alcalde acaba de reelegirse en el cargo bajo las siglas de ese mismo instituto político que es Morena.

¿Entonces cuál es el problema? Ojalá que por primera vez los tres niveles del gobierno se pudieran poner de acuerdo con la gente afectada y le encontraran una solución a este conflicto que no es culpa de AMLO, ni de Cuauhtémoc ni de Rafa Reyes, pero que social y políticamente les convendría a los tres.

HASTA MAÑANA.