El bochornoso caso del diputado Marcos Zapotitla será recordado como el que vino a echar a perder las excelentes relaciones entre los tres poderes del estado. Hoy, todo es “sospechosismo”, pues el ex presidente de la Junta Directiva del Congreso Local, Alfonso de Jesús Sotelo, está seguro de que la Fiscalía Anticorrupción lo persigue políticamente y existe la creencia de que el juez Ramón Villanueva “le echó la mano” al ex legislador pues sobreseyó la causa penal, sin que se lo solicitara la defensa.
Y todo por una “noche de copas”.
La tarde del lunes 6 de julio de 2020, un grupo de legisladores locales, entre ellos José Casas González, Alfonso de Jesús Sotelo Martínez, José Luis Galindo Cortes y otras mujeres diputadas se congregaron al sur de Cuernavaca, según el relato que publicó el periodista judicial Carlos Quintero.
La cita, en el restaurante “El Gusto”, ubicado en la calle 16 de septiembre número 602 de la colonia Acapantzingo. También asistió el diputado, Marcos Zapotitla. En la declaración que José Casas rindió ante el Ministerio Público, uno de los testigos del caso, establece que él llegó apresurado al lugar, a las 14:40 horas.
Alrededor de las 19:30 horas arribó una mujer. Ella fue presentada por Zapotitla Becerra como su amiga y secretaria particular, no dio más detalles. La mujer, en ese entonces de 27 años e identificada por sus iniciales como: R. G. T., dice en su denuncia que, ese día alrededor de las 18:30 horas ella recibió un mensaje de Whatsapp:
“Si puedes te veo aquí, tú me dices”.
La joven llegó pero se sentó en una mesa aparte para no interrumpir a los diputados que parecían estar tratando asuntos de mucha trascendencia, pero nunca dejaron de tomar bebidas alcohólicas. “A las 23:50 horas nos retiramos porque los diputados comenzaron de impertinentes a romper vasos”, declaró la ex auxiliar de Marcos Zapotitla.
Según la versión de la mujer víctima, ella llevó a su casa al diputado porque él no sabe manejar auto. En los primeros minutos de la madrugada del 7 de julio, arribaron al domicilio de Marcos Zapotitla, en la calle Iguala de la colonia Vista Hermosa de Cuernavaca.
“Fue en esa casa donde R. G. T. dice que Marcos la atacó sexualmente. Ella entró al baño, después fue a la cocina por un vaso de agua y ahí fue en donde él le llegó por detrás y la sometió. La víctima refirió que él la besó a fuerzas. Ella no se pudo zafar porque la mordió de sus labios, no podía moverse. Le levanto su blusa y comenzó a chupar y morder sus pechos.
“Después, toqueteó sus glúteos y quiso meter un dedo. Por más que intentó no lograba escapar de él. Entonces la quiso despojar del pantalón y metió un dedo en su vagina, después otro”, dice la crónica de Carlos Quintero en elguardianmx.com.
Ella escuchó pasos en el piso de arriba y el ruido de un mueble que lo movían. Fue así como la soltó y pidió que le abriera la puerta porque se quería ir. Esa noche, ella llamó a su amigo, Juan Carlos F. G., a quien le confió lo que le había pasado. No quería estar sola y durmió en la casa de Juan Carlos.
Cuando podía haberlo arreglado de otra forma, Marcos Zapotitla comenzó a cometer una serie de errores. Quiso contratar al abogado Cipriano Sotelo Salgado, pero no aceptó su estrategia jurídica. Después habló con Miguel Ángel Rosete y tampoco llegaron a un acuerdo.
Ya para ese momento la víctima había interpuesto una denuncia por violación equiparada con la asesoría jurídica de los abogados Gibran Haro y Sebastian Izunza (quienes renunciaron al caso antes de que se judicializara el asunto).
Como Zapotitla era diputado fue necesario que la Fiscalía presentara una solicitud de procedencia ante el Congreso Local. Ahí fue donde se comenzó a politizar el asunto, pues el legislador pertenecía al Partido Encuentro Social y era el pretexto perfecto para atacar políticamente al gobierno del estado, quien siempre ha tratado que el fiscal Uriel Carmona deje el cargo.
El gobernador no defendió a su compañero de partido, pero sí reprochó que la Fiscalía haya integrado en cuestión de horas una carpeta de investigación que normalmente se tarda semanas o hasta meses.
Mientras tanto, en el Congreso Local, el presidente de la Mesa Directiva, Alfonso Sotelo, remitió casi inmediatamente el expediente a la Comisión de Gobernación y Gran Jurado, pero sucedió algo muy extraño: aunque al principio casi todas las diputadas querían “quemar en leña verde” al diputado, e incluso se negaron a sesionar mientras estuviera presente el acusado de violación, después cambiaron de actitud y no volvieron a mencionar el asunto.
“Alguien” sugirió entonces que denunciaran al presidente de la Mesa Directiva por la presunta desaparición del expediente, y los jóvenes abogados la presentaron el 15 de abril ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción. La intención era que cayera en territorio del fiscal Juan Salazar Núñez, quien le dio la celeridad que acostumbra para los casos que perjudiquen al gobierno de Cuauhtémoc Blanco.
Es así como el pasado miércoles, ya sin ser diputado, Alfonso de Jesús Sotelo compareció ante el Juez de Control Ramón Villanueva Uribe, acusado de los delitos de Ejercicio Ilícito del Servicio Público, Incumplimiento de la Función Pública y Robo. Y cualquiera pensaría que el ex diputado llegaría con un carísimo abogado, pero no, fue representado en la audiencia por una defensora de oficio.
Para sorpresa e indignación de Salazar Núñez, el juez no solamente declaró infundadas las imputaciones de la parte acusadora, sino que declaró el sobreseimiento de la causa. De inmediato, mandó un boletín informando que “ante la decisión del Juez Ramón Villanueva Uribe de no vincular y sobreseer la causa derivada de la denuncia contra Alfonso «N» ex diputado presidente del Congreso de Morelos, la Fiscalía Anticorrupción apelará la resolución, en virtud de que, el agente del Ministerio Público presentó suficientes datos de prueba para dictar auto de vinculación en contra del ex diputado, sin embargo, el Juez resolvió sobreseer la causa, sin que la defensa planteara y solicitara dicho sobreseimiento”.
Y en eso va la telenovela. Ahora, tres magistrados del Tribunal Superior de Justicia, deberán ratificar o revocar la decisión del Juez Villanueva, con las consiguientes implicaciones políticas, es decir, cualquiera que sea su veredicto, provocará reacciones a favor y en contra.
Ayer, “Ponchito” ofreció una conferencia de prensa en la que se dijo perseguido por la Fiscalía Anticorrupción y rechazó que le hayan dado facilidades en el Juzgado. Ataviado con un pantalón de mezclilla, playera y tenis blancos, pero luciendo un saco sport, se dijo listo para continuar su carrera política.
Y es que Alfonso de Jesús Sotelo es uno de los ex diputados que podrían incorporarse al gabinete de Cuauhtémoc Blanco, además de José Luis Galindo Cortez, y para ello requiere no tener cuentas pendientes con la ley.
(Foto: Milenio)
HASTA EL LUNES.