TSJ-Guerrero, ejemplo de lo que no se debe hacer

Jesús Castillo

La cercanía con nuestros vecinos del sur, los guerrerenses, nos ha permitido estar al tanto de lo que ocurre en esa entidad en materia de procuración e impartición de justicia, y la realidad es que debemos de reconocer que si comparamos sus tribunales con los nuestros, estamos muy adelantados, como también se debe admitir que Puebla y el Estado de México nos superan.

Desde hace unos años para acá el Tribunal Superior de Justicia de Guerrero ha sido escenario de todo tipo de escándalos, pero sobre todo carece de algo que en Morelos (con sus vaivenes según el presidente o presidenta en turno) sí podemos presumir: independencia política.

Todos saben que quien esto escribe edita desde hace más de 15 años una revista especializada en temas legales que abarca la región centro-sur del país. Eso nos ha permitido entrevistar a los titulares de los poderes judiciales de esa zona geográfica.

Es por eso cuando escuché al entonces presidente del Tribunal Superior de Justicia de Guerrero, Jesús Martínez Garnelo, referirse al jefe del Poder Ejecutivo como “mi señor gobernador”, entendí que así nunca se podría hablar de una verdadera independencia y autonomía de los jueces y magistrados guerrerenses, pues el TSJ es una posición más del gobierno en turno.

Y esto viene a colación porque el 18 de noviembre el magistrado Raymundo Casarrubias Vázquez fue designado como presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Guerrero (CJPJEG), asumiendo el cargo el pasado miércoles por un periodo de tres años.

Esperamos equivocarnos, pero todo parece indicar que el Poder Judicial estará al servicio del gobierno de Evelyn Salgado que a su vez obedece ciegamente a su padre Félix Salgado Macedonio. Y es que el magistrado Raymundo Casarrubias Vázquez fue candidato a la alcaldía de Chilapa en 2008 por el Partido de la Revolución Democrática, y según abogados de aquella entidad, ha servido desde su función jurisdiccional al grupo político al que pertenece.

Después de que Martínez Garnelo dejó la presidencia del TSJ para irse como secretario de Gobierno con Ángel Aguirre Rivero (y desde entonces tenía a su disposición dos camionetas blindadas que le acaban de quitar), en su lugar quedó la magistrada Lambertina Galeana Marín, quien de inmediato nombró a su hija Paloma Oviedo Galeana como su secretaria particular, en uno de los periodos más oscuros del Poder Judicial de Guerrero.

Tras el periodo de Lambertina Galeana, la presidencia del TSJ-Guerrero quedó en manos de un polémico personaje: Robespierre Robles Hurtado, hijo de Rubén Robles Catalán, quien fuera secretario de Gobierno cuando ocurrió la matanza de Aguas Blancas.

El 28 de julio de 2017 se dio a conocer que en noviembre de 2015 Robles Hurtado tomó protesta a Iván Alonso Bustamante como miembro de la organización priista denominada Fundación Colosio. Iván Alonso es hijo del empresario Joaquín Alonso Piedra, actualmente preso por narcotráfico y acusado de desempeñarse como operador financiero del cártel de los Beltrán Leyva en Acapulco.

La gestión de Robespierre Robles Hurtado estuvo llena de escándalos. Aunque se supone que todos los individuos tienen derecho a profesar la ideología política o religiosa que deseen independientemente de su cargo público, el caso Robles Hurtado provocó críticas de abogados y ciudadanos en general por su activismo político desmedido y la defensa de sus creencias religiosas.

El presidente del Poder Judicial apareció detrás del gobernador Héctor Astudillo Flores en un acto de un grupo político del PRI encabezado por el secretario de Operación Política del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido, Manuel Añorve Baños, el 9 de enero del 2016 en Acapulco.

Recientemente, enfrentaba la amenaza de un paro total en el Poder Judicial, por parte de trabajadores sindicalizados, que argumentaban una serie de hostigamiento directamente del presidente.

Los señalamientos de nepotismo en su contra se habían incrementado en los últimos días, y exigían que fueran sacados sus familiares de la nómina del organismo, algo que en todo momento fue negado por el funcionario.

Pero “la gota que derramó el vaso”, fue que en medio de la convulsión que vivía (y sigue viviendo) Guerrero por la violencia, él y su esposa, pasaron un fin de semana en un exclusivo hotel de Las Vegas, Nevada, donde también acudieron al concierto de Celine Dion. Esto lo obligó a presentar su renuncia el 25 de abril del 2017, siendo sustituido por Alberto López Celis, quien concluyó el periodo hasta el 2018 y se reeligió por un trienio más, que concluyó esta semana.

Si bien en el periodo de López Célis no hubo escándalos, tampoco hubo grandes resultados. La pandemia hizo que los tribunales permanecieran cerrados más de un año, lo que fue desastroso para los litigantes. También, puso en marcha juzgados en Acapulco sin mobiliario y sin internet, lo que propició críticas por parte los abogados postulantes.

El ex presidente del Colegio de Abogados de Chilpancingo, Rubén Cayetano García, pidió la renuncia de los 25 magistrados y magistradas porque «ninguno tiene la calidad moral para dirigir el Poder Judicial».

«Ninguna de las y los magistrados actuales tienen autoridad moral para representar a ese poder, porque sencillamente han violado los más altos principios de la justicia», expresó Cayetano.

«Todos son cómplices del nepotismo, el tráfico de influencias, los conflictos de interés, las resoluciones por consignas políticas y acoso sexual y laboral, entre lastres que han podrido el sistema de justicia en la entidad», señaló el abogado litigante.

En el estado de Guerrero hay temor entre los profesionistas del derecho, pues temen que el gobernador “de facto”, Félix Salgado Macedonio, utilice los órganos de procuración y administración de justicia para vengarse de todos aquellos que trataron de impedir su llegada a la gubernatura acusándolo de violación y acoso sexual.

Y obvio, la estrategia es ser gobernador “de facto” seis años, para preparar su llegada “de iure” para las elecciones del 2027.  “Que Dios nos agarre confesados”, dicen los guerrerenses, que no ven ningún contrapeso en los otros dos poderes.

HASTA EL LUNES.