El “alcalde” Caltenco

Jesús Castillo

Primero fue el Sistema de Agua Potable de Acatlipa, concesionado por el anterior Ayuntamiento a una asociación civil, y que la actual administración desconoció tajantemente; luego el mirador del Cerro de las Tres Cruces, “magna obra” con la que sería recordada la alcaldesa Juana Jazmín López Solano, a la que ahora le encontraron fallas estructurales.

Pero no fue el Cabildo ni tampoco la presidenta municipal, doña Juanita Ocampo, sino el secretario del Ayuntamiento, Carlos Francisco Caltenco  Serrano, quien ha aprovechado los vacíos que está dejando la progenitora de la extinta alcaldesa Gisela Mota, para convertirse en “la mano que mece la cuna”.

Caltenco Serrano es el “hacedor” del mito de Gisela Mota, la joven temixquense que ganó la presidencia municipal en 2015 bajo las siglas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en gran parte por la buena imagen que le formó su equipo de campaña encabezado por el hoy secretario del Ayuntamiento.

Y cuando hablamos de buena imagen no nos referimos a su comportamiento, sino a las fotografías con exagerado photoshop que mostraban una Gisela Mota con rostro sin imperfecciones, tez morena clara y sonrisa “Colgate”.

Tras la muerte de Gisela Mota a manos del crimen organizado, Carlos Caltenco y Anastacio Solís Lezo (secretario del Ayuntamiento y jefe de asesores, respectivamente) encabezaron un movimiento político para tratar de que la madre de la occisa, se quedara en el cargo, lo que finalmente no se logró hasta años más tarde.

El movimiento que en ese momento financió el dirigente del PRD, Rodrígo Gayosso, fue apagado con la entrega de plazas a familiares de Gisela en el Ayuntamiento y un cargo a Caltenco en el Congreso (el cual negó hasta que publiqué el documento que lo demostraba).

Ironías de la vida: Tacho se convirtió en el principal promotor de la alcaldesa Jazmín Solano, quien entró por la Coalición “Juntos Haremos Historia” en 2018 e intentó reelegirse en vano bajo las siglas del Partido del Trabajo.

Su administración fue más que gris. Entre la pandemia y las deudas que le heredaron, prácticamente no pudo hacer nada, más que El Mirador del Cerro de las Tres Cruces, en el poblado de Acatlipa.

“Obra que queda a la posteridad como patrimonio de Temixco”, así lo definió Solís Lezo cuando trabajaba para Jazmin Solano.

Explicaba que el mirador “Cerro de las tres cruces” es un espacio digno del pueblo con atractivo turístico, de sana convivencia comunitaria, propicio para actividades culturales, ceremoniales y esparcimiento. Su acceso será totalmente gratuito. Tiene una vista espectacular, desde lo alto se divisa, parte del Municipio de Emiliano Zapata, parte de Jiutepec, Cuernavaca, pueblo de San Juan Tlacotenco de Tepoztlán, Huitzilac, Partes del Estado de México, la mayor parte de Temixco y colonias de Xochitepec.

“Mirador “Cerro de las tres cruces” hecho en Temixco, desde su concepción, diseño arquitectónico, planeación, gestión, administración, recursos propios del municipio, liderazgo y ejecución de obra, entre ellos, maquinistas, albañiles, auxiliares, herreros, plomeros, pintores, topógrafos, electricistas, jardineros, carpinteros y trabajadores de oficios varios, han sido quienes hicieron realidad esta emblemática obra. Y que por ajuste en el cronograma de ejecución de obra, se tuvo que implementar las últimas semanas trabajo de doble turno”.

Obvio, nunca habló de lo que este capricho de la alcaldesa le costó al erario municipal.

Pero “el alcalde de facto” echó por tierra la magna obra del gobierno de Jazmin Solano, al hacer un recorrido y emitir su veredicto en las redes sociales:

  1. Contrasta este espacio público con las casas de alrededor. Con la tercera parte del recurso que costó la obra pudo haberse dotado de vivienda digna a la gente que habita en las inmediaciones y con todo el recurso invertido se pudieron pavimentar varias calles de Acatlipa.
  2. La obra presenta fisuras, agrietamientos y defectos visibles. Los muros de contención fueron hechos de forma deficiente además de que se hizo a pesar de contar con un dictamen negativo de protección civil estatal.
  3. Requiere de una intervención mayor para corregir y asegurar la estructura de la obra. Contrafuertes, en los muros y un mejor drenaje de los desplantes.
  4. Por las noches se ha convertido en un espacio muy visitado pero donde se vende alcohol en las inmediaciones.

“Podemos concluir que el diseño arquitectónico es bonito y que la vista de todo el municipio es excepcional pero está mal construido. En los próximos días la administración 2022-2024 elaborará un dictamen para intervenir este espacio público a fin de que sea seguro para los temixquenses y quienes nos visitan”, acotó.

Eso es por cuanto al Mirador, pero el tema de la disputa por el control del Sistema de Agua Potable de Acatlipa sigue vigente. Hace cuatro días, la asociación de usuarios recientemente constituida denunció que el Ayuntamiento de Temixco se niega a ratificar la autorización para administrar el organismo operador, sin justificación alguna.

En conferencia de prensa señalaron que, desde hace décadas, el sistema es operado por los propios vecinos y el municipio retuvo una cuenta bancaria, con un saldo de alrededor de un millón y medio de pesos. Dijeron que hasta ahora han funcionado de manera autosuficiente y les preocupa que, de tomar el control el municipio, haya problemas con el suministro del vital líquido, como sucede en otros lugares.

Caltenco, siempre Caltenco, ya salió a decir que esa asociación civil no puede hacerse cargo del manejo del sistema, y que en breve se convocará a elecciones democráticas para que el pueblo sea el que decida.

Y seguramente ya le está echando ojos a la Mina Esperanza Silver que lleva años intentando iniciar con la explotación de minerales en la zona de Tetlama, que está dentro del territorio temixquense, y que se presta muy bien para el protagonismo de este personaje que todavía tiene tiempo para participar en un programa de radio como comentarista.

¿Y entonces qué hace doña Juanita Ocampo?

HASTA MAÑANA.