Reinserción Social, el talón de Aquiles

El tema de las personas privadas de su libertad (PPLs) por haber cometido un delito es uno de los más controversiales. Esto en virtud de que la sociedad se divide en dos grandes bloques: los que piensan que quienes están en las cárceles deben ser readaptados y reinsertados en la sociedad; y aquellos que consideran que son una escoria humana que merecen pasar el resto de sus vidas picando piedra y que el estado gaste lo menos posible en ellos.

Y los gobiernos también se dividen en estas dos corrientes. En Morelos, ya vivimos los dos extremos. Con los gobiernos panistas los internos de las cárceles tenían las mejores instalaciones, comida envidiable, posibilidades de estudiar, hacer deporte y hasta disfrutar de espectáculos artísticos.

Los encargados actualmente del tema serán recordado por la dureza en su sistema penitenciario y la violación de los derechos humanos. Los PPLs son sometidos a los tratos más inhumanos, castigos, torturas, extorsiones, y a pesar de ello no hay quien haga nada porque se tiene la creencia de que son gente peligrosa que debe ser tratada así para evitar que tomen el control de los diferentes centros penitenciarios.

Israel Ponce de León es señalado de lo que hace a través de su “brazo derecho”, Jesús Francisco Flores Jiménez. A este último lo definen como “el mismísimo diablo”, cuya tortura preferida es hacer vomitar a los reos y hacer que se coman su propio vómito.

La única foto que hay de Jesús Francisco Flores Jiménez es una que le tomó un automovilista que tuvo la mala suerte de cruzarse en su camino con el recién designado coordinador del sistema penitenciario, Jorge Israel Ponce de León. En ese momento “El Paco” era solamente su escolta, pero le demostró tal lealtad que con el paso del tiempo lo designó director operativo de todo el sistema carcelario, a pesar de que no tiene escolaridad alguna.

En el Penal de Atlacholoaya todo es posible pero tiene un precio. Los familiares de los internos que vienen de otros estados ya saben que tienen que pagar por todo, y ni los abogados se salvan.

Ahora han puesto de moda un nuevo tipo delictivo: el secuestro de reos. Consiste en que un interno es sacado de su celda a la fuerza durante la madrugada. Su familia recibe una llamada en la que le explican que su pariente será trasladado a otro centro de reclusión, que puede ser Tijuana, Laredo, si bien les va Guanajuato. Les ofrecen “sacarlo de la lista” a cambio de cinco mil pesos. Los familiares acceden y depositan el dinero, y el interno es regresado a su celda. Jamás estuvo en riesgo de ser trasladado.

La gobernadora ya tiene designada a una persona para que se haga cargo del sistema penitenciario. Sabemos quién es pero no vamos a poner su vida en riesgo.

Mientras tanto, los veracruzanos tendrán que poner tierra de por medio pues tienen muchas amenazas de muerte, pero no por cumplir con su trabajo, sino por “pasados de lanza”.

HOY, ANUNCIO DEL GABINETE. – Seguramente cuando usted esté leyendo la presente columna ya se habrá hecho el anuncio oficial del gabinete de la gobernadora Margarita González Saravia. Los nombres ya están muy mencionados y no habrá sorpresas.

En la Comisión de Seguridad Pública se habla de un tal Miguel Urrutia (como en su momento se habló de un tal Antonio Ortíz Guarneros), que nadie conoce. Y así como se sabía que el almirante venía recomendado por el secretario de Marina, hoy se sabe que este señor es una propuesta del joven Omar García Harfuch, que trabajó con él en la secretaría de Seguridad de la Ciudad de México.

Usted disculpará mi pesimismo en este rubro, pero ya vimos pasar a tantos jefes de seguridad pública que consideramos que ninguno ha tenido la fórmula para reducir la delincuencia. Conocimos a militares (José Abraján, Gastón Menchaca, Gilberto Toledano), policías de carrera como Cesáreo Carvajal, Luis Ángel Cabeza de Vaca; abogados como Fernando Blúmenkron; abogadas como Alicia Vázquez Luna; charlatanes como Jesús Alberto Capella… y no hay a quien irle.

También ya fuimos testigos de la municipalización de la policía con Jorge Carrillo Olea, el Mando Único con Graco Ramírez y el actual Mando Coordinado, y ninguno ha funcionado.

Ahora llega un servidor público que no conoce Morelos ni los morelenses lo conocemos a él, pero que tendrá el beneficio de la duda como todos los anteriores, y el derecho a demostrar que viene a hacer bien las cosas para que por lo menos se reduzca un poco los delitos de alto impacto como el homicidio doloso, feminicidio y secuestro.

Con eso nos damos por bien servidos.

HASTA MAÑANA.