Como ya es del dominio público, por unanimidad las y los diputados locales electos designaron este 29 de agosto a la legisladora electa Jazmín Juana Solano López, de Morena, para ocupar la Presidencia de la Mesa Directiva en el primer año de ejercicio constitucional de la LVI Legislatura del Congreso del estado, así como a sus homólogas Luz Dary Quevedo Maldonado de MC para la vicepresidencia, y para las secretarías a Ruth Cleotilde Rodríguez López de Nueva Alianza y Gonzala Eleonor Martínez Gómez del PRI.
En un acto de caballerosidad y disciplina política, los varones Rafael Reyes e Isaac Pimentel cedieron el espacio a la expresidenta municipal de Temixco, con lo que -por primera vez en la historia- dos de los tres poderes del estado se encontrarán en manos de mujeres.
Juana López ya es presidenta de la Mesa Directiva de todo un congreso, pero su personalidad no le ayuda y menos su expresión verbal. Ayer en su primera declaración ante los medios de comunicación no pudo hilar las ideas y dijo puras barbaridades:
– ¿Tuvo que intervenir la gobernadora para poner orden? – preguntó el periodista Luis Roberto Rodríguez.
-Pues mira yo creo que como en todo hay divergencias… yo…vuelvo a repetir…hay la capacidad por supuesto eeeh el tezón político de algunas compañeras y compañeros; yo creo que hemos estado caminando en los acuerdos… en ese sentido pues yo creo que vamos a…a respetar a caminar con la gobernadora a darle nuestro respaldo sin duda y pues creo que la… eeh, el mensaje es claro: ponernos de acuerdo porque vamos a entrar en una dinámica de un pro… un consenso que genere el bienestar y el beneficio para el proyecto…”- dijo la diputada electa evadiendo la pregunta.
Y es que Juana Solano no está preparada para ocupar un cargo de ese nivel aún y cuando tiene todo el apoyo de la gobernadora electa. Su paso por el Sistema de Agua Potable de la colonia Rubén Jaramillo y la Oficialía Mayor del Ayuntamiento de Temixco (simultáneamente), y luego un trienio como jefa del Cabildo en el que sólo pudo hacer un Mirador como obra representativa (el cual fue clausurado por su sucesora), no le dan “las tablas” necesarias para encabezar un Congreso Local.
Esa escasa capacidad de operación política ha sido aprovechada por un personaje siniestro que la acompañó desde sus inicios y que ayer no se le despegó ni un minuto: Anastacio Solís Lezo, mejor conocido como “Tacho”.
Con una carrera trunca de Ingeniería Civil en la ENEP Aragón, Anastacio se ha sabido desenvolver en los ayuntamientos de Tepoztlán y Temixco durante varias administraciones. En Tepoztlán fue director de Obras Públicas en 1994, pero sólo duró un año. En Temixco le tuvieron que inventar un cargo: coordinador general de enlace institucional.
En el Partido de la Revolución Democrática (PRD) estuvo cobrando algún tiempo como “secretario de Gobierno y enlace legislativo”. Le daban 7 mil 696 pesos mensuales.
Pero sus “vacas gordas” de Anastacio fueron en 1997, cuando gracias a la ola amarilla logró ser diputado federal por Morelos. Además de sacarlo de la pobreza, el fuero legislativo le sirvió para evadir una orden de aprehensión como probable responsable de los delitos de homicidio en grado de tentativa, amenazas y privación ilegal de la libertad, cuando era uno de los líderes de la resistencia tepozteca al Club de Golf.
¿Y sabe usted quién firmó esa orden de aprehensión? Nada menos que el hoy secretario de gobierno (y gobernador interino a partir del domingo), Samuel Sotelo Salgado. Él era el Juez Tercero de lo Penal en 1997, cuando el Comité de la Unidad Tepozteca (CUT), lo amenazó de muerte.
Muchos años después, bajo las órdenes de Rodrigo Gayosso Cepeda, “Tacho” encabezó “la toma de la presidencia municipal de Temixco”, después de que asesinaron a la alcaldesa Gisela Mota y el PRD estatal pretendía que su mamá asumiera el cargo en automático, para lo cual inventaron que el autor material del feminicidio había sido el senador Fidel Demédicis Hidalgo.
Después de dos meses de tener tomado el Palacio Municipal, por fin le permitieron asumir el cargo a la presidenta suplente, Irma Camacho, a cambio de conceder plazas importantes a la familia de Gisela y su gente más cercana. Una enfermedad que aquejaba a Irma Camacho hizo que su administración fuera muy corta. A su muerte, la ley ya permitía que el Cabildo propusiera a cualquier persona, y la votación tanto del Cabildo como del Congreso favoreció a Juanita Ocampo, madre de Gisela.
Además de Carlos Caltenco y Anastacio Solís Lezo, una de las más beneficiadas con la negociación tras la muerte de Gisela, fue Jazmín Juana Solano López, designada oficial mayor y quien a la postre sería la candidata a la presidencia municipal para el 2018 pero no por el PRD, sino por la coalición Morena-PES-PT. En esa operación política tuvo mucho que ver Anastacio Solís y Javier García Chávez.
En el proceso electoral del 2018 obtuvo el triunfo, pero su administración se vio afectado por el tema de la pandemia. Prácticamente “pasó de noche”, lo que fue determinante para que perdiera las elecciones en 2021 con Andrés Duque Tinoco y Juanita Ocampo, quienes maniobraron para quedarse con la candidatura de Morena y a Jazmín no le quedó otra que competir por el Partido del Trabajo.
Tras su derrota en las urnas, Jazmín se dedicó a trabajar a través de una organización de mujeres y encontró apoyo en la directora de la Lotería Nacional y aspirante a la Gubernatura de Morelos, Margarita González Saravia. Juntas recorrieron el estado, primero como organizaciones civiles y después como candidatas de Morena, una a la Gubernatura y otra a la diputación local por el Distrito de Temixco.
El resultado ya lo sabemos: Margarita ganó con amplia ventaja sobre su contrincante Lucía Meza Guzmán; en tanto que Jazmín Solano López triunfó en el Distrito correspondiente a Temixco, a pesar de que la presidencia municipal quedó en manos del candidato de la coalición Dignidad y Seguridad por Morelos, Israel Piña.
Y es que la gente de Temixco dice que durante la campaña Jazmín pidió el voto para ella, más no para los demás candidatos de Morena. Ella tendrá sus razones. Es una mujer con mucha suerte, pues como diputada le tocará aprobar la cuenta pública del Ayuntamiento que ella encabezó.
También, resultó beneficiaria de una disputa entre dos hombres por la presidencia de la Mesa Directiva de la naciente legislatura. Ser la tercera en discordia, y un “empujoncito” de la gobernadora electa, fueron determinantes para convertirse en la lideresa del Poder Legislativo.
Pero sin duda que el más feliz es Anastacio Solís Lezo, quien desde ahora ya es considerado “el diputado número 21”.
HASTA EL LUNES.