“Reacomodos” en el escenario sindical

Durante décadas, de la misma manera que tuvimos la hegemonía priísta en el escenario político nacional, en los diferentes sectores productivos se fueron fortaleciendo sindicatos hasta convertirse en verdaderos monstruos casi siempre liderados por una misma persona en forma vitalicia. Don Fidel Velázquez es el más claro ejemplo de lo que fue el sindicalismo en el Priato, ya que dirigió la Confederación de Trabajadores de México (CTM), durante más de 50 años, hasta su muerte a la edad de 97 años.

Si don Fidel viviera, se volvería a morir de vergüenza al ver cómo se está desmoronando la CTM para ser sustituida por una organización basada en el poder económico de su máximo líder: Pedro Haces.

A diferencia de Don Fidel Velázquez, que al menos en sus inicios fue peón de una Hacienda en su natal Azcapotzaltongo, la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), nunca ha sido empleado, más bien proviene de una familia adinerada que encontró en el sindicalismo una forma de aumentar su riqueza hasta niveles inimaginables.

De orígenes priístas y gustos caros (es un acérrimo defensor de la fiesta brava), Pedro Haces Barba logró colarse en la Cuarta Transformación y ahora se dispone a apoderarse de todos los sindicatos comprando a sus dirigentes sindicales, quienes no tienen muchas opciones pues la CTM esta agonizando y el Sindicato Libertad -que al principio del sexenio lopezobradorista se perfilaba como el sucesor de los cetemistas- tiene a su líder Hugo Bello Valenzo en la cárcel y recientemente su líder en Morelos, ( Manuel Rodríguez), fue asesinado.

Al estilo de la conquista española, los líderes sindicales de Morelos se entregaron a la organización catemista de Pedro Haces y su representante en Morelos, Ricardo Morales Wrigth. Los primeros fueron Roberto Castrejón y Héctor Suárez, quienes se dedicaron a convencer a sus compañeros de que convenía pasarse de CTM a CATEM porque éste último tiene todo el apoyo del partido Morena y la presidenta Sheinbaum.

Nosotros pensábamos que el Nuevo Grupo Sindical, una organización local que maneja la familia Hernández Bringas y que tienen fama de broncudos, pondría mayor resistencia a las ansias de conquista de Pedro Haces, pero no. El pasado miércoles vimos en el restaurante Los Arcos del centro de Cuernavaca, todas las mesas llenas y al fondo una mesa de presídium con una lona que decía: “Desayuno Decembrino, unidos por la paz laboral del estado de Morelos”, con el logotipo de la CATEM de un lado, y el de NGS del otro.

Y ahí estaban, sentaditos como dóciles borregos, Don Bulmaro Hernández y sus hijos Ben Hur y Abraham. En muy poco tiempo veremos cómo el logotipo de la CATEM lucirá en los 36 municipios del estado de Morelos.

Pero el reacomodo es en todas las organizaciones sindicales. ¿Se acuerdan que en las últimas elecciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), sección XIX, uno de los más fuertes candidatos era Felipe Castro Valdovinos?

Pues ahora reaparece como máximo líder en Morelos de una organización que se llama Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación de México, sección 18, después de la contundente derrota que le propinó Joel Sánchez Vélez en la jornada electoral para ganar la dirigencia del SNTE en Morelos.

Castro Valdovinos se ha ganado a pulso la fama de mercenario de la política y vendedor de causas al mejor postor. Recordemos cómo en el 2018 hizo creer al entonces candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Rodrigo Gayosso Cepeda, que todos los maestros del SNTE votarían por él a cambio de unos cuantos miles de pesos.

Luego, hizo alianza con el senador Ángel García Yañez, investigado por su relación con “La Jefa”, y despilfarró mucho dinero en su fallido intento por suceder en el cargo a Gabriela Bañón. Y ya ni hablamos de cuando fue tesorero de la Normal Superior ni de cuando manejó el partido Nueva Alianza, siempre con faltantes y escándalos de todo tipo.

Veremos cuanto tiempo lo aguantan sus escasos representados y qué tanto dinero le suelta la dirigencia nacional a su secretario de Finanzas, el exregidor Ulises Vargas. Por cierto, su primera actividad como secretario general del SITEM, fue acompañar a su líder nacional, Diego Ánimas, a la asamblea nacional del Movimiento Nacional Nueva Esperanza, que encabeza el profesor René Alejandro Bejarano Martínez y su esposa Dolores Padierna. Ahora todo tiene sentido.

En el sector salud también hay reacomodos, o al menos lo están intentando.

Hace una semana, menos de 30 personas bloquearon la salida a la autopista al norte de Cuernavaca, a la altura de la Glorieta de la Paz, lo que provocó un caos generalizado. Cuando los reporteros acudieron a ver quienes eran los que se estaban manifestando y qué era lo que querían, se encontraron con que estas personas decían ser trabajadores del sector Salud.

“Hemos estado haciendo el llamado a las autoridades al reconocimiento del sindicato, este diálogo nunca se ha dado. Nunca han querido reconocer a nuestro sindicato, además de que se ha presentado toda la documental”, dijo José Antonio Toledo, secretario general del Sindicato de la Salud.

El bloqueo comenzó poco después de las 9:00 horas y continuó hasta la tarde, provocando congestionamiento vial en la zona norte de Cuernavaca. Los conductores que viajaban a la Ciudad de México fueron desviados por la carretera federal. El rechazo de la ciudadanía fue generalizado.

Este movimiento pretende quitarle representación al poderosísimo Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Secretaría de Salud, sección 29, que encabeza el Dr. Gil Magadán Salazar desde hace más de 20 años.

Gil Magadán emitió una circular lamentando los hechos ocurridos el 10 de diciembre pasado, “cuando se obstruyeron vías de comunicación afectando en forma importante a terceros en su derecho al libre tránsito por supuestas exigencias de un grupo de aproximadamente 30 trabajadores (de un universo de 4,500 trabajadores en el Estado) de un sindicato minoritario, exigían pretensiones que no constituyen derechos ni prestaciones laborales, sino canonjías personales, de grupo y de interés político”.

Como podemos observar, la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República vino a provocar un cambio de paradigmas en todos los ámbitos, un reacomodo en todos los sectores sociales de este país, y los sindicatos no podían quedarse fuera.

¿Será para bien este reacomodo en el mundo sindical o tendremos “la misma gata, pero revolcada”? El tiempo nos lo dirá.

HASTA MAÑANA.