Por increíble que parezca, millones de residentes en Estados Unidos de Norteamérica nacidos en países latinos o hijos de estos, votaron por Donald Trump, a sabiendas de que impondría políticas severas para evitar la llegada de más extranjeros en forma ilegal.
Trump obtuvo una mayor proporción de votantes negros y latinos que en 2020, cuando perdió ante el demócrata Joe Biden, y más notablemente entre los hombres menores de 45 años, según AP VoteCast, una encuesta nacional de más de 120 mil votantes.
La campaña nacionalista populista de derecha de Trump, que prometía «hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande» y se oponía a la corrección política, la inmigración ilegal y muchos acuerdos de libre comercio de Estados Unidos, obtuvo una amplia cobertura mediática gratuita debido a los comentarios incendiarios de Trump.
Trump pudo contar con ganancias significativas en los electorados hispano y católico, en ciertas fracciones acomodadas de las metrópolis y entre los nuevos votantes. Pero su victoria fue también la derrota de Harris: la desmovilización de los votantes demócratas urbanos y una mayor brecha de género jugaron en contra de la candidata, incapaz de atraer en gran número a los votantes moderados.
Aproximadamente 3 de cada 10 hombres negros menores de 45 años optaron por Trump, aproximadamente el doble de la proporción que obtuvo en 2020. Los jóvenes latinos, particularmente los hombres latinos jóvenes, también estuvieron más proclives a Trump que en 2020. Aproximadamente la mitad de los hombres latinos jóvenes votaron por Harris, en comparación con aproximadamente 6 de cada 10 que optaron por Biden.
Juan Proaño, director general de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC por sus siglas en inglés) —la organización más grande y antigua de Estados Unidos que aboga por mejorar las condiciones de los hispanos y latinos—, dijo que los resultados electorales dejan claro que el mensaje de Trump sobre la economía resonó entre los latinos.
La mayoría de los votantes a nivel nacional dijeron que Trump era un líder fuerte, ligeramente menos de la mitad afirmó lo mismo sobre Harris. Entre los votantes hispanos, fueron incluso más aquellos que vieron a Trump como un líder fuerte en esta elección. Aproximadamente 6 de cada 10 hombres hispanos describieron a Trump como un líder fuerte, en comparación con el 43% que dijo eso en 2020. Aproximadamente la mitad de las mujeres hispanas dijeron que Trump era un líder fuerte, frente al 37%.
A partir de que asumió el cargo, el presidente de los Estados Unidos ha firmado diversas disposiciones que lo ubican al borde del nazismo y del imperialismo.
Una de ellas es el reajuste del programa de admisiones de personas refugiadas. Con este viraje lingüístico se suspende el programa de admisión de personas refugiadas, estableciendo un plazo de 90 días para analizar si la reanudación de la entrada “redundaría en interés de los Estados Unidos”. La suspensión ha sido tan tajante que hay personas que se han quedado con el asilo concedido y los billetes de avión comprados varados fuera de EEUU. Es evidente que los obstáculos a la admisión legal y organizada de las personas refugiadas no solo agravan el caos y la crisis humanitaria en la frontera, sino que también aumentan los cruces ilegales, poniendo en peligro la vida de quienes los intentan. Además, esta medida fortalecerá el poder y el negocio de los “coyotes”, hará que algunas personas permanezcan en situaciones de riesgo y generará un declive económico en empresas y ciudades revitalizadas por la mano de obra de comunidades refugiadas.
Otra de sus órdenes ejecutivas es “proteger el significado y el valor de la ciudadanía estadounidense” En otras palabras, fin de la nacionalidad por nacimiento. A pesar de que la constitución de EEUU dice que “todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos, y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de los Estados Unidos y del Estado en el que residen”, Trump pretende retirar la nacionalidad a las personas nacidas en EEUU cuyos progenitores no tengan permiso para residir en el país o cuya estancia sea solo temporal. Esta medida pone en riesgo de apatridia —la condición de no tener ninguna nacionalidad reconocida— a muchas personas que quedarían en situación de indefensión, con serios obstáculos para ejercer derechos como el de la salud, la educación y un empleo digno. Además el derecho a una nacionalidad está consagrado en el artículo 15 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Esta orden presidencial contradice directamente la Constitución de EEUU, tanto es así que un juez ya ha emitido una suspensión temporal de la medida y los fiscales generales de 22 estados ya han presentado un recurso judicial contra su implementación.
¿Conoce usted a alguna persona que se haya beneficiado del tema migrante y que haya votado por Trump? Nosotros sí, se llama Pablo Castro Zavala, se dice presidente de la Confederación Internacional de Morelenses y Migrantes Mexicanos, y se fotografió en un evento a favor de Donald Trump.
“El vividor de los Migrantes, Pablo Castro Zavala, es un hipócrita y usurero que ha utilizado a los migrantes morelenses para vivir económica y políticamente del presupuesto de los gobiernos de Morelos. Ahora, se dice preocupado por las deportaciones masivas de los connacionales, cuando fue uno de los latinos que promovió el voto a favor de Donald Trump y formó parte del equipo de campaña del represor estadunidense”, publicó el portal “Morelos Post”, la semana pasada.
Este personaje llegó a Estados Unidos como millones de mexicanos -sin papeles-, a principios de los ochenta y trabajó de barrendero y montacargas en una fábrica de muebles para oficina; más tarde logró que lo contrataran como “garrotero” en un hotel de Nevada, luego mesero y después encontró la fórmula para vivir sin trabajar: representar a sus paisanos.
Después de trabajar un tiempo como productor externo de Telemundo y en un periódico de Nevada, y desde entonces se autonombra presidente de la Asociación Internacional de Prensa, Radio y Televisión con sede en Las Vegas, donde también creó la organización “Las Vegas Walk of Stars” y el Salón Mundial de la Fama.
Desde entonces se dedica a entregar premios a políticos y artistas, siempre a nombre de los migrantes, aunque ahora es ciudadano norteamericano (doble nacionalidad) e impulsó al candidato republicano Donald Trump, porque ya no quiere que llegue más gente ilegal, como él entró a los Estados Unidos hace más de 30 años.
HASTA MAÑANA.