Las señales en el “Caso Cuauhtémoc”

“No diré nada, pero habrá señales”, es una frase que se ha puesto de moda en redes sociales y que quiere decir que hay situaciones que no requieren una afirmación expresa cuando se tienen hechos que lo evidencian claramente. Así ocurre con el caso del exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, que -a pesar de que no ha existido un deslinde abierto y contundente- el morenismo está expresando su rechazo.

Una de las señales más importantes de que el exfutbolista se está convirtiendo en un obstáculo al interior del partido en el poder, es el posicionamiento de la diputada federal María Teresa Ealy Díaz, presidenta de la Comisión de Igualdad de la actual legislatura.

La licenciada en Derecho egresada de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, con apenas 25 años, no es cualquier persona. Es hija del Juan Francisco Ealy Ortíz, dueño del periódico El Universal, y se ha destacado por su participación como activista social en violencia de género, motivo por el cual creó la «Fundación María Teresa Ealy Díaz» un espacio dedicado a brindar ayuda a las mujeres que hayan sufrido o estén sufriendo violencia (ella misma, tiene en la cárcel a su expareja).

En varios medios de comunicación, y en su cuenta de X, la joven legisladora y activista, se ha convertido en la principal crítica de Cuauhtémoc, luego de que este propusiera una ley para sancionar a las mujeres que acusan falsamente a los hombres de haber cometido algún delito.

“El día de hoy en nuestra sesión de la Comisión de Igualdad compartí mi postura sobre rechazar rotundamente la iniciativa que busca impulsar el diputado Cuauhtémoc Blanco sobre una ley para defender a los acusados de violencia sexual”, escribió en su cuenta @MaTeresaEalyMx.

“Dos de cada tres mujeres han sufrido algún tipo de violencia y la violencia sexual es de las más comunes y cualquier iniciativa debe priorizar la protección  de las víctimas y no poner más obstáculos para que denuncien, ya existe un tipo penal por falsear información frente a las autoridades, tanto nos ha costado esta lucha para que llegue alguien a poder afectar esto, la iniciativa que propone Cuauhtémoc Blanco no aporta nada a la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, en lugar de fortalecer los mecanismos de protección y acceso a la justicia para las víctimas, pone la preocupación por excepciones que son mínimas en comparación con la magnitud del problema”, declaró María Teresa al ser entrevistada en El Heraldo Radio, el pasado 12 de febrero.

Y alguien podría decir que las declaraciones de esta chavita no tienen ninguna influencia en un órgano colegiado de 500 integrantes. Que le pregunten al magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia, Rafael Guerra Álvarez, quien ya se veía como ministro de la Suprema Corte de Justicia y esta jovencita se encargo de “ventanearlo” sobre que su calificación en la licenciatura en Derecho no alcanzó el ocho y lo obligó a retirarse del proceso de selección.

Rafael Guerra fue el magistrado que vino a Morelos a jugar un partido de futbol contra su ídolo Cuauhtémoc Blanco, y que provocó la risa de los presentes cuando se alzó la camiseta de la Comisión Nacional de Tribunales (CONATRIB), para que el entonces gobernador de Morelos constatara que abajo traía la playera del América.

Otra señal que deberían tomar en cuenta es la declaración literal de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, cuando le preguntan sobre “el caso Cuauhtémoc Blanco”:

“… ¿a quién le correspondería decidir sobre el caso de Cuauhtémoc Blanco o de alguna otra persona si cometió un delito sexual? Pues a la Fiscalía”. Sin embargo, lo que no dice es que para que la Fiscalía lo pueda llamar a comparecer, primero tienen que quitarle el fuero constitucional.

El diputado Hugo Eric Flores (Morena), presidente de la Comisión Jurisdiccional, informó que próximo miércoles se realizará una reunión ordinaria de la Sección Instructora para desahogar los expedientes de solicitudes de procedencia que están pendientes.

En declaraciones ante representantes de medios de comunicación, al ser cuestionado sobre si ya se dio entrada a la solicitud en contra del diputado Cuauhtémoc Blanco Bravo, aclaró que “todavía no, hasta que haya sesión ordinaria de la Sección Instructora y tener la información de estos problemas técnicos que vamos a señalar para poder ya seguir con el procedimiento.

“El asunto es muy sencillo, queremos hacerlo muy bien de origen, porque no queremos que al ratito vaya a haber amparos o problemas de origen en los procedimientos, tenemos que ser muy cuidadosos y estamos solicitando alguna información adicional”, comentó.

Ahora bien, no perdamos de vista que, si bien la solicitud de juicio de procedencia quedó debidamente registrada y ratificada desde el jueves 6 de febrero, dependerá en mucho del nuevo fiscal, Edgar Maldonado, la velocidad que le quiera imprimir al asunto, lo que permitirá darnos cuenta qué tanto interés existe de la actual administración en que se aplique la justicia.

Es fácil advertir cuando un fiscal está interesado en que avance un asunto, o cuando da instrucciones para que no camine. (Sólo hay que ver el trato que le han venido dando a los expedientes relacionados con el exgobernador Graco Ramírez, tanto la Fiscalía General como la Anticorrupción).

En medios de comunicación nacionales el exgobernador de Morelos está siendo vapuleado. Apenas hace unos días, el prestigiado columnista de Milenio, Ricardo Raphael, publicó una columna denominada “Dos hombres poderosos, dos mujeres violentadas”, en la que hace notar que tanto Cuauhtémoc como su medio hermano Ulises Bravo, están acusados de agredir a mujeres.

“De su lado, Ulises Bravo ya se encuentra vinculado a proceso por golpear a su ex pareja. Para la otra víctima agraviada ha sido cuesta arriba lograr ser escuchada y más todavía conseguir justicia, porque este sujeto goza de inmunidad política gracias a que es dirigente de Morena en el estado de Morelos. Cuauhtémoc Blanco es medio hermano de Ulises Bravo; las mujeres violentadas son Nidia Fabiola Blanco y Liu León. La batalla de estas dos mujeres contra el poder de sus violentadores no es una mera anécdota. Exhibe la tradición muy mexicana de colocar a la política por encima de la justicia”, refiere.

Desde hace unas semanas, Blanco Bravo puso en marcha una campaña en redes sociales dirigida a promocionar el “trabajo” que realiza como diputado federal, sin embargo, parece que la medida resultó contraproducente, pues si bien los mensajes están impecablemente escritos, los comentarios de la gente son todos en contra.

Ya todos se pronunciaron por el caso Cuauhtémoc, menos la dirigente de Morena en Morelos -mujer- Mirsa Berenice Suárez Maldonado, quien ha guardado un silencio que entre más se prolonga, más huele a complicidad.

HASTA MAÑANA.