“La zona oriente está siendo aterrorizada por lo que yo he llamado El Cartel del Papelito, a tal grado que este fin de semana tres diferentes líneas del transporte dejaron de dar servicio porque primero una checadora fue atacada a balazos y después una moto con dos encapuchados se les emparejó y le dejó un papelito al chofer en el que decía que los próximos iban a ser los pasajeros”, dijo el reportero Paco Cedeño a la gobernadora Margarita González Saravia en su conferencia de prensa del lunes 27 de enero, en el municipio de Miacatlán.
Un mes antes, a plena luz del día la misma motocicleta con dos sujetos a bordo llegó hasta el hotel Quinta Lorife y disparó en dos ocasiones contra la fachada, para después dejarles un papelito intimidatorio en el que exigían una cuota a cambio de no hacerles daño a los dueños y a los huéspedes, según informó la página Noticias de Cuautla.
Confiados en que no los perseguían, los malhechores continuaron con el mismo modus operandi. El 8 de febrero, un empresario de desechos industriales de la Colonia Lázaro Cárdenas también recibió un recado bastante intimidatorio en el que le exigían un pago de 200 mil pesos para no incendiarle su bodega, y posteriormente la cuota sería de 100 mil mensuales.
Haciendo caso a la gobernadora que en su conferencia de prensa del 27 de enero recomendó denunciar, la víctima recurrió a las autoridades y obtuvo una respuesta por parte de la Fiscalía Regional de la zona oriente que comisionó a un grupo de agentes de Investigación Criminal para hacer lo que se conoce como “pago controlado”.
En teoría, la víctima aceptaría hacer el pago convenido con la condición de que fueran al negocio a recoger el dinero, y cuando los delincuentes llegaran por el botín, serían detenidos en flagrancia por un grupo de policías perfectamente adiestrados para este tipo de operativos y debidamente equipados con chalecos antibalas.
Pero no ocurrió así. A las 12:00 horas del jueves 13 de febrero, un grupo de Agentes de Investigación Criminal (AIC), implemento un operativo en el negocio de la víctima, ubicado en la calle Paracho sin número de la colonia Lázaro Cárdenas de Cuautla, Morelos.
Los agentes Calet y Minerva se posicionaron adentro del negocio, en tanto que otros agentes se apostaron afuera y en las inmediaciones del lugar, pero sin llevar chalecos antibalas pues querían pasar desapercibidos con los delincuentes.
A las 12:32 horas, la Agente Minerva informó, a través de la frecuencia de radio Matra, que una motocicleta de color negro con dos personas a bordo llegó al negocio y el copiloto bajó y se dirigió a la ventanilla del local.
La persona, quien fue identificada posteriormente con el nombre de Agustín Hernández Méndez, sacó un arma y exigió el pago de la extorsión. Fue en ese momento cuando Calet sale e intenta someter a la persona armada.
El hombre se da cuenta que es una trampa y dispara contra la mujer policía, acertando tres balazos en el pecho, mientras que Calet recibe dos, uno en el abdomen y otro en la pierna, pero desenfunda su arma de cargo, responde y alcanza a lesionar de un disparo al agresor. Sólo un disparo, dice el Informe Policial Homologado (IPH).
Al escuchar los impactos, el acompañante de Agustín, Manuel Jonathan Campus Lemus, entra y trata de ayudarlo, pero al no poder cargarlo decide huir mientras el herido le gritaba: “Háblales a los compas y pide ayuda”.
Campus Lemus emprende la huida en la moto y evadiendo la lluvia de balas de los agentes que se encontraban afuera y que ya venían en apoyo de sus compañeros.
Dos agentes, José Pablo y María Isabel, que se hallaban a bordo de un auto March, persiguen al motociclista que huye por la calle Acapantzingo con dirección a la calle Tacámbaro, en donde cae de la moto, no por que fuera herido, sino por la velocidad con la que iba tratando de huir.
Los agentes se bajan del March y se disponen a detener al motociclista caído, Manuel Jonathan. Ella se encontraba colocándole las esposas y él reportando el hecho desde el auto cuando sucede algo que nadie se esperaba.
De la nada aparece un hombre robusto, vestido de negro, quien aprovechó la distracción de los agentes y primero le dispara varias veces por la espalda a José Pablo y después hiere a María Isabel.
Manuel Jonathan intenta aprovechar el momento para escapar, pero como “rengueaba” de la pierna derecha no pudo avanzar mucho y en ese momento llegaban otros agentes que lo sometieron, sin percatarse de que el hombre de negro se les había escapado.
Mientras tanto, en el lugar donde inició todo, Agustín sale del negocio y se enfrenta a tiros con otros agentes (entre ellos Miguel Ángel quien es herido en el tórax y el hombro) hasta que se queda sin cartuchos y es detenido.
Mientras unos se aseguraban de que el delincuente no se fuera a escapar, sus compañeros solicitaban el auxilio de una ambulancia para trasladar al hospital a Minerva, pero ante la demora deciden llevarla a bordo de un vehículo particular, aunque todo fue en vano.
Los cinco agentes lesionados y las dos personas detenidas fueron trasladados al hospital general de Cuautla. Minerva y José Pablo murieron esa misma tarde en tanto que Calet fallecería al día siguiente.
La mañana del domingo 16 de febrero, en la ciudad judicial de Cuautla, se llevó a cabo la audiencia inicial en contra de Manuel Jonathan Campus Lemus y Agustín Hernández Méndez, detenidos por el ataque armado contra Agentes de Investigación Criminal (AIC) de la Fiscalía, sin embargo, el primero llegó en silla de ruedas y el segundo no llegó. La defensa comunicó a la jueza que el imputado había fallecido horas antes en el mismo hospital que los agentes investigadores.
En la necropsia quedó asentado que Agustín Hernández murió por “hemorragia hepática y testicular”.
El viernes 14 de febrero, a unos días de haber asumido el cargo, el joven fiscal general del estado, Edgar Maldonado Ceballos, tuvo que pronunciar su primer discurso de despedida a policías caídos en cumplimiento de su deber, uno de ellos, con apenas un año de haber salido de la Academia.
Reunidos en las instalaciones de la Fiscalía de Delitos de Alto Impacto, y ante la presencia de familiares y amigos de uno de los agentes caídos (los familiares de la mujer policía no aceptaron el homenaje y aún no se sabía que un tercer agente ya había fallecido), Maldonado Ceballos resaltó que es en la labor diaria “al combatir a la delincuencia que trastoca la tranquilidad de las familias morelenses, que la Fiscalía General del Estado de Morelos pone al servicio de la sociedad a las mejores mujeres y hombres, quienes con su desempeño, dedicación y un alto sentido de entrega y servicio, trabajan para transformar la realidad y garantizar que la ciudadanía tenga acceso a la justicia y a la seguridad”.
HASTA MAÑANA.