El presidente municipal de Cuautla, Jesús Corona Damián, está en “el ojo del huracán”. Hay un micro video que está circulando en redes sociales en el que se observa al edil de espaldas en una reunión en la que aparecen Samuel Márquez, conocido como El Mayor y actual secretario del Ayuntamiento de Cuautla, así como Jorge Bazán Reyes, líder de comerciantes de la Central de Abastos, con un supuesto capo de nombre Júpiter Araujo Bernard, alias El Barbas, señalado como líder del Cártel de Sinaloa en la zona oriente de Morelos.
Ironías de la vida: en la grabación también se observa a Agustín Toledano Amaro, presidente municipal de Atlatlahucan (que también llegó al cargo por la Coalición PAN-PRI-PRD-RSP), pero a él ni siquiera lo han molestado. El ataque mediático se ha centrado en la figura del dos veces alcalde de Cuautla.
También, llama la atención que, en el comunicado emitido ayer por el Ayuntamiento de Cuautla, no entra en detalles sobre si es él o no, o si se trata de un video editado con inteligencia artificial. Suponemos que el alcalde y su equipo debieron analizar horas enteras el video y todas las salidas posibles.
“Siempre me he conducido con transparencia y honestidad, valores que han guiado mi vida personal y pública. No tengo nada qué ocultar ni nada que temer. Por ello, si las autoridades estatales o federales lo requieren, estoy en total disposición para cualquier aclaración necesaria, con la certeza de que mi actuar ha sido siempre dentro del marco de la ley”, dice en la parte principal del documento.
En un análisis objetivo, al alcalde cuautlense no podrían fincarle responsabilidad por ese simple video, aún cuando peritos en la materia determinaran que sí es original. Si bien es cierto que en las imágenes se muestra lo que parecen ser armas largas, él no las está portando.
Para acabar pronto: hay una fotografía en la que aparece Cuauhtémoc Blanco con tres personas señaladas como cabecillas del narcotráfico en Morelos, pero ya pasaron casi tres años de que salió a la luz pública y la Fiscalía General del Estado, así como su similar a nivel federal, no le han podido fincar ningún delito al hoy diputado federal.
Si nos vamos más lejos, ahí tenemos a la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, quien admitió haberse reunido con los líderes del grupo de “Los Ardillos”, y ahorita sigue en libertad.
En el caso de Corona Damián, es evidente que se trata de un ataque más mediático que jurídico, y que se sumará a la lista de alcaldes a quienes se les relaciona con grupos criminales, pero hasta ahí.
En este espacio hemos mencionado que la delincuencia organizada está infiltrada en la mayoría de municipios de la entidad.
En nuestra entrega del 26 de noviembre del año pasado (cuando todavía no protestaban al cargo los nuevos alcaldes), bajo el título de “De enjambres y barbas remojadas”, escribimos lo siguiente:
Hoy, es del dominio público de que varios de los presidentes municipales tienen tratos con grupos de la delincuencia organizada, que han recibido fuertes cantidades de dinero para permitirles operar a sus anchas en la extorsión y el robo de vehículos, así como en “ajustes de cuentas” a grupos contrarios. Y no sólo alcaldes o alcaldesas, también síndicos y regidores, jefes de policía municipales y de tránsito.
Todos ellos viven en la zozobra de que algún día de estos llegue un operativo similar al que ocurrió en el estado de México, y les notifique que están detenidos y se los lleve, sin darles tiempo siquiera de despedirse de su familia. Obviamente toda esta información se está manejando con toda la secrecía en los más altos niveles de seguridad nacional.
Como quien dice, están aplicando el sabio refrán mexicano: “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”. Literal.
Ayer, en la conferencia de prensa que encabezó el secretario de Gobierno, Juan Salgado Brito, en representación de la gobernadora, el secretario de Seguridad Pública dijo una frase muy reveladora: “La operación Enjambre en el estado de México no nos es nada extraña”. Al buen entendedor, pocas palabras.
Sin embargo, aquí hay que dejar en claro que no solamente son los que ya se van, sino también los que están por asumir el cargo a partir del primero de enero. En algunos casos se trata de candidatos que recibieron dinero de grupos del crimen organizado con la condición de que les dejen operar sistemas de agua potable, obras públicas y hasta tesorerías.
Hay de todos los partidos políticos, hasta de Morena y sus aliados. Por si las dudas, que se vayan preparando los que quedaron en las planillas como presidente municipal suplente, si es que lo hay.
Cuautla es uno de los municipios de Morelos donde más grupos de la delincuencia se disputan el territorio y donde más víctimas se han registrado. Baste recordar al que fuera regidor de la pasada administración, Geovanni Lezama; al ex candidato a presidente municipal Carlos Benítez “Bildmart”, y finalmente a Ricardo Arizmendi, quien fuera candidato a presidente municipal suplente en la fórmula de Corona Damián.
Ayer, el fiscal general Edgar Maldonado Cevallos se quiso salir por la tangente al declarar que el asunto del video debe ser investigado por la Fiscalía General de la República (FGR) por tratarse de delitos del fuero federal. Sí, pero que no se le olvide que el homicidio es delito del fuero común, y que le corresponde al Ministerio Público local.
Por su parte, el secretario general de Gobierno, Juan Salgado Brito (un viejo lobo de mar de la política), dijo que los funcionarios que aparecen en el video, “considero que son sancionados por la opinión pública, pero también son casos que merecen ser investigados”.
Sí, que los investiguen, pero a todos, para que no quede la sospecha de que la filtración del polémico video fue un ataque con tintes partidistas.
HASTA MAÑANA.