Desde hace más de un año, el municipio de Huitzilac ha sido escenario de una especie de “espiral de la muerte” en el que (independientemente de los crímenes que ocurren por asaltos y secuestros exprés en los que las víctimas son aleatorias), las familias oriundas de esa localidad se han dedicado a matarse entre ellas, siendo el último nuestro amigo y colega Alejandro Mancilla Cueto.
Conocimos a Mancilla hace muchos años en alguna de sus campañas buscando la presidencia municipal de su tierra natal, tantas veces que ya perdimos la cuenta. La única presidencia que logró por el voto popular fue la de Bienes Comunales, que tanto él como su hermano José Luis detentaron en diversos años.
Apodado “El Bomba”, Mancilla Cueto era un excelente anfitrión con los periodistas, tanto que terminó siendo uno de nosotros. Puso un medio de comunicación (Noticieros Hora 19) y se inscribió como alumno de la carrera de Periodismo en la Universidad del Valle de Cuernavaca, de la que se graduó hace apenas unas semanas.
“Ya viene mi cumpleaños, no se te olvide”, me dijo la última vez que nos vimos en un evento público en el Centro Cultural Teopanzolco, cuando me enteró de que había sido designado secretario del Ayuntamiento de Huitzilac.
Irónicamente, el día y la hora que todas las corporaciones federales y estatales desfilaban en Cuernavaca en la tradicional ceremonia del “banderazo de salida” con motivo del periodo vacacional de Semana Santa, a Alex lo cazaban en plena explanada de la Presidencia Municipal de Huitzilac cuando llegaba a su oficina.
El hecho provocó que Morelos volviera nuevamente a las primeras planas nacionales. Héctor de Mauleón, columnista de El Universal, consideró que “el asesinato de Mancilla, ocurrido ayer, deja entrever el lodazal sobre el que está flotando Huitzilac, un emblema del tremendo imperio criminal en que Cuauhtémoc Blanco dejó convertido al estado de Morelos”.
Enseguida rememora que a mediados de enero pasado fueron ejecutados cinco integrantes de una planilla que competía para alcanzar la titularidad de la oficina de Bienes Comunales. Faltaba solo un mes para que la renovación de autoridades comunales se llevara a cabo: un grupo armado irrumpió en el domicilio donde los integrantes de la planilla llevaban a cabo una reunión de trabajo y acabó con todos.
Una semana más tarde, el exdirector de Tránsito, Óscar Meza García fue “levantado” y reportado como desaparecido. Su cadáver apareció envuelto en cobijas, con impactos de bala, en la cajuela de un Tsuru.
Meza García acababa de dejar el cargo el 31 de diciembre de 2024, tras el cambio de autoridades municipales. Era investigado luego de que se comprobara, a través de un video, que policías viales de Huitzilac habían escoltado la camioneta en la que iba secuestrada la chef Zahie Téllez, a la que en noviembre pasado cuatro sujetos armados interceptaron en Parres en momentos en que esta se había detenido en la carretera para atender una llamada telefónica.
Meza García no era el único jefe policiaco contra el que se había atentado en Huitzilac. En mayo 2024 ese municipio morelense se estremeció con dos hechos brutales: el ataque armado contra el director de policía Jesús Tello Trejo y la ejecución, un sábado en la noche, de ocho personas que departían dentro de un establecimiento, la cual quedó registrada en cámaras de video.
Desde la llegada del anterior presidente municipal, Rafael Vargas García (2021-2024), la presencia en Huitzilac del grupo criminal Los Maya aumentó hasta volverse incontestable. En ese periodo aumentaron como nunca las ejecuciones, los secuestros, los asaltos en carretera y los despojos.
Reportes de seguridad indican que periódicamente, tras la renovación de la oficina de Bienes Comunales, arrecian las extorsiones y los despojos en contra de propietarios de casas y terrenos situados precisamente en tierras comunales de Huitzilac, Tres Marías, Montecasino y Coajomulco.
El botín es de tal envergadura que puede explicar la ejecución de los cinco integrantes de la Planilla Morada, que buscaba quedarse con la titularidad de esa oficina. A la mezcla de intereses políticos y económicos se suma el negocio de la tala ilegal, protegido por autoridades federales, estatales y municipales.
“Fuentes de inteligencia indican que la campaña política que llevó a Rafael Vargas al poder fue financiada por el grupo criminal de Abel Maya, y que, de cara al proceso electoral de 2024, a través de sus relaciones con Alejandro Mancilla, Maya decidió apoyar la llegada del hoy alcalde César Dávila Díaz”, sostiene De Mauleón.
Un dato relevante y que no apuntó en su columna el periodista de talla nacional, es que unos días antes de irse, el fiscal Uriel Carmona ordenó la detención de varios miembros de la Mesa Directiva en funciones del Comisariado de Bienes Comunales de Huitzilac, en cumplimiento a una orden emitida por una jueza penal.
Según el comunicado que emitió la Fiscalía, durante el mes de octubre de 2024, unas personas que no son del municipio acudieron a las oficinas del comisariado para ver trámites relacionados con un terreno de una hectárea ubicado en el municipio de Huitzilac, lugar donde fueron retenidos por los imputados quienes se encontraban en compañía de por lo menos cinco masculinos armados.
Mediante el uso de la violencia y amenazas de muerte, fueron obligados a ceder los derechos del predio a favor de un tercero, manteniéndolos privados de la libertad durante varias horas, en tanto, el inmueble en cuestión fue ocupado de manera ilegal por un grupo de personas armadas quienes agredieron de manera física a la persona que cuidaba del lugar, sitio que fue desmantelado y pintado en la entrada del mismo la leyenda “a resguardo de bienes comunales”.
Consumado el hecho, liberaron a las personas víctimas que acudieron ante la FIDAI, en donde se activaron los protocolos de atención correspondientes, y al desarrollarse los actos respectivos e integrarse la carpeta de investigación, se obtuvo de una Juez de Control las respectivas órdenes de aprehensión en contra de Genaro “N” alias «El Tambora», de 55 años; Ángel “N”, de 59 años; y Marco Antonio “N” alias «Dormilón», de 51 años, quienes se desempeñaban como presidente, secretario y tesorero de Bienes Comunales de Huitzilac.
Lo que ya no se informó, fue que los antes mencionados fueron puestos en libertad días después (así nos lo dieron a conocer vecinos de ese municipio) sin que se conozcan hasta el momento los detalles legales de su liberación, pues supuestamente estaban bajo el auto de vinculación a proceso, y con la medida cautelar de prisión preventiva.
No hay que olvidar que fue precisamente un detenido de Huitzilac (Alberto, apodado El Diablito), quien provocó el rompimiento entre el fiscal Uriel Carmona y el todavía presidente del Tribunal Superior de Justicia, Jorge Gamboa Olea.
HASTA MAÑANA.