En cada candidato a un cargo de elección popular del Poder Judicial Federal, hay una historia personal qué contar. Hoy conoceremos tres: José Luis Ruiz Muñoz, Francisco Rubio Yáñez y Miguel Ángel Martínez Rodríguez.
En Cuernavaca, entre el bullicio de un mercado popular, un hombre con sombrero camina sin corbata y con la mirada franca. No lleva discursos prefabricados ni promesas huecas. José Luis Ruiz Muñoz, Magistrado en funciones y candidato al cargo por elección popular, no vende ilusiones: ofrece conocimiento, experiencia y algo más raro en estos tiempos: vocación.
“Yo no soy político… soy tu vecino, compro los pollos aquí al lado”, le dijo un día a un ciudadano incrédulo que lo miraba como si llevara una máscara. No era arrogancia, era una declaración de identidad. José Luis Ruiz Muñoz no necesita fingir lo que ya es: un juzgador de vocación que aprendió a dialogar con la ciudadanía a ras de calle.
En este proceso inédito donde los cargos del Poder Judicial de la Federación se someten, por primera vez, a la voluntad popular, José Luis decidió dar un paso al frente. “Lo hago por vocación”, confiesa con honestidad desarmante. “Tengo 15 años en el servicio público y siento que puedo aportar más”.
Nacido en Torreón, Coahuila, su destino no era evidente. Se formó en derecho fiscal, pero fue el derecho laboral —ese terreno crudo donde se enfrentan la necesidad y el poder— el que lo conquistó. “Es una materia profundamente humana”, repite con convicción. Y desde ese lugar, ha trabajado para equilibrar la balanza.
Desde sus inicios como oficial judicial en Torreón, pasando por Villahermosa —la “meca del derecho laboral”, según sus palabras—, hasta su actual encargo como Magistrado en funciones en la Ciudad de México, ha recorrido un camino de estudio, especialización y entrega. “Me he profesionalizado en el derecho laboral porque ahí se puede transformar la vida diaria de la gente”.
Pero su propuesta va más allá del tribunal. Quiere sembrar en la academia, formar nuevas generaciones de juristas, acercarse a las universidades. “Cuando me invitaron a una charla sobre líneas jurisprudenciales, los estudiantes quedaron fascinados. Yo, feliz. Pero fueron contadas las veces… siempre estuve vedado por ser secretario. Hoy quiero abrir esas puertas”.
Asegura que uno de los grandes problemas del sistema actual es la incertidumbre jurídica. Lo ilustra con una anécdota en Torreón: “En un tribunal se resolvía de una manera, en otro de forma contraria. Todo dependía de en qué piso del edificio cayera el juicio. Lo llamaban ‘la justicia del elevador’”.
Eso quiere cambiar. Su bandera es la predictibilidad, la uniformidad en la justicia. “Propongo líneas jurisprudenciales sólidas para que la ciudadanía sepa cómo se resolverán sus casos. Eso da certeza, da paz”.
Su visión sobre la reforma judicial es clara: abrir el sistema, hacerlo accesible, informar a la gente. “La gente sabe del Ejecutivo, del Legislativo, pero el Judicial sigue envuelto en neblina. Este proceso es la gran oportunidad para acercar el poder más cerrado al pueblo”.
Confiesa que en este proceso ha descubierto una faceta que no conocía: “Hasta me lleno de energía platicando con la gente. Me dicen que estoy descubriendo mi parte política… pero no he perdido mi esencia”. Porque Ruiz Muñoz no quiere ser político: quiere seguir siendo juez. Pero un juez que escucha.
FRANCISCO RUBIO. – También es integrante del Poder Judicial Federal. Actualmente es secretario del Tribunal Colegiado de Apelación del decimoctavo circuito con sede en Atlacholoaya, aunque comenzó cubriendo un interinato como oficial en el Cuarto Tribunal Unitario en Materia Penal del primer circuito, con sede en el otrora Distrito Federal y de ahí fue escalando puestos.
Es egresado de la Licenciatura en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), maestro en Juicios Orales por la Universidad Tepantlato y cuenta con un Diplomado en el Sistema Penal Acusatorio en la Escuela Federal de Formación Judicial. Se tituló con mención honorífica en la Licenciatura con la tesis “Incidente de Precisión de Sentencia de Amparo” y es experto en elaboración de proyectos de sentencia, trámite de procedimientos de segunda instancia, entre otras habilidades.
Francisco Rubio está buscando la Magistratura del Tribunal Colegiado de Apelación por el Primer Distrito, por lo que recorre los municipios de Cuernavaca, Jiutepec, Emiliano Zapata y Temixco, para convencer a la gente de que vote por él este primero de junio.
MIGUEL ÁNGEL MARTÍNEZ RODRÍGUEZ. – Al candidato a magistrado en materia Penal y Administrativa lo conocimos ayer a través de una entrevista que le hicieron Ray Cárdenas y César Salgado en su gustada sección “Hablemos bien de Cuernavaca” en Facebook. Es la historia de un abogado que llegó a Morelos siendo niño, que estudió su primaria y secundaria en el Colegio Cristóbal Colón con el Padre Armando y la Preparatoria en la Loyola del profe Pepe Hernández. Es guayabo pues.
La licenciatura en Derecho la estudió en la Universidad del Valle de México (UVM), Campus Ciudad de México, y eligió esa carrera porque su padre, quien emigró del estado de Guerrero al entonces Distrito Federal, siempre quiso ser licenciado en Leyes, pero no lo logró por cuestiones económicas. Y hoy su hijo le cumplió ese deseo y con creces.
A diferencia de los dos primeros que mencionamos, Miguel Ángel Martínez no es parte del Poder Judicial Federal, sino litigante, pero no cualquiera. “Yo si tomo tu asunto lo atiendo como si fuera yo el del problema”, afirma en la entrevista con Ray Cárdenas.
Esa característica le permite hablar libremente de un sistema que conoce desde fuera, ya que ha sufrido en carne propia los sinsabores de la postulancia: la lentitud en los procesos judiciales, las resoluciones a favor de los que más tienen y el nepotismo que prevalece en todos los tribunales.
Considera que mucha de esa problemática tiene que ver con la enseñanza del Derecho, con la proliferación de escuelas “patito” en las que les ofrecen su cédula en un solo examen. El otro problema está en que no les enseñan ética a los nuevos abogados, más bien pareciera que les enseñan el Derecho para encontrar los recovecos para violar las leyes impunemente.
La otra faceta de este candidato a magistrado federal es la de servidor público en el área de Seguridad Pública y Sistema Penitenciario. Desde muy joven se incorporó a la Secretaría de Seguridad Pública Federal siendo asignado a la región de Veracruz y posteriormente en el Gobierno de Oaxaca en el área de Readaptación Social.
Se ha desempeñado en la administración pública como director de Coordinación Interinstitucional en la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla, director general de Ejecución de Sanciones en la Secretaría de Gobernación y director en la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República.
HASTA EL LUNES.