“Chambonadas”

Chambonada. f. Chapuza [= obra sin arte ni esmero], dice la Real Academia de la Lengua. En Morelos decimos que alguien (un mecánico, un albañil, un pintor), hizo una “chambonada” cuando el trabajo está a medias, como hecho sin ganas, sólo por cumplir, a sabiendas de que la paga será poca.

Así podríamos definir el proceso electoral de ayer domingo primero de junio. En días pasados en este mismo espacio habíamos pronosticado una “elección de Estado” en la que trabajadores de los tres niveles de Gobierno conjuntamente con el partido Morena serían “acarreados” a las urnas para completar la meta impuesta por el gobierno federal: 350 mil votantes.

Debemos reconocer que nos equivocamos. No hubo tal movilización porque nadie quiso pagarla y al final se concretaron a sugerir que acudieran a emitir su sufragio y votaran por Lenia Batres y los que cada quien quisiera.

En el Gobierno estatal al principio se habló de que cada director general debería llevar 50 votantes seguros, luego le bajaron a 30, después a 20 y al final lo dejaron en “los que puedas”.

El partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) movilizó a su personal y realizaron varias “asambleas informativas”, pero la gente quería dinero para “aceitar” las estructuras y el recurso nunca llegó. La promesa del diputado federal Alfonso Ramírez Cuellar de “garantizar la presencia de sus votantes en los lugares de votación” quedó en eso: una simple promesa.

El resultado todos lo vimos: algunas personas votando hasta el mediodía, pero de ahí en adelante las casillas lucían desiertas, con funcionarios del INE bostezando o entretenidos con sus celulares.

En una elección tradicional, es a partir de las tres de la tarde cuando los partidos políticos ya tienen una estimación de cómo van y es cuando recurren a las argucias como “el carrusel”. Ayer no se vieron filas de personas dirigiéndose a las casillas para después regresar al mismo taxi o combi.

Ciertamente algunos candidatos realizaron “comelitones” con decenas de personas (la regidora Axixitla de Cuautla y el candidato Xix), y les regalaron “acordeones” y lápices para que practicaran el sufragio, pero nada más.

Algunos alcaldes -como José Luis Maya, de Zacatepec- de plano reunió a todos sus trabajadores y les pidió votar por un candidato a magistrado federal. Cuando lo balconearon en redes sociales, dijo que sólo había sido “una simple sugerencia”.

El sábado por la mañana, alguien denunció que en un negocio de copias de la calle Morrow estaban imprimiendo miles de “acordeones”. Acudió la Policía pero cuando se aclaró que el INE ya había dicho que los ciudadanos podían llevar hojas impresas, pudieron continuar con su trabajo.

Un ejemplo de la “chambonería” que mencionamos al principio, fue lo que se pudo ver en la avenida Lerdo de Tejada y Cerezos de la colonia Alta Vista. Al parecer “alguien” pagó para que se colocaran unos posters con la leyenda “Vota por un nuevo Poder Judicial” (con letras color guinda, casualmente), pero el encargado de hacerlo tenía mucha prisa y de a dos carteles en un solo poste pegándolo sólo por la parte de arriba. Se nota que les urgía terminarse los posters y mandar la foto para poder cobrar.

El domingo por la mañana comenzaron a circular en grupos de WhatsApp “acordeones digitales” que estuvieron distribuyendo conocidos “morenistas”, en los que sugerían votar por los números 06, 07, 02, y 03 de la boleta rosa Distrito 1 correspondiente a mujeres; y el 16 y 20 correspondiente a hombres, para magistraturas de Circuito.

En la boleta amarilla (jueces de Distrito), sugerían poner el número 02, 06 y 01, para mujeres; y 22 y 09 para hombres.

Por cierto, en la casilla que quien esto escribe votó, todos llevaban anotados sus candidatos en el teléfono y le tomaron foto a las boletas después de anotar sus preferencias.

Algo que debe resaltarse es que la jornada electoral transcurrió con absoluta tranquilidad, según reportó la Mesa de Coordinación para la Seguridad y la Paz. Lo innegable es que la gente no salió a votar, ni siquiera después de que vieron que su Mesías había reaparecido en Chiapas tan sólo para cumplir con su deber ciudadano.

¿Qué viene ahora? Lo que ellos digan. Los ciudadanos estamos indefensos ante el gobierno federal, las cámaras de diputados y senadores, y ahora el INE, que ya lo tienen controlado también. Si nos dicen que fulano o mengano ganó, no podemos refutarlo. Sería imposible un conteo “voto por voto, casilla por casilla” como lo que ellos exigían en las elecciones donde se decían víctimas del fraude.

Ayer, al platicar con la gente que acudió a votar, nos percatamos que mucha gente sí acudió al llamado democrático con plena confianza de que las cosas van a cambiar en el Poder Judicial. Los auténticos morenistas (no los arribistas que llegaron después), tienen fe en que su voto llevará a las magistraturas y juzgados de Distrito a las mejores personas, no los más sabios en materia jurídica, sino los mejores seres humanos.

Nosotros también así lo esperamos por el bien de todos. Ana Laura Magaloni, abogada e investigadora, considera que, más allá de los votos y el resultado, la reforma judicial está pensada para romper el andamiaje básico que sostenía la independencia judicial. “Las nuevas reglas de ingreso, permanencia, ascenso y remoción de todas las personas juzgadoras las vinculan invariablemente con el sistema político. ¿Qué juez o ministra se atreverá a fallar en contra de un asunto relevante para la presidenta? ¿Cuántos personajes políticos podrán jalar las cuerdas invisibles para manipular el resultado de asuntos relevantes en términos políticos o económicos? Nada en la reforma judicial está hecho para contar con jueces sin miedo y libres para tomar decisiones”, publicó recientemente.

En esa misma columna, Magaloni afirma que después de la elección judicial vamos a vivir algo parecido a lo que sucedió con el sistema de compra y distribución de medicinas: AMLO desmanteló abruptamente dicho sistema con el argumento de que existía mucha corrupción. Sin embargo, una vez destruido el sistema, la corrupción no se terminó y no se ha podido restablecer el abasto de medicinas.

“Con el sistema de justicia va a suceder algo similar”, pronostica la investigadora y nosotros pensamos exactamente lo mismo.

HASTA MAÑANA.