Lo que resuelva hoy el Congreso del Estado sobre el Tribunal Superior de Justicia indiscutiblemente será una intromisión de poderes, sin embargo, estaría plenamente justificada porque los morelenses hemos visto que los 22 magistrados de ese órgano colegiado no se han podido poner de acuerdo (ni se pondrán) sobre la persona que los va a representar hasta que lleguen los magistrados electos por voto popular y se han comportado como niños emberrinchados.
Es increíble que ocho personas, en su mayoría con doctorado en Derecho, se hayan escondido y apagado sus teléfonos para no dejarse notificar de los siguientes intentos de reanudación de la sesión iniciada el pasado 20 de mayo en la que sí estuvieron presentes los 22 miembros del Pleno.
¿Qué le van a decir a la sociedad ahora que “reaparezcan” Jorge Gamboa Olea, Carmen Aquino Célis, Elda Flores León, Javier Mújica Díaz, Rafael Brito Miranda, Horacio López Castro, Arturo Loza Flores y Miriam Uribe Peralta? ¿Con qué cara van a regresar a sus ponencias después de estas vacaciones pagadas de -hasta ahora- 15 días sin ninguna explicación?
Afortunadamente el sistema de comunicación del TSJ quedó en manos del grupo mayoritario, por lo que todos los días, cientos de personas pudieron ser testigos de cómo 11 magistrados primero, y al final ya 14, se reunieron 25 veces en 13 días con la esperanza de que alguno de esos ocho apareciera.
El penúltimo intento de sesión fue el pasado martes a las cinco de la tarde. El magistrado decano, Juan Emilio Elizalde, repitió el rito de todos los días: pase de lista y verificación de Quorum, sólo para escuchar la voz de la oficial mayor dando la noticia de que estaban presentes 14 miembros, por lo tanto no había condiciones para continuar la sesión.
El magistrado Anuar González Cianci Pérez propuso citar ese mismo día a las 21:30 horas “para seguir los esfuerzos de diálogo”. Su moción fue aprobada por unanimidad, pero antes sus compañeros hicieron algunas declaraciones, aprovechando que se estaba transmitiendo por Facebook Live y que los reporteros (pocos pero sí) estábamos atentos al desenlace de esta “telenovela”.
“Hay que recordar que la impartición de justicia está reconocida constitucionalmente como una de las instituciones fundamentales del estado y es lamentable que una de esas grandes instituciones del estado no tenga su representación debidamente integrada. El Constituyente permanente nos dio una vía para solucionar esa problemática que traíamos y no ha habido esa capacidad dado que ni siquiera hemos tenido el número de compañeros suficientes para llevar a cabo la votación correspondiente”, se quejó Manuel Díaz Carvajal.
Juan Emilio Elizalde dejó salir su sentimiento de impotencia:
“Esto ya raya en una situación de absurdo. El papel que estamos haciendo los 14 magistrados aquí presentes habla del interés de poder sumarse a este esfuerzo, pero el hecho de estar dando pausas y más pausas pues al único que estamos poniendo en entredicho es a este Tribunal Superior de Justicia”, dijo ya desperado.
A las 9:30 de la noche regresaron los mismos magistrados de siempre y todavía dieron algunos minutos esperando ver a la magistrada o magistrado número 15 entrar por esa puerta. No llegó. De hecho, tampoco llegaron Anuar y Jaime Castera, por lo que, con 12 votos, el Pleno decidió no conceder más recesos y darle vista al Congreso para que hiciera lo que dentro de sus facultades estuviera contemplado.
Ya para ese momento los 14 magistrados habían llegado a la conclusión de que, aún cuando se completara el ansiado Quorum, ninguno de los 22 tenía los 15 votos que se requieren para ser presidente.
Así las cosas, lo único que queda es que sea otro Poder el que lo decida, ante la incapacidad de los integrantes del Judicial de ponerse de acuerdo.
“A grandes problemas, grandes remedios”, dice un refrán mexicano, y aquí queda “como anillo al dedo”. No hacerlo significaría continuar con la parálisis que afecta al Pleno desde hace meses, lo que perjudica a los justiciables aunque los magistrados lo nieguen e insistan en que “las actividades jurisdiccionales se llevan a cabo con normalidad”.
Ayer, los coordinadores parlamentarios de Morena, Rafael Reyes, y del PAN, Oscar Daniel Martínez Terrazas, coincidieron —en entrevistas por separado— en que la intervención del Congreso es “oportuna y necesaria” para solucionar la grave crisis en que se encuentra inmerso el Tribunal Superior de Justicia.
Y la única solución es que sean los 20 diputados los que elijan al presidente del Tribunal Superior de Justicia, algo que jamás se había visto ni en este estado ni en este país. Hasta donde sabemos, los magistrados que integran el grupo de los 14 ya están de acuerdo, falta ver qué opinan “los escondidos”.
No descartemos que Jorge Gamboa Olea promueva una acción de inconstitucionalidad o controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y consiga una suspensión provisional contra el decreto publicado el 19 de mayo, aunque ello signifique un abierto enfrentamiento con los poderes ejecutivo y legislativo.
En términos caricaturescos, podríamos imaginar a un Jorge Gamboa atrincherado en el Salón de Plenos con sus carrilleras cruzadas y blandiendo su carabina mientras grita: “De aquí me sacan solo muerto”.
Otro escenario es que admita que su ciclo terminó y entregue las oficinas y las camionetas que tanto defiende a quien elija el Congreso. Desde su escondite, Gamboa sigue dirigiendo los destinos del tribunal, incluso pretendía seguir participando en las reuniones de la Mesa de Coordinación para la Paz y la Seguridad, pero la gobernadora no se lo permitió con una frase demoledora: “No Jorge, tú ya no eres presidente”.
Ahora bien, ¿quién podría ser el presidente o presidenta que designe el Congreso?
En esta columna ya habíamos dado una lista de los que están descartados para ocupar el cargo, comenzando por “los dos presidentes” (Gamboa y Vargas), así como los integrantes de la primera terna que no fructificó (Giovanna Montero, Carmen Aquino y Javier Mújica), y los parientes del ex fiscal (su esposa y su cuñada).
Es decir, que el presidente o presidenta saldría de la siguiente lista: Anuar González Cianci, Jaime Castera, Rolfi González, Anahí Bahena, Alejandra Hernández, Janet Uribe, Rafael Brito, Elda Flores, Cecilia López González, Francisco Hurtado o Manuel Díaz Carvajal, Bertha Rendón y Juan Emilio Elizalde.
Todos tienen la misma oportunidad, aunque el último de los mencionados tiene una ventaja: obtuvo 18 de los 22 votos en la sesión del 20 de mayo, cuando sí hubo Quorum.
HASTA MAÑANA.