Jesús Castillo
El contenido del escrito es lo de menos –sobre todo cuando ellos mismos admiten que no tiene efecto legal alguno- lo realmente trascendente es que son 12 diputados electos que lograron ponerse de acuerdo y que eventualmente podrían asumir de facto el poder en la Quincuagésima Quinta Legislatura que inicia el primer día de septiembre del 2021.
Ayer, en una inusual conferencia de prensa a las afueras del Palacio Legislativo, una docena de diputadas y diputados electos (ya sea por voto directo o por gracia de la designación plurinominal), dieron lectura a un pronunciamiento en los siguientes términos:
“Los firmantes, en nuestra calidad de diputados locales electos para la LV Legislatura al Congreso de Morelos, hacemos del conocimiento público nuestra postura en relación con las próximas designaciones que pretenden realizar integrantes de la LIV Legislatura”.
Enseguida, los suscritos manifiestan su “extrañeza de querer realizar los nombramientos pendientes en el actual periodo ordinario, debido a que consideramos que este proceso se está realizando de forma apresurada”, y enumeran tres supuestos argumentos por los que consideran que no deben llevarse a cabo esas designaciones:
1.- Que no hay un análisis “detenido” (sic) en torno a los perfiles de los aspirantes. 2.- Que el periodo termina el 15 de julio y en ese tiempo no se puede hacer una rigurosa selección. 3.- “No cuestionamos la integridad y capacidad de los candidatos, pero no queremos que exista un opaco velo sobre el proceso de su designación”.
Luego recurren a la frase que hizo célebre la diputada Tania Valentina: “lo legal no siempre es ético”. Bueno, ella dijo que “no es legal, es moral”, pero viene siendo lo mismo.
Terminan haciendo un exhorto a los diputados en funciones para que actúen de manera responsable, y que “permitan que la próxima legislatura haga un análisis exhaustivo de los perfiles propuestos para que, con todos los elementos e información necesaria, se concluyan de manera clara y transparente estos nombramientos”.
Luego vienen los nombres con su respectiva firma, ordenados por número de distrito que representan y al final los dos plurinominales:
Ulises Pardo Bastida, Francisco Erick Sánchez Zavala, Macrina Vallejo Bello, Ariadna Barrera Vázquez, María Paola Cruz Torres, Alberto Sánchez Ortega, Luz Dary Quevedo Maldonado, Verónica Anrubio Kempis, Arturo Pérez Flores, Agustín Alonso Gutiérrez, Erika Hernández Gordillo y Eliasib Polanco Saldívar.
Son doce en total: los que llegaron a través de la Coalición Morena-PES-Nueva Alianza, la de Nueva Alianza, los dos priístas y la nieta de doña Elba Esther. Ah, y el panista que no es panista, Erick Sánchez Zavala.
Por principio de cuentas, el manifiesto “sui géneris” de ayer nos viene a confirmar la versión que circuló desde la semana pasada: que la presidenta de la Junta Política y de Gobierno, Ariadna Barrera, se estaba aliando con los diputados entrantes. No podríamos probar que esto lo hizo a cambio de un año más de presidencia y mucho menos que los cargos ya están repartidos, así que nos quedaremos nada más con lo primero.
El escrito es una reverenda… tontería. A ver qué pensaría Ulises Pardo, Alberto Sánchez, Erick Sánchez Zavala, o la misma Luz Dary Quevedo, de que llegaran los regidores que entran en enero próximo a tratar de mover gente en su actual Ayuntamiento. ¿Verdad que no les parecería?
La posición de Ariadna Vázquez es indefendible. El hecho de que los diputados no hayan estado presentes en las comparecencias de los más de 100 aspirantes no significa que no los conozcan lo suficiente para hacer las designaciones, y gran parte de los adjetivos negativos que vienen en el escrito le tendrían que tocar también a ella, principalmente en lo que se refiere a la improductividad.
Lo realmente importante es que ya hubo alguien que fue capaz de cabildear entre todos los mencionados y convencerlos de que firmaran. ¿Quién le gusta estimado lector que haya sido el autor intelectual de todo esto?
Desde nuestro particular punto de vista, encontramos afinidades entre el ex presidente de Yautepec, Agustín Alonso y Eliasib Polanco, originario de Yautepec, hermano gemelo de Elías, regidor por esa localidad. A Agustín lo vimos hace un par de años en la zona VIP de la feria de Yecapixtla siendo anfitrión Erick Sánchez Zavala. La amistad se notaba a leguas.
Agustín es “el salvador” del Partido Nueva Alianza, al darles un número de votos que jamás hubieran imaginado, y Nueva Alianza es “medio hermano” de Redes Sociales Progresistas, partido por el que obtiene la plurinominal la nieta de doña Elba Esther. Atando cabos, debió haber sido Agustín Alonso el que juntó a los alcaldes y después ya nada más los reunió con Ariadna, quien a su vez ya había platicado con todos los diputados y diputadas provenientes de la Coalición “Juntos Haremos Historia”.
¿Por qué solamente doce y no los catorce que se requiere para tener mayoría calificada? Esa es la pregunta de los 64 mil pesos. Al menos en lo que se refiere al diputado electo Ángel Adame Jiménez me confirmó que nunca fue convocado a ninguna reunión por parte de Agustín Alonso ni sus demás compañeros de Legislatura.
Suponemos que tampoco fue invitada Andrea Gordillo ni Oscar Cano Mondragón, es decir, “no hay química” con los panistas-panistas. Recordemos que en Yecapixtla la familia Sánchez lleva más de una década ganando la alcaldía bajo las siglas del PAN, pero sólo es un asunto de conveniencia, pues Francisco Rafael Sánchez Vargas fue priísta toda su vida.
Presumimos también que no invitaron a la diputada plurinominal reelecta, Tania Valentina Rodríguez, ante el temor de que “les diera la vuelta” por su experiencia en el tema político legislativo. Al pesedista que nadie conoce (pariente de los Yáñez) ni caso tiene invitarlo, y por alguna razón tampoco quisieron convidar al presidente de Movimiento Ciudadano, Julio César Solís.
El mensaje está dado: “Todo el que quiera negociar algo con la próxima legislatura tiene que hablar con Agustín o Ariadna”. Y no sólo es para Rubén Jasso o Cuauhtémoc Blanco, que encabezan los otros dos poderes formales, sino para cualquier poder fáctico que pretenda influir en el Legislativo.
HASTA MAÑANA.