Jesús Castillo
Xochitepec es un municipio privilegiado. No por nada fue elegido por el ex gobernador Lauro Ortega Martínez como su residencia permanente y hasta el famoso narcotraficante Arturo Beltrán Leyva lo escogió para edificar en dos hectáreas y media un rancho al que llamó “El Paraíso”, mismo que el pasado 15 de septiembre fue rifado por el gobierno federal.
A lo largo de sus casi cien kilómetros cuadrados, la localidad que significa “en el cerro de la flor”, posee una extraordinaria flora y fauna, así como ríos y balnearios, históricas haciendas y hasta un estadio que alguna vez tuvo futbol de primera división.
En contraste, el municipio sufre de una inseguridad galopante al disputarse diversos grupos de la delincuencia organizada la venta de drogas, además de los delitos comunes como el robo en todas sus modalidades.
Adicionalmente, en las últimas décadas los plantíos de flores y arroz fueron sustituidos por auténticos “plantíos de casas de interés social”, que a pesar de que en su mayoría están vacías requieren servicios municipales como agua y recolección de basura. La llegada del Centro Estatal de Readaptación Social (Cereso) de Atlacholoaya, hace 20 años, trajo más problemas que beneficios a los xochitepequenses.
En el panorama político Xochitepec fue gobernado por priístas durante 70 años, luego vino la ola azul y después la amarilla. En el 2009 el PRI recuperó la presidencia municipal con Juan Carlos Rivera Hernández y la volvió a perder con el inefable Rodolfo Tapia. Surgió entonces la figura de Alberto Sánchez, el presidente municipal con capacidades diferentes que ganó las elecciones en el 2015 y la reelección en el 2018, hasta llegar al Congreso local donde despacha ahora, siempre bajo las siglas del tricolor.
En las elecciones del seis de junio pasado el PRI refrendó su poderío en el municipio de Xochitepec, aunque no fue un triunfo holgado. Roberto Gonzalo Flores Zúñiga, fue electo como presidente municipal con el 27.6476% de los votos, (seis mil 388 votos), quedando por encima de Ciro Norberto Peralta Navarro “Ciro Peralta”, representante de Morena, quien obtuvo seis mil 084 votos para un 26.3319%; en tercer lugar quedó el candidato por el partido Movimiento Alternativa Social (MAS), Juan Carlos Rivera Hernández «JC», quien alcanzó cuatro mil 195 votos, para un 18.1562%.
“Chalo” Flores es hijo de Gerardo Flores, un viejo priísta surgido del sector campesino que fue presidente municipal hace varias décadas, luego diputado local y federal. Su hermano es “Gerry” Flores, jugador de futbol profesional que siempre militó en el Cruz Azul.
El hoy alcalde electo es muy joven. Es licenciado en Administración y, aunque no triunfó en el balompié como su hermano, sí jugó en segunda división en Europa. Al acabarse su vida productiva en el deporte, decidió regresar a su pueblo natal a aprovechar la buena fama de la familia para tratar de conseguir un puesto político.
Primero trató de ser diputado local hace tres años, pero fracasó. En el 2021 ganó “por una nariz” al morenista Ciro Peralta que también lo ha intentado en varias ocasiones. Circulan todo tipo de rumores sobre el uso de recursos públicos municipales y de grupos fácticos en favor de la campaña del candidato priísta, pero nada se ha podido comprobar.
Ayer estuvo Gonzalo Flores en el tradicional desayuno de la agrupación “Amigos de Cuauhnáhuac” en la casa de Galia Tonella, y habló de sus proyectos que realizará a partir del primero de enero del 2022 que tome protesta como alcalde de Xochitepec.
Luego, en entrevista con los medios de comunicación, Chalo esbozó lo que será Xochitepec los próximos tres años: un verdadero paraíso en el que no habrá corrupción ni inseguridad, pero sobre todo, que todos tendrán trabajo porque se impulsará la producción agrícola, el turismo (con las bodas en jardines y haciendas) y la cultura.
También, aseguró que Xochitepec cumplirá al 100% con la paridad de género, al tener exactamente la mitad del gabinete con hombres y la mitad con mujeres, lo que no se ha visto en ninguno de los Ayuntamientos de la entidad, hasta ahora.
Sin embargo, al parecer el joven político no estaba preparado para una pregunta que resultaba obligada: ¿qué va a pasar si como consecuencia de la entrega-recepción se encuentran con irregularidades de su antecesor?
“Con el presidente Beto nos hemos estado llevando bien. Hay muchos programas a los que se les va a dar continuidad, les puedo decir que no tenemos deuda pública, no tenemos deuda con la CFE, me voy a encontrar con un municipio apto para poder trabajar”, contestó.
- Pero si llegas a encontrar alguna irregularidad?- le insistimos.
- Bueno, en caso de encontrarla tendremos que ver que se compruebe o ver de qué manera podemos subsanar eso- contestó.
Es decir, que no cabe la posibilidad de que se inicien los procedimientos administrativos que establece la ley, pues Chalo jamás haría algo contra su antecesor, el hoy diputado Beto Sánchez.
Y es que dicen que Chalo Flores no pertenece al cerrado grupo que encabeza Jonathan Márquez, sino más bien al de Beto Sánchez, es decir, Alberto Martínez alias “La Pave”, de triste memoria en el priísmo morelense, quien a su vez es hechura de Amado Orihuela, el ganadero que perdió la gubernatura de Morelos, luego se fue a registrar como precandidato a diputado federal por Morena y al final terminó como abanderado del Partido Fuerza por México.
El presidente municipal electo de Xochitepec ha contratado los servicios de un asesor de lujo: el famoso Otilio Rivera Navarro, ex de muchas cosas, y el último delegado de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en Morelos.
Como todos los presidentes municipales electos, Gonzalo Flores disfruta hoy de la “luna de miel” como se conoce políticamente hablando a ese periodo de tiempo posterior a que es declarado ganador, y los primeros seis meses de su gobierno, cuando nadie le puede reclamar de nada porque viene llegando.
Sin embargo, será a partir de junio del próximo año, cuando todos los alcaldes deberán demostrar que sabían en lo que se estaban metiendo cuando pidieron ser candidato y que tienen la solución para los problemas de sus respectivas localidades. A partir de ese momento, se hará realidad la frase solemne de cuando protestan al cargo: si no cumplen, el pueblo se los habrá de demandar.
Pero además, para el caso específico de Gonzalo Flores y Alberto Sánchez, tienen que cuidar el último bastión del priísmo en Morelos. Si lo pierden, el PRI estaría condenado a su desaparición.
HASTA MAÑANA.