Por Jesús Castillo
Es Ana Guevara pero no la atleta mundialista, sino la abogada que no era nadie hasta que entró al Partido Movimiento Ciudadano en Morelos y que escaló varios puestos hasta llegar a la diputación local desde donde traicionó a quienes la ayudaron. Es Ana Cristina Guevara Ramírez, la misma que el pasado jueves quedó políticamente acabada con un golpe mediático contundente en el noticiero estelar de Televisa Nacional.
De pasada, el “bazookazo” afectó también al ex diputado José Casas González, justo en el momento que está haciendo alianza con el incómodo senador Ángel García Yáñez. Como quien dice, “mataron dos pájaros de un solo tiro”.
A diferencia de otros escándalos en los que la información surge de un medio modesto y va escalando niveles hasta llegar al escenario nacional, el reportaje en mención se publicó en exclusiva en el noticiero con mayor rating en el país con pruebas incontrovertibles.
“En 2019 dos diputados de Morelos recibieron dinero para que lo destinaran a un programa de reconstrucción en el estado tras el temblor de 2017; cuando les tocó comprobar que lo habían utilizado para este fin, presentaron fotografías que corresponden, sí a una ayuda, pero que dio una organización en Hidalgo”, dice el reportaje publicado por Denisse Marker.
Enseguida explica que José Casas González, de la alianza Morena, PES, PT, y Ana Cristina Guevara Ramírez, de Movimiento Ciudadano, ambos diputados locales de 2018 a 2021, obtuvieron medio millón de pesos cada uno para ejecutar el programa “Mejoramiento para la vivienda”, destinado a damnificados del sismo de 2017, a quienes se les construiría un cuarto adicional o se les daría material de construcción; sin embargo, los legisladores comprobaron la entrega de apoyos con imágenes que no correspondían siquiera al estado de Morelos.
“Al momento que revisamos la información que nos entrega el Congreso como la supuesta comprobación, nos dimos cuenta, que las imágenes con las que están comprobando pertenecen a apoyos que se dieron a ciudadanos del estado de Hidalgo a través de una fundación que se llama María Trinitaria”, indicó Roberto Salinas, director de Morelos Rinde Cuentas.
“Estuvimos revisando cómo es que esos recursos de apoyos sociales en su mayoría pues terminaron en posibles desvíos de recursos, en supuestos apoyos a la comunidad que hay duda en la confirmación de que estos apoyos se hayan dado realmente”, agregó.
Siendo realistas, esa trampa la hacen muchos legisladores (diputados locales, federales, senadores y hasta regidores) para justificar los gastos del dinero que reciben para supuestas ayudas, pero que en realidad son utilizadas para el clientelismo político. Sin embargo, en ningún caso hasta ahora las evidencias habían llegado hasta las manos de Denisse Maerker.
Por eso suponemos –sin pruebas pero sin dudas- que alguien le hizo a llegar el reportaje ya nada más para que el reportero le pusiera la “voz en off” y se transmitiera. No sabemos quién, pero –insistimos- fue un auténtico “tiro de carambola” como se le dice en el Billar.
Al terminar la carrera de Derecho en el CIES, Ana Cristina Guevara estuvo “pasanteando” en varios despachos particulares, luego en el DIF hasta llegar a la oficina del abogado Jaime Álvarez Cisneros, quien en el 2003 era el coordinador del Grupo Parlamentario del entonces partido Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano.
Posteriormente fue asesora en la Regiduría de Derechos Humanos y Patrimonio del Ayuntamiento de Cuernavaca; coordinadora de Evaluación y Planeación de la Secretaría de Administración y Finanzas de la LI Legislatura, y coordinadora de gestión de la Secretaría de Gobierno hasta el 2014, pero siempre bajo el padrinazgo de Álvarez Cisneros.
Volvió a trabajar directamente con él en la LIII Legislatura como coordinadora de la Fracción Parlamentaria y luego recibió el nombramiento de consejera del Fondo para el Desarrollo y Fortalecimiento Municipal del Estado de Morelos. Ya en varias ocasiones nos hemos referido a ese órgano que inventó Graco Ramírez para que sus diputados incondicionales pudieran tener recursos financieros de manera fácil y sin dejar rastro. Lo desaparecieron antes de irse.
De hecho, fue durante ese trienio legislativo que los diputados llegaron a un acuerdo: cada uno propondría a un familiar o colaborador para ser beneficiado con una pensión sin importar si cumplían con los requisitos. Y Movimiento Ciudadano eligió a Ana Cristina.
Llegó la siguiente legislatura y la suerte seguía del lado de la modesta abogada, al conseguir “la joya de la corona”, es decir, la posición plurinominal que le correspondía al Partido Movimiento Ciudadano por alcanzar el porcentaje requerido de votación total en las elecciones del 2018.
Pero, como dice la canción “Sin fortuna” de Gerardo Reyes, “y de pronto se vio entre gran gente”, de tal manera que Ana Cristina ya no era aquella mujer sencilla e incluso insegura, sino que ahora era “la señora diputada”, que le dio la espalda a su partido y el 9 de julio del 2020 anunció que renunciaba a Movimiento Ciudadano, pero no a la diputación, declarándose “independiente”.
Es de todos conocido que el declararse independiente significa en el argot político que su voto “se vende aparte”, y que por lo tanto es “pago por evento”. Coincidentemente, en ese lapso de tiempo su nivel de vida mejoró muchísimo, tanto por su lugar de residencia como por el modelo de vehículo en que se transportaba.
Por eso es que cuando salió el reportaje de sus tramposas formas de demostrar el uso de los recursos que le dieron, el Partido Movimiento Ciudadano no tardó en emitir un comunicado oficial aclarando que si bien la persona referida en el noticiero llegó al cargo bajo las siglas de ese partido, desde octubre de 2019 le habían iniciado un procedimiento disciplinario que habría concluido con su expulsión, pero que no fue necesario porque ella presentó su renuncia.
Ya de pasada, el dirigente en Morelos del MC, Julio César Solís, dijo el clásico “que se llegue hasta sus últimas consecuencias y se aplique todo el peso de la ley”.
Así fue como acabó su carrera política Ana Cristina Guevara Ramírez, quien a pesar de todo lo anterior, tiene ya asegurada su pensión vitalicia, misma que dejó de percibir voluntariamente mientras desempeñó el cargo de diputada (o al menos eso dijo), más los ahorritos que haya podido hacer en ese trienio en que la suerte le sonrió.
Por cierto, fue en ese mismo periodo cuando se rumoró que Ana Cristina sostenía una relación sentimental con el también diputado José Casas González, cosa que no nos consta ni nos importa, pero llama la atención que el “torpedo mediático” fue milimétricamente dirigido contra estos dos ex legisladores.
HASTA MAÑANA.