Los riesgos de los jóvenes

Jesús Castillo

Tres asuntos “incendiaron las redes” este fin de semana: la desaparición y posterior localización de un colaborador del Congreso local que resultó una “ausencia voluntaria”; la desaparición de una jovencita en Cuautla que también fue localizada pero sin vida; y la detención de un muchacho de 21 años por haber asesinado a otro de edad similar durante el carnaval de Yautepec.

En los tres casos el común denominador es que los protagonistas (disculpe usted que en esta columna sigamos utilizando las reglas de la gramática que aprendimos en la escuela, pues de otra forma tendríamos que poner “les protagonistes”) son jóvenes y viven o vivían en Morelos.

Fue el sábado por la tarde cuando los que usamos regularmente las redes sociales como Facebook y Twitter nos percatamos de que se estaban “viralizando” las fichas de búsqueda de dos jóvenes, un hombre y una mujer, en casos independientes en los que la única coincidencia es que habían desaparecido el mismo día.

En lo particular me provocó curiosidad el ver que tanta gente conocida replicara la foto y los datos de un joven de nombre Sergio Uribe, (después supe que era el mismo que me habían presentado unos días antes en el Congreso), quien había sido visto por última vez el jueves 24 cuando salió del Congreso del estado, donde labora.

La sola posibilidad de que un funcionario de uno de los tres poderes del estado hubiese sido víctima de la delincuencia puso al borde de la histeria a las autoridades. Sin esperar el tiempo que tradicionalmente se requiere para iniciar la denuncia, la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada de Personas aplicó los protocolos de búsqueda y localización correspondientes, activándose la cédula y solicitando a las autoridades estatales y federales la colaboración para el fortalecimiento de las acciones de investigación.

De igual forma se establecieron acciones de búsqueda de una camioneta marca Jeep tipo Grand Cherokee de color gris con placas del estado de Morelos, misma que conducía la persona reportada como desaparecida.

En las acciones operativas se dio intervención a la Fiscalía Especializada en Combate al Secuestro y Extorsión para descartar alguna privación de la libertad. De igual forma se realizó la revisión de video cámaras de seguridad de toda la zona y los arcos detectores de placas metálicas instalados en la entidad.

Resultado de lo anterior, se localizaron indicios que indicaban la circulación de la camioneta por el municipio de Temixco, ante ello, en una acción operativa entre las autoridades de la Comisión Estatal de Seguridad Pública y de la Fiscalía General del Estado de Morelos, lograron la localización de la camioneta Grand Cherokee circulando sobre la carretera federal Cuernavaca-Taxco, a la altura de la colonia Campo del Rayo en el municipio de Temixco.

Las autoridades le marcaron el alto constatando que era conducida por Sergio Uribe, quien manifestó que su ausencia habría sido voluntaria, por lo que fue trasladado a las instalaciones de la CES para su certificación médica y posterior presentación ante el Ministerio Público de la Fiscalía de Desaparecidos, donde rindió su declaración.

Como dice la canción, “no estaba muerto, andaba de parranda” el muchachito.

Lo indignante es que el otro caso, el de la jovencita de Cuautla, el desenlace fue totalmente diferente. Evelin Afiune Ramírez, de 22 años de edad, fue hallada sin vida, dentro de bolsas de plástico, en un terreno baldío en el municipio de Cuautla, en la avenida Ferrocarril, entre la calle Libertadores y calzada Santa Inés, en Cuautla.

Cabe mencionar que, luego de la desaparición, en redes sociales se filtraron imágenes, con fecha del 25 de marzo del 2022, a las 01:23 pm, presuntamente dentro de una cafetería donde sostendría una entrevista de trabajo; en las imágenes se muestra que está acompañada de un hombre, cuya identidad se desconoce.

Hasta el momento de redactar la presente columna, la Fiscalía General de Justicia del Estado no había proporcionado información alguna sobre el avance de las investigaciones. En tanto, organizaciones civiles preparan una marcha para este domingo. La indignación por el cobarde asesinato de esta joven recién graduada es generalizada.

Y el tercer caso que involucra a un joven, más bien dicho dos. Se trata del homicidio de un joven comerciante a manos de otro también veinteañero, en condiciones aún desconocidas. Lo único que se sabe es que durante la celebración del carnaval de Yautepec, el mismo que tenía dos años que no se realizaba por la pandemia, hubo una balacera que dejó como saldo un muerto y varios heridos más.

Horas más tarde trascendió que había una persona detenida como presunto responsable. Se trata de Orlando, hijo de la hermana de Agustín Alonso Gutiérrez y por lo tanto nieto del actual presidente municipal, Agustín Alonso Mendoza. No hay claridad sobre las circunstancias en que perdió la vida este muchacho, algunos dicen que fue una riña, otra que Orlando “se puso como loco” y comenzó a disparar a diestra y siniestra.

Hay muchas dudas sobre este asunto, sobre todo lo que tiene que ver con el arma homicida, ya que ésta nunca apareció. También se habla de que quien llevaba la pistola era “un escolta” que lo acompañaba, indebidamente pues él no tiene por qué tener seguridad personal.

Los Alonso salieron a dar la cara por lo ocurrido. Primero fue don Agustín Alonso padre que el mismo sábado dio una conferencia de prensa en Yautepec. Reconoció que el detenido es su nieto, pero aseguró que nunca lo protegió ni lo protegerá.

Ayer lunes lo hizo el diputado Agustín Alonso Gutiérrez, en Cuernavaca. También aceptó que Orlando es hijo de su hermana y que está muy apenado por lo que ocurrió el pasado fin de semana en Yautepec.

«Quiero dejar en claro que lamento los hechos que se registraron durante el Carnaval de Yautepec, lamento la pérdida de vida de una persona y quiero dejar en claro que no meteré las manos por mi sobrino, él tendrá que hacerse responsable de lo que hizo y será la justicia quien se encargue de deslindar responsabilidades sobre este caso», dijo Agustín Alonso.

Son tres casos de jóvenes que vivieron las circunstancias de su tiempo. Sergio Uribe (ya no tan joven) tendrá que enfrentar las consecuencias de sus actos irresponsables por haber movido todo el aparato de persecución del delito o quien lo haya pedido sin esperar el tiempo necesario para descartar que fuera una “ausencia voluntaria”.

Evelin Afiune Ramírez es un caso que no debe quedar impune. Ella representa a las miles de jovencitas que terminan una carrera y van a donde las llamen con tal de conseguir un trabajo. La forma como fue ultimada es el sello del narco, que en la zona oriente ha sentado sus reales al amparo de las autoridades.

Y por último Orlando, ese jovencito que –nos dicen- era el clásico muchachito que juega a ser narco (buchón, les dicen), que no se mide a la hora de ingerir bebidas embriagantes y que ahora tendrá que enfrentar las consecuencias de sus actos, aún con toda la ayuda que le puedan proporcionar sus familiares.

Es innegable que lo que hizo Orlando le pega a las aspiraciones políticas de su tío Agustín, y ensucia una administración municipal que hasta ahora iba bien.

HASTA MAÑANA.