Revocación de Mandato, una gran idea pero mal llevada a cabo

Por Hertino Avilés Soto

Democracia significa gobierno del pueblo, Mexico es una democracia con ciudadanos que votan y pueden ser votados, lamentablemente se limita a eso, Mexicanos que ejercen su poder cada 3 o 6 años y por decepción o enojo hacia las instituciones se deslindan del gobierno, absteniéndose de participar en decisiones y actividades organizada por él, independientemente de su agrado y disgusto del Presidente.

Por muchos años el abstencionismo no era solamente una decisión propia, era una condición obligada por un gobierno priista que tenía elecciones con candidatos elegidos por ellos y planes de gobierno impuestos por intereses ajenos a la gente. El ahora Presidente Andrés Manuel López Obrador desde su campaña dijo estar en contra de esas prácticas y prometió que en su gobierno la gente y grupos tradicionalmente marginados serian escuchados pronunciando frases como “por el bien de todos primero los pobres” e implemento la idea de “las consultas”.

Las consultas populares son elecciones, en las cuales no se vota por personas, se vota por decisiones y su objetivo es preguntarle a toda la gente su opinión sobre un tópico y así incluirlo en las decisiones del gobierno, darle poder y así generar una verdadera democracia. Las consultas me parecen una gran idea, un gran salto a un sistema verídicamente de las y los mexicanos, específicamente la revocación de mandato que hoy era posible aprovechando la basta e inusual popularidad del presidente, que como pocos podía someterse a este proceso con confianza de ganar.

México tiene una historia de grandes héroes revolucionarios, pero un héroe revolucionario es una respuesta a un mal líder cuyos ejemplos abundan en la historia Mexicana. Una revocación de mandato en mi opinión es la manera de asegurar que en el futuro podamos reprimir un mal manejo de poder antes de los 6 años de gobierno. Imagínense que la revocación de mandato hubiese existido antes de la llegada de Peña nieto al poder y que viendo la desaparición de 43 estudiantes, las mentiras que se nos mostraron con “la verdad histórica” y la impunidad a responsables como Murillo Karam hubiésemos podido sacar al presidente del poder, evitándonos que posteriormente hubiese una estafa maestra y otros actos de corrupción.

En mi opinión, a pesar de la importancia de una consulta popular este gobierno las ha llevado a cabo de manera mediocre, con grandes errores e imprudencias políticas y electorales que difuminan su verdadero propósito. La primera consulta popular fue hecha por ciudadanos apegados al movimiento Morenista sin un entrenamiento previo, sistema profesional o aval del INE, además de que posteriormente hubo acusaciones de varias firmas hechas por un mismo ciudadano. La segunda consulta popular fue avalada por el INE pero tuvo una participación muy baja, ampliamente lejano de lo necesario para ser válida y fue opacada por la pregunta ¿la ley debería consultarse? La tercera consulta para la “revocación de mandato” fue organizada por el INE a regañadientes, con un presupuesto reducido, la mitad de las casillas de una elección presidencial, la amenaza de una reforma electoral y amplias criticas de funcionarios morenitas orquestados por el presidente AMLO.

La pregunta era ¿quieres que el presidente AMLO continúe su mandato por los 6 años por los que fue electo o se le quite el poder por perdida de confianza? a pesar de la sencillez de la pregunta el proceso fue complicado y dividió a “conservadores y Morenistas” en una pelea que opacó el progreso democrático. El INE fue muy claro, querían el presupuesto para instalar las casillas de una elección presidencial y que la consulta pasara desapercibida hasta el día de la votación, es decir que no hubiese una campaña ni del presidente o la oposición con el objetivo de que los ciudadanos pudieran votar sin ser influenciados. El presidente también fue muy claro, reducir en presupuesto y poder al INE tanto como fuera posible, proponiendo incluso que la consulta fuera hecha por una encuestadora y que su gobierno debía de lucirse previo a ella con inauguraciones (como la del AIFA) detenciones de ex funcionarios y una union de sus funcionarios, que también sirvió como una prueba de lealtad.

La consulta se pervirtió, funcionarios adeptos al presidente dejaron sus labores para hacer campaña a favor de él, aunque fuera un delito electoral, publicando tweets en contra del INE, videos en pro del presidente y mítines en plazas públicas advirtiendo que el 10 de abril debían votar porque AMLO siguiera (como lo hizo Claudia Sheimbaum en el monumento a la revolución) y cuando se les reclamó por delitos electorales usaron su mayoría en la cámara de diputados para volver sus acciones legales. La oposición que critica cualquier acción o dicho del presidente y por fin se encontró ante la posibilidad de un cambio verdadero advirtió que no iba participar ni votar en la revocación, porque según ellos su participación “contribuía al propósito del presidente” y podría ser el antecedente de una futura extensión del mandato, el ex diputado Ricardo Anaya comparo a Amlo con el dictador de Venezuela Nicolás Maduro argumentando que ambos han buscado una “revocación de mandato”. El golpeteo político fue tanto que la gente estaba confundida ¿y cómo estarlo? Aquellos a favor del presidente apostaban por un proceso que podía quitarlo del poder y aquellos en contra optaban por no participar.

Finalmente la consulta popular tuvo una participación del 17% del padrón electoral, menos de 18 millones de Mexicanos votaron en una consulta que costo más de 1600 millones de pesos, el resultado fue que Amlo continuara en el poder por una mayoría de 90%, cifra que no coincide con el 65% de popularidad que tiene. La consulta fue un fracaso, sus números no representaron al país, su participación la hace no vinculante y eso significa que el gobierno desperdició miles de millones de pesos indispensables para incontables necesidades de la sociedad.

Desde mi punto de vista el responsable de que este importante ejercicio haya sido inútil es que en el actual gobierno todo es motivo de discusión, polarización, acusaciones y gritos que no protegen un movimiento, una transformación o una oposición, protegen a un hombre que significa la esperanza para algunos, la obtención y preservación del poder para otros y la división para un país que necesita estar unido. Basta de una oposición perdida que critica ciegamente al presidente, de adeptos al Presidente que sigue ciegamente las palabras de un hombre que habla desde un interés personal, de que la búsqueda de poder sea el motor principal del político, de un líder que impone su voluntad sin escuchar, razonar y atacando fatalmente todo lo que se le ponga en frente. Dense cuenta que su politización está destruyendo su intento de transformación.

Tepoztlán , Morelos 2022

Hertino Aviles Soto

Zapata vive.