Jesús Castillo
Robar es un acto deleznable, pero quitarle a los que menos tienen es una acción que no tiene nombre en el diccionario. Y eso es lo que hicieron los últimos líderes de una organización campesina denominada CNPR (Confederación Nacional de Pequeños Propietarios), que en Morelos están representados por Pedro Ocampo y Aristeo Rodríguez.
Imagínese usted que una familia de campesinos acude a un banco para pedir un crédito con la finalidad de comprar un tractor o cualquier insumo para su siembra, y el ejecutivo que los atiende les dice que no les pueden prestar nada porque aparecen como deudores por un dinero que ellos no pidieron.
Así les ocurrió a los agricultores de la zona sur de Morelos. Según un reportaje publicado en Grupo Imagen por su corresponsal en Morelos, Pedro Tonantzin, los campesinos fueron defraudados por sus líderes, quienes en contubernio con Fideicomisos Instituidos con Relación a la Agricultura por sus siglas FIRA, le entregaron más de 600 millones a los dirigentes de la CNPR, Pedro Ocampo Álvarez, y al entonces dirigente de la Unión Local de Productores de Caña Aristeo Rodríguez Barrera.
En total se han presentado 69 demandas en la Fiscalía de Morelos, pero se estima que son más de mil 500 los campesinos defraudados, explicó Francisco Javier Curiel Pozas representante de los campesinos: “Se entablaron una demandas, una querellas ya, tenemos más de 69 demandas con carpetas de investigación que están en proceso, desgraciadamente la Fiscalía Sur Poniente nos ha bloqueado”.
Las demandas están congeladas, pero los bancos amenazan con embargar a los campesinos por la deuda, muchos de ellos enfermos y sin recursos para atender sus necesidades básicas.
Una de ellas, entrevistada por el reportero, es Virginia Olmedo, ejidataria y productora de caña: “Está vacío mi refri porque no hay dinero, no más hacemos harto hielo, está es mi casita en que vivimos pobremente porque no nos da más, sacamos buen dinero pero no lo gozamos nosotros, lo gozan otras personas”, dice en el reportaje televisivo.
Ante esta situación le han pedido a la Presidencia de la República intervenga y sea la Unidad de Inteligencia Financiera y la Secretaria de Hacienda, quien investigue a donde fue a parar ese dinero y lo recupere.
Explicó, Curiel Pozas, “Anteriormente los periodos eran de tres años, lleva 10 años en el poder y acaba de reelegirse en una asamblea por seis años más, ha modificado, tanto el líder nacional como el líder local, los estatutos para seguirse manteniendo ellos en el poder”
Por ahora los dirigentes cañeros se amparan cada dos meses y se aferran al cargo, para no ser investigados.
Y los productores de caña lidian con demandas y embargos, por dinero que nunca recibieron, como Miguel Franco Leyva.
-¿Cómo se da usted cuenta que debe dinero al banco?- pregunta Tonantzin al campesino
– Porque fui al banco para solicitar un préstamo, para solicitar un tractor- contesta el hombre de sombrero.
-¿y ahí qué pasó?
– Ahí me dijeron que estaba en el buró de crédito, me dijeron que debía 44 mil 250 dinero que yo nunca solicité, ni recibí- contesta lleno de impotencia Miguel Franco.
Otros, como Alfredo Cajero Campesino de Tlaquiltenango, ha sido hostigado:
“Metí una demanda pues en contra de quien resultara responsable, entonces en base a eso, pues yo tenía una operación esta zafra, pues la programe para ahora que viniera mi liquidación y resulta que ya cuando citan a todos de la sociedad y que mi liquidación estaba retenida por la CNPR, ¿y porque?, porque hice esa demanda”.
Virginia Olmedo, ejidataria de Tlatenchi, insistió: “Yo no recibí ese dinero, yo no firmé ese documento, como en financiera salgo yo en buró de crédito, si no lo recibí, ese dinero me hubiera servido para arreglar mi casa, para comprarme un tractor, para beneficiar mi parcela que ahorita la tengo bien jodida, no es posible que él me robe, para que él este hasta con ganado de pura sangre y yo sangrando en mi parcela trabajándola con el sudor de mi frente”.
Además, los líderes cañeros han amenazado de muerte a los campesinos que demandaron para que retiren las denuncias, añadió Curiel Pozas: “Quiero aprovechar este medio para mencionarlo claramente, hacemos responsable, al ingeniero Pedro Ocampo Clemente Álvarez, líder local de la CNPR del ingenio Emiliano Zapata y al líder nacional Carlos Blackaller Ayala, de los daños que pudieran ocasionarse físicamente sobre mi persona y sobre las demás personas o productores cañeros”.
Derivado de sus gestiones, los cañeros se han podido percatar que en esa misma zafra del 2015, fueron defraudaron campesinos de cinco ingenios de Chiapas, Veracruz y Tabasco.
Pero, ¿Qué es la CNPR?
Según su página de internet, nacieron el 5 de febrero de 1946 como la Confederación Nacional de la Pequeña Propiedad Agrícola. Después de diversas modificaciones, se transformaron en la Confederación Nacional de Propietarios Rurales.
Están integrados por 32 Federaciones Estatales, 24 Uniones Regionales y Nacionales, así como Productores individuales. “Tenemos el objetivo de generar mayor rentabilidad a los productores agrícolas, ganaderos, forestales, acuícolas y pesqueros en nuestro país. Trabajamos por el fomento de proyectos integrales, cadenas productivas, el desarrollo rural sustentable y la defensa de la propiedad rural”, dice su publicidad en internet.
Desde el primero de febrero del 2016 se renovó la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, resultando electo mediante asamblea, Eduardo Orihuela Estefan para el periodo 2016 – 2019, y al término de éste fue designado Carlos Blackaller Ayala, quien continúa en la presidencia.
Ambos fueron diputados federales por el PRI, al igual que Aristeo Rodríguez Barrera en lo local, pero su paso por el recinto legislativo estuvo lleno de escándalos, como el organizar borracheras en su cubículo y amenazar con una pistola a un reportero. Todavía en las pasadas elecciones intentó ser presidente municipal de su pueblo natal.
Esos son los representantes que tienen nuestros hombres del campo en la tierra del general Zapata.
HASTA MAÑANA.