Crónica del falso atentado contra el Fiscal de Morelos

(Cómo la Fiscalía pretendió “fabricar” delitos contra dos estudiantes)

Por Carlos Quintero J.

Foto: Javier Díaz e Israel Rodríguez fueron detenidos y presentados ante un juez de control para ser imputados por el delito de homicidio en grado de tentativa y daños. Crédito: Carlos Quintero J.

 

La tarde del jueves 5 de agosto de 2021, poco antes de las cuatro de la tarde, dos estudiantes: Israel Rodríguez Sánchez y Javier Díaz Vázquez, de 18 y 20 años, viajaban en un auto Volkswagen, Vento Gris, sobre la autopista Acapulco – México, al sur de la ciudad de Cuernavaca.

Ellos procedían de un balneario, de la zona sur del estado, y se dirigían a la Ciudad de México, a su casa, cuando protagonizaron un incidente de tránsito con un convoy.

– Yo quise rebasar un carro. Yo iba en el carril de baja y me pasé al de alta para rebasar un carro. En eso venían dos camionetas a exceso de velocidad y me venían aventado las luces- contaría Israel, cuatro días después del hecho que terminó en tragedia.

De acuerdo con su versión:

– Yo me regreso al carril de baja y ellos se regresan conmigo. Luego yo al de alta y otra vez conmigo. Entonces, ellos venían atrás de mí y yo me espante porque venían dos camionetas. Entonces, yo me baje al de baja e iba frenando para que ellos se siguieran.

En la camioneta de punta, una Suburban, color blanco, viajaba Uriel Carmona Gándara, Fiscal de Morelos y otros agentes de su equipo de seguridad.

En la segunda camioneta, una Chevrolet Tahoe, mismo color, iba su jefe de escoltas, Edgar Verdeja Morán y los agentes: Denis de Jesús Ochoa Mendoza y Toribio Romero Ramírez.

Javier, el segundo de los estudiantes, viajaba de copiloto, iba dormido y al momento en que despertó, el convoy rebasó el auto. El último vehículo les cerró el camino.

– Luego, luego que se bajaron comenzaron a disparar. Yo lo único que hice fue agarrarlo a él y nos tiramos al piso del vehículo, bueno a la palanca, y este, ya después de que terminaron las detonaciones nos quedamos adentro del carro.

Israel fue herido de un rosón de bala, en la parte baja de la espalda, y el auto presentó veintidós impactos de bala, según un peritaje de la propia Fiscalía.

Los dos jóvenes intentaron bajar del auto pero al salir, los escoltas de Uriel Carmona arremetieron a golpes contra ellos y los tiraron al piso.

Para ese entonces, el hecho trascendió en las redes sociales.

“Agreden a tiros al fiscal general del estado Uriel Carmona Gandara en la entrada de Cuernavaca, se encuentra ileso pero hay un fuerte movimiento policiaco”, (sic) era uno de los primeros reportes en Facebook.

Después siguieron los videos, algunos grabados por automovilistas que circulaban en la zona. Uno de los cuales exhibía la manera en cómo dos personas, en ropa interior, se encontraban tirados, boca abajo, en el asfalto.

Otro video mostraba a Israel, sentado en el piso. Era interrogado por un agente, mientras otro lo pateaba. Le preguntaban:

– ¿para quién trabajas?

– Para nadie jefe, nada más íbamos en mi carro, íbamos para… – dijo el joven, que sangraba del rostro.

– Tú me dijiste que trabajabas para el cártel de Sinaloa – le increpaba otro agente al joven esposado.

Todo era desinformación, hasta tres horas después, a las 18:44 horas, la Fiscalía dio a conocer su primer comunicado de prensa.

 

La manipulación

Foto: Uriel Carmona Gándara se dijo «víctima» de una agresión. Crédito: Carlos Quintero J.

 

“En relación a los hechos registrados sobre la Autopista Acapulco-México a la altura de la colonia Polvorín, la Fiscalía General del Estado de Morelos informa”, así comenzó el boletín de prensa que hacía ver a Uriel Carmona como una víctima.

“La reacción obedece a las graves y constantes amenazas que ha recibido por motivo de sus funciones”, y cito que no era la primera vez que esto sucedía, en contra de un Fiscal del Estado.

Ya había ocurrido antes, en el año 2013, “por lo que en esta ocasión, los agentes de investigación criminal tuvieron que actuar en consecuencia”, decía el comunicado.

“Derivado del suceso resultaron con lesiones no de gravedad dos detenidos, así como el jefe de escoltas del Fiscal, los cuales ya han sido trasladados a un hospital y están siendo atendidos por los servicios médicos”, detalló el escrito.

Continuaba:

“En ese sentido, la investigación y diligencias de ley se están llevando a cabo en este momento tanto por la Agencia de Investigación Criminal como por los Servicios Periciales, y será en las próximas horas cuando se comunique de manera pormenorizada a la sociedad sobre los hechos sucedidos el día de hoy.

Finalmente, el Fiscal General agradece a todas las personas que se han preocupado por su integridad física a través de mensajes y llamadas. Asimismo, manifiesta su reconocimiento a los agentes de investigación criminal de su equipo de seguridad por su actuar durante el incidente”.

El discurso de víctima de Uriel Carmona siguió hasta el día siguiente, el viernes 6 de agosto, cuando concedió una entrevista al periodista, Joaquín López Dóriga, la cual transmitió por Radio Fórmula.

– Le aprecio mucho (tomar la llamada) a Uriel Carmona, fiscal de Morelos, quien ayer sufrió un atentado. ¿Fue así fiscal?”, preguntó López Dóriga.

–Si, efectivamente, fuimos objeto de una agresión, no llega atentado, pero sí fue una agresión. El convoy en el que viajaba yo, compuesto por dos camionetas, fue perseguido y alcanzado por un vehículo tripulado por dos individuos masculinos quienes nos cerraron el paso agresivamente haciendo ademanes propios de portar armas. Eso fue lo que me reportó mi equipo de seguridad y bueno se les marcó el alto y fueron agredidos con el propio vehículo, lo utilizaron como un arma, atropellaron a mi jefe de escoltas, está lesionado, pero fuera de peligro y bueno tuvieron ellos que usar el uso de la fuerza de manera razonable conforme a los protocolos establecidos y ahora el Ministerio Público está investigando cuáles fueron las verdaderas razones del hecho. Yo instruí para que se respetaran los derechos humanos y la presunción de inocencia y ahorita estamos en el plazo constitucional de 48 horas para que se defina la situación jurídica de estas personas- declaró Uriel Carmona.

La entrevista siguió hasta que Carmona Gándara fue confuso:

– Cómo que atropellaron a uno, ¿quién se bajó o qué? – insistió el entrevistador.

– Mi jefe de escoltas se bajó a cuestionar a estas personas – agregó el fiscal visiblemente nervioso.

– Ya los habían detenido entonces…

– No…

– A ver fiscal, dice usted que ese coche le cerró el camino a su coche en el que viajaba usted o al de la escolta.

– Así es.

– Y cómo lo dejaron pasar los de la escolta?

– El coche nos rebasó y se atravesó al vehículo en punta que es donde yo viajaba, mi chofer evadió ese primer cierre y el vehículo escolta que venía atrás, detuvo a esas personas, les hizo indicaciones de que se detuvieran, se detuvieron, descendieron los escoltas de la camioneta de la Fiscalía para interrogarlos, para preguntarles, para saber quiénes eran y estas personas los agredieron utilizando como un arma el vehículo que llevaban atropellando así a mi jefe de escoltas, entonces tuvieron que realizar algunos disparos dirigidos al motor del vehículo para inhabilitarlo y después estas personas los agredieron físicamente, intentaron despojarlos de sus armas, los amenazaron, los exámenes de toxicología salieron positivos a metanfetaminas, a cocaína y alcohol, entonces pues venían intoxicados, se les aseguró. Han circulado algunos videos donde se señala un probable abuso policial y bueno ya instruimos al personal para que se investigue a fondo y si hay que sancionar algún abuso de la fuerza pues no lo vamos a dejar tampoco impune.

–Pero, a ver, ¿estos que detuvieron iban armados o no?

–No Joaquín, no iban armados.

Pero la declaración de Uriel Carmona y de los agentes sería valorada por un juez.

 

La audiencia

Foto: Familiares de Israel y Javier acuden al Juzgado para apoyar a los jóvenes. Crédito: Carlos Quintero J.

El lunes 9 de agosto, a las 10:05 horas, todo estaba dispuesto para la celebración de la audiencia de control.

Un día antes, la diligencia se intentó realizar, pero Ramón Villanueva Uribe, juez de la causa, suspendió la audiencia porque los abogados defensores no conocían las técnicas de litigación.

A fin de no vulnerar el derecho de las personas detenidas a una adecuada defensa, Ramón Villanueva revocó a los dos abogados y ordenó la intervención de dos litigantes del Instituto de la Defensoría de Oficio del Estado de Morelos.

José Antonio Rosas Martínez y Edgar Rojas Tafoya comparecieron como defensores. Por parte de la Fiscalía acudieron los agentes del Ministerio Público: Ismael Avilés Contreras y Citlali Salgado Arroyo.

Ismael Avilez solicitó al juez: calificar de legal la detención de las dos personas y leyó el Informe Policial Homologado (IPH) suscrito por los agentes, adscritos a la Unidad de Protección de Servidores Públicos Edgar Verdeja, Denis de Jesús Ochoa y Toribio Ramírez.

El informe refería que alrededor de las 15:29 horas, los escoltas de Uriel Carmona, salieron del edificio de la Fiscalía General, ubicado en la calle Río Apatlaco #175 de la colonia Campo del Rayo, municipio de Temixco.

El convoy, conformado por dos camionetas: una Suburban, blanco, con número de placas T69BFY y una Chevrolet Tahoe, blanco, matrícula T08BFY; enfilo rumbo a la caseta de cobro de la autopista Acapulco-México de Emiliano Zapata.

Fue al salir de dichas instalaciones cuando los escoltas declaran que un vehículo Volkswagen Vento, en el que viajaban dos personas a bordo, intentó rebasar al convoy por el carril derecho de la avenida.

La versión de los escoltas es que los tripulantes hicieron ademanes para que la camioneta del Fiscal, detuviera su marcha pero el incidente no trascendió en ese momento.

Fue minutos después, a las 15:40 horas, al circular por la autopista con dirección a Cuernavaca. El auto Vento apareció de nuevo pero esta vez con otro vehículo: una vagoneta, de color blanco, con vidrios polarizados, realizan maniobras de rebase.

En el kilómetro 96+600 de la autopista, a la altura del “Puente sin fin”, los vehículos intentaron rebasar al convoy en varias ocasiones.

Los escoltas hablan de que ellos se identificaron como agentes, pero el conductor hizo caso omiso y rebasó la camioneta del Fiscal para cerrarle el paso. Pero la camioneta logró evadir al auto.

La segunda camioneta en donde viajaban, Edgar Verdeja, Denis de Jesús Ochoa y Toribio Ramírez detuvo su marcha y les pidió a los tripulantes del auto que desciendan, pero hacen caso omiso. Por ese motivo disparan cuando ven que el Vento los pretenden embestir.

Uno de los escoltas, Edgar Verdeja es atropellado, pero logra ponerse de pie, mientras los dos tripulantes del auto bajan del mismo y confrontan a los agentes, uno de ellos dice:

“Te me escapaste cabrón ¡A ver si muy chingón! Te voy a matar con tu propia arma, hijo de tu puta madre”. Pero los supuestos agresores son sometidos y detenidos.

Al hacer uso de la palabra, los abogados defensores argumentaron al juez que la versión de los agentes es inverosímil y escapa a toda lógica de una amenaza.

Los abogados consideran que la actuación de los agentes fue excesiva porque dispararon contra los jóvenes desarmados, es más ni siquiera iban vestidos sólo llevaban un bóxer.

“Se puso en riesgo no sólo la seguridad de las personas detenidas sino de las personas que se encontraban alrededor”, dijo el abogado José Antonio Rosas.

Para el Juez, Ramón Villanueva Uribe: el informe de los agentes aprehensores no fue acorde con la realidad, ellos nunca dieron detalles del tipo de arma que utilizaron, y de cómo las emplearon para someter a los supuestos agresores.

De igual manera, el Juez no se explicó cómo es que los jóvenes fueron un riesgo ya que no iban con vestimenta adecuada. Por ese motivo calificó la detención de ilegal y ordenó la libertad de los jóvenes.

Fue así como la resolución de un juez exhibió la mendacidad de la Fiscalía y de su propio titular: Uriel Carmona Gándara y la manipulación que pretendieron realizar para llevar a juicio a dos estudiantes por falsos delitos.

Video: Tras recobrar su libertad, Israel y Javier dan a conocer su versión sobre el hecho. Crédito: Carlos Quintero J.