Conocí a Mario Macías Pacheco en la Facultad de Derecho de la UAEM hace más de 25 años, aunque sólo de vista, pues nos separaban varios semestres. Se distinguía de los demás por su buen humor, siempre riéndose, por lo que era difícil imaginar que alguna vez pudiera ser abogado. Además, su físico no le ayudaba, pues era de baja estatura, moreno, de cabello chino y labios gruesos.
Años más tarde lo encontraríamos como secretario particular del subprocurador Fernando Blúmenkron Escobar, quien ocupó la titularidad de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado tras la detención de Carlos Peredo Merlo. Lo recordamos siempre al lado de Fernando, ya fuera en la Procuraduría General de la República (PGR) o en el Tribunal Estatal Electoral donde ocupó la presidencia.
Lo dejamos de ver por algunos años.
Cuando el viernes 9 de diciembre del 2012 escuchamos en la radio que había fallecido la cantante Jenny Rivera al desplomarse el avión en el que viajaban, y que entre sus acompañantes venía el abogado Mario Macías, supusimos que se trataba de un homónimo.
Fue el propio Fernando Blúmenkron quien nos confirmó la lamentable noticia de que sí era el mismo que habíamos conocido en la Facultad de Derecho de la UAEM. ¿Y qué hacía Mario en el avión de una de las cantantes más famosas de México y Estados Unidos? Era lo que todos nos preguntábamos.
Blúmenkron Escobar nos contó que alguna vez, en esas fechas en que todos los abogados andan de vacaciones, la cantante fue detenida en el Aeropuerto de la Ciudad de México por no haber reportado una fuerte cantidad de dinero en dólares. Se dio el clásico “yo ando fuera pero te recomiendo a fulano”, y el único que estaba en Cuernavaca era Mario, quien no ocupaba en ese momento ningún cargo en la administración pública.
Así conoció el abogado morelense a “la diva de la banda”, a la que sacó de ese aprieto y se ganó su confianza, al grado de que, al paso de los años, no solamente era su abogado de cabecera, sino prácticamente su brazo derecho.
Eso último no lo hubiéramos creído si no hubiéramos visto hace algunos días (al cumplirse 11 años de la tragedia), un video que originalmente estaba planeado para un “reality show” que nunca se concretó por el funesto final que ya todos conocemos.
En ese video aparece Mario, ataviado con una playera Polo color rojo y unos lentes oscuros, sentado a la derecha de la artista, con un teléfono móvil y hablando con mucha autoridad dentro de una camioneta negra tipo Suburban.
“Rudy, ¿cómo está todo? ¿En tiempo estamos bien?”, decía por el Nextel, para después seguir interrogando: “¿El Mariachi dónde está, no lo has monitoreado?”.
Efectivamente, esas labores no correspondían a un representante legal o abogado de cabecera de un artista. ¡Mario era realmente el brazo derecho de Jenny Rivera!
El abogado morelense era una de las cuatro personas que acompañaba a todos lados a la cantante, los otros eran su publirrelacionista, su estilista y su maquillista. A ellos les hablaba por su nombre y a Mario le decía cariñosamente “El Lic”.
¿Se imaginan qué hubiera pasado si ese avión no se hubiera caído? Quizás Mario Macías fuera uno de los abogados más influyentes no sólo del estado de Morelos sino de México.
Sin embargo, el destino quiso que lo que hasta ese momento era una fortuna, se convirtiera en su muerte. Si Mario no hubiese ido a sacar de aquel apuro a la artista, quizás hoy estuviera preparando la cena de navidad con su familia, en compañía de su inseparable amigo y mentor Fernando Blúmenkron.