El regreso de ‘los desaparecidos’

Sin dar ninguna explicación sobre su ausencia y como si hubieran hecho una gracia, los ocho magistrados del Tribunal Superior de Justicia que estaban “desaparecidos” para no ser notificados de los 25 intentos por elegir al titular del Poder Judicial, reaparecieron este sábado para convalidar que haya sido el Poder Legislativo el que nombrara a Juan Emilio Elizalde como presidente de ese cuerpo colegiado.

Como ya es del dominio público, el pasado viernes se publicó en el periódico oficial el insólito decreto que sustituye a la elección por mayoría de votos que establece la Ley Orgánica del Poder Judicial por un acuerdo legislativo bajo el argumento de que hay una imposibilidad material y jurídica de realizar el procedimiento normal.

“La emisión de esta medida legislativa se justifica por los principios de continuidad institucional, seguridad jurídica y preservación del orden constitucional. La imposibilidad de cumplir el mandato transitorio no puede convertirse en un obstáculo para la gobernabilidad del Poder Judicial”, señala el decreto aprobado por los 20 diputados de la LVI Legislatura y publicado el viernes por la tarde.

En su artículo transitorio segundo, el dictamen aprobado reconoce al magistrado Juan Emilio Elizalde Figueroa (elegido por 18 votos del Pleno originalmente para conducir, dirigir, coordinar y ejecutar el proceso de elección) como el presidente del TSJ “con plena representación institucional, legal y facultades administrativas, hasta el 31 de agosto de 2027, independientemente de la fecha de conclusión de su periodo original y sin perjuicio de los derechos que se deriven a su favor con motivo de dicha conclusión del cargo”. Esto último es importante porque Juan Emilio, al igual que Bertha Rendón y Manuel Díaz Carvajal, concluyen su periodo de 14 años en diciembre próximo.

En virtud de que el propio decreto establecía que, al día siguiente de su publicación, y sin que mediara convocatoria de ninguno de los magistrados, a las 9 de la mañana en el salón de Plenos se llevaría a cabo la ceremonia de Toma de Protesta (en el entendido de que dicho acto tendría validez aún sin que se reuniera el requisito del Quorum), el sábado 7 de junio se llevó a cabo un evento “sui géneris” en el Palacio de Justicia.

Los mismos reporteros que asistimos a los 25 intentos fallidos de que se completara el Quorum para elegir presidente, llegamos temprano para disipar una enorme curiosidad: ¿Asistirían los ocho magistrados que apagaron sus teléfonos y cerraron sus oficinas durante dos semanas para no ser notificados sobre los intentos de sesionar?

A las 8:30 de la mañana, los magistrados que alguna vez fueron conocidos como “los disidentes” estaban reunidos en la oficina de la magistrada Martha Sánchez Osorio, pues la del magistrado Anuar Cianci -que durante la crisis fue habilitada como War Room– ahora le servía como despacho temporal a Juan Emilio Elizalde, quién ya comenzaba a firmar una pila de documentos que le llevó el que parece que será su director general administrativo: Roberto Coranguez.

La magistrada Elda Flores León, incondicional de Gamboa, fue la primera de ese grupo que llegó, muy sonriente saludando a todo mundo y se dirigió a su cubículo para ponerse la toga. Tres minutos después llegan juntos Arturo Loza y Horacio López como si fuera un día cualquiera.

Se notaba que la organización de la ceremonia se hizo apresuradamente, pues es la primera vez que hay una Toma de Protesta sin invitación por escrito, sin las edecanes en la puerta para conducir a los invitados, y sin la lista de vehículos que pueden ingresar al estacionamiento.

Se notó el apoyo de la 24ava. Zona Militar, pues en menos de 24 horas autorizó la banda de guerra para los honores a la bandera y el himno nacional. Y también la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana mandó a su orquesta, pero el director estaba “destanteado” pues no sabía si interpretar canciones tristes o festivas. ¿Quién habrá hecho las gestiones? ¿Gamboa o Elizalde?

Quizás por lo precipitado del evento casi no hubo invitados especiales. De hecho, en la primera fila sólo estaban la magistrada presidenta del Tribunal Unitario de Justicia para Adolescentes, Adriana Pineda Fernández; y los magistrados del Tribunal de Justicia Administrativa, Manuel García Quintanar y Roque González Cerezo. Nadie más.

Bajo la conducción de Liliana Maret inició la ceremonia en la que una contentísima Oficial Mayor pasó lista de presentes. Sólo la silla de la magistrada Bertha Rendón Montealegre estaba vacía, quizás por el luto que le guarda a su sobrina Sarah Olivia, asesinada hace unos días en un “intento de asalto”.

Nadie vio a qué horas llegó ni por dónde el magistrado Jorge Gamboa Olea. El hecho es que a las 9 en punto estaba ya sentado en la silla de la orilla del Pleno, con una cara de pocos amigos, como quien asiste a una fiesta por obligación. Al término de la ceremonia, y después de la foto oficial, se metió rápidamente a la que era su oficina evadiendo a la prensa.

La sorpresa fue que, para los pocos invitados especiales, la prensa y los jueces que acudieron al evento, había un pequeño refrigerio en el Roof Garden que mandó hacer el ahora expresidente Gamboa en la azotea del palacio. Los otrora “disidentes” subieron inmediatamente y juntaron varias mesas para estar juntos mientras tomaban café. Se veían felices.

La magistrada Carmen Aquino intentó integrarse al grupo, pero al notar la indiferencia de algunas magistradas optó por ocupar otra mesa, ahí juntito, para desayunar con su personal. Loza y López no les preocupó el “qué dirán” y se unieron a la mesa principal, aunque siempre estuvieron platicando entre ellos dos.

No llegaron al festejo Jorge Gamboa, Elda Flores, Janet Uribe ni Rafael Brito.

La sesión solemne para la toma de protesta fue a las 9 de la mañana, pero hábilmente el nuevo presidente Juan Emilio Elizalde al término de la ceremonia los convocó para una nueva sesión a las 12 del mediodía. No podía arriesgarse a que se escondieran otra vez y argumentar que no fueron debidamente notificados.

A la hora indicada volvieron a reunirse los 21 magistradas y magistrados en el Salón de Plenos, y el orden del día indicaba como único punto la modificación de las adscripciones en las diferentes ponencias. Nadie se opuso a que Gamboa ocupara el lugar que dejó vacante Juan Emilio Elizalde en la Primera Sala de Cuautla.

Sin embargo, el debate comenzó cuando el magistrado Juan Gabriel Vargas pidió no integrar sala con él en virtud de que la Fiscalía Anticorrupción le prohibió acercársele por ser denunciante en una carpeta de investigación por el delito de Coalición de servidores públicos, además de que por ser nativo de la zona oriente tendrá que excusarse en varios asuntos.

El nuevo presidente propuso entonces que fuera Rafael Brito el que se readscribiera a Cuautla. “¿Y yo por qué?” Contestó de inmediato el aludido.

“Creo que se trata de distraer y confundir realmente esa mayoría avasalladora que se quiere imponer en este Pleno a partir de hoy. Qué pena y qué lástima”, dijo el expresidente Gamboa Olea, al iniciar su explicación jurídica de por qué no están vigentes esas medidas que dictó el Ministerio Público. Acusó “desconocimiento de la norma jurídica” del magistrado Vargas Téllez.

Se inició entonces una discusión sobre algo que ya se creía zanjado: Si Juan Gabriel fue o no presidente del Tribunal Superior de Justicia. Manuel Díaz Carvajal recordó que el asunto en la Suprema Corte no está terminado y que el propio decreto legislativo reconoce a las dos personas que se ostentaron como presidentes.

“Esto es una imposición. Se está haciendo una anarquía en este Pleno; si se está hablando de borrón y cuenta nueva, hagámoslo, pero no sean inquisitivos”, refutó Rafael Brito alzando la voz.

El debate ya estaba subiendo de tono cuando Juan Emilio Elizalde sugirió un receso de 10 minutos. A su regreso, el magistrado Horacio López se ofreció a irse a Cuautla y que Juan Gabriel ocupara su lugar en Jojutla.

Así concluyó la sesión que fue transmitida por Facebook Live, en la que se supone que inició una nueva etapa de reconciliación al interior del TSJ, pero que en realidad hay muchas rivalidades políticas y personales que irán aflorando en las siguientes semanas, cuando quizás las sesiones vuelvan a ser privadas.

HASTA MAÑANA.